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Así ha evolucionado el Mercedes SL a lo largo de los años

Mercedes SL
El nuevo está al caer.

Hay nombres míticos en la historia la automoción que, aunque tengan hiatos en su producción, siempre están presentes. Uno de ellos es el Mercedes SL, que está a punto de volver a la palestra, momento que la propia Mercedes ha considerado oportuno para repasar las casi siete décadas de existencia del modelo, cuyo concepto ha evolucionado con el paso del tiempo.

Mercedes-Benz 300 SL Coupe W198 (1954 – 1957)

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Gracias al éxito del 300 SL en competición, la marca alemana decidió hacer una versión de producción, un cupé que lucía las ya icónicas alas de gaviota que debutó en 1954. Otro aspecto destacado era su motor M198, el mismo empleado por el prototipo de carreras, que desarrollaba 219 CV y le permitía alcanzar hasta 258 km/h.

Mercedes-Benz 190 SL W121 (1955 – 1963)

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Mercedes no tardó en completar la gama como una versión más asequible que el 300 SL, un 190 SL que, además, tenía un formato de descapotable. Su motor también era más humilde, un bloque 1.9 tetracilíndrico de 107 CV con unas prestaciones menos impresionantes: 14,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 170 km/h de punta.

Mercedes-Benz 300 SL W198 (1957 – 1963)

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El alas de gaviota original no duró mucho, puesto que tres años después de su lanzamiento llegó su reemplazo con carrocería roadster. Otros cambios importantes los experimentaron los faros delanteros o el diseño de las llantas. En conjunto, experimentó mejoras en la suspensión, el sistema de frenado e incluso acabó montando un motor de aleación más ligero.

Mercedes-Benz SL W113 (1963 – 1971)

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El 230 SL reemplazó tanto al modelo de acceso como al tope de gama, con una evolución estética palpable: adiós a sus redondeadas formas para optar por unas líneas más rectas, la parrilla se estilizó y colocó en una posición más alta, y se alargó la zaga. Comenzó su andadura con un motor 2.3 de 150 CV, pero luego con el 250 SL paso a un 2.5 con un 10% más de par y terminó su andadura con la variante 280 SL, que montaba un propulsor 2.8 de 172 CV.

Mercedes-Benz SL R107 (1971 – 1989)

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Un paso más en la evolución estética (los faros pasan a ser rectangulares, el frontal es más bajo, etc.) y un salto en el apartado mecánico del modelo, que recibió en el SL 350 su primer motor de ocho cilindros. Con el paso de los años fue incorporando otras versiones a la gama: SL 450 y SL 280.

Mercedes-Benz SL R129 (1989 – 2001)

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La transformación del diseño se completó aquí, con una imagen muy contundente, líneas más marcadas, definidos pasos de rueda, etc. El 600 SL tenía un motor de 12 cilindros y 388 CV, cifra que 10 años después de su debut sería dejada muy atrás por el espectacular SL 73 AMG, que montaba un bloque 7.3 V12 de 517 CV. En la gama también tuvieron mucha importancia los propulsores V6.

Mercedes-Benz SL R230 (2001 – 2012)

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La modernización definitiva del Mercedes SL, con una gama de versiones de alto rendimiento (55 AMG de 476 CV, SL 600 de 500 CV y SL 65 AMG de 612 CV), la caja de cambios automática 7G-TRONIC como estándar desde 2006 y la aparición de las primeras versiones AMG Black Series.

Mercedes-Benz SL R231 (2012 – 2020)

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El último de la estirpe, por el momento. Adaptado al lenguaje actual de la marca, un frontal poderoso, gran parrilla, marcadas líneas de tensión y ciertos guiños retro a los clásicos tras los pasos de rueda delanteros.

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