Comprar un coche eléctrico de segunda mano: cinco consejos a tener en cuenta

Compra un coche eléctrico de segunda mano puede ser una buena opción para poner a prueba la tan nombrada movilidad eléctrica. Pero, como todo, la elección hay que hacerla con cabeza.

Con la ayuda del portal de compra y venta compramostucoche.es, aquí van siete consejos para comprar un enchufable de segunda mano.

1. Piensa cuánto y dónde lo vas a usar

Al comprar un coche eléctrico de segunda mano debes pensar en el uso que vas a hacer de él el 95% del tiempo.

Si vas a conducir principalmente de casa la oficina o al supermercado, un modelo de batería puede ahorrarte mucho dinero en combustible y mantenimiento, especialmente si dispones de un punto de recarga propio en casa y en el trabajo. Un vehículo eléctrico con una batería pequeña, de entre 30 o 40 kWh, es más que suficiente para hacer salidas familiares y realizar viajes cortos.

2. Comprueba el estado de la batería

Sobra decir que la salud de un coche eléctrico depende en un alto porcentaje de la su batería. Por eso, al adquirir un coche eléctrico de segunda mano es fundamental probarlo en las condiciones adecuadas para que obtener una visión realista de su nivel de autonomía.

Compramostucoche.es recuerda que a bajas temperaturas la capacidad de la batería es significativamente menor, especialmente con la calefacción del coche y los asientos calefactados encendidos (aunque hay informes que dicen que este es uno de los cuatro mitos de los coches eléctricos en invierno). El uso del aire acondicionado también puede afectar a la capacidad de la batería, aunque con un impacto menor que las bajas temperaturas.

Para conocer con certeza cuál es la capacidad de carga una batería de segunda mano, lleva a cabo una prueba de conducción que dure lo mismo que una carga completa, o simula un trayecto habitual.

3. La batería ¿de compra o alquiler?

Este consejo es, en realidad, una extensión del segundo pero de tal importancia que merece mención aparte. 

A día de hoy, en la mayoría de los coches eléctricos la batería forma parte del equipamiento que compras, pero hasta hace poco los fabricantes ofrecían dos opciones: comprar o alquilar la batería. En el mercado de ocasión saber si este elemento es en propiedad o alquiler se conoce como estado financiero de la batería.

Una batería propia puede durar muchos años, aunque, una vez toque reemplazarla deberás abonar su coste íntegro. Las baterías de alquiler por su parte tienen un coste fijo mensual, y los fabricantes garantizan su reemplazo cuando la capacidad cae por debajo de cierto límite. La web de compraventa aconseja medir "los pros y contras de ambas baterías, ya que una batería nueva puede costar en torno a 5000 euros, mientras que con una de alquiler deberás abonar el mismo precio mes a mes, independientemente de que la autonomía del coche ya no sea la misma que el primer día".

4. Haz una prueba de autonomía

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Comparativa de autonomía real de 8 coches eléctricos (8 imágenes)

Comprueba el nivel de la batería antes de arrancar y mantente alerta a cómo cambian los números si conduces en ciudad o en carretera. Ten en cuenta que el consumo de la batería en un coche eléctrico es inversamente proporcional al de un coche con motor de combustión: mientras los diésel o gasolina consumen más conduciendo en ciudad, la batería de un coche eléctrico se agota antes en carretera, ya que la energía liberada en la frenada alimenta la batería durante la marcha.

5. Verifica su estado general

El motor de un coche eléctrico es más sencillo de mantener que uno de combustión, ya que incorpora menos piezas móviles o de alto desgaste, como son el embrague, los filtros o la correa de distribución. Eso no quita que, al comprar uno en el mercado de ocasión, sea importante llevar a cabo controles rutinarios para comprobar el estado del vehículo.

Presta atención a los componentes de mayor desgaste, como son los neumáticos, la suspensión y los frenos, busca diferencias de color en la chapa que puedan indicar daños previos en la carrocería, y comprueba el libro de mantenimiento del vehículo.

6. Infórmate de las tasas a pagar

Utilizar un coche eléctrico supone un importante ahorro en mantenimiento y repostajes, pero no evita que tengas que hacer frente al pago de algunos impuestos. Al comprar un enchufable de ocasión, los impuestos son los mismos que con un vehículo de combustión:

• IVA, solo en caso de que se lo compres a una empresa (la compra-venta entre particulares está exenta de IVA)
• impuesto de transmisiones. Es el que se paga cuando le compras el coche a un particular y su cuantía viene fijada por las comunidades autónomas
• impuesto de circulación. El numerito lo paga el que sea titular del coche a fecha 1 de enero del año en curso.

Recuerda que las ayudas del Gobierno a la compra de coches eléctricos, como el Plan Moves 2019, son aplicables solamente a los vehículos nuevos, y por tanto no puedes valerte de ellas si estás pensando comprar un eléctrico de segunda mano. Como ventajas, suelen disponer de acceso gratuito o reducido al estacionamiento en zona azul, mientras que dependiendo de la localidad en la que vivas puedes solicitar diferentes bonificaciones en el Impuesto de Circulación en base a la potencia fiscal del coche.

7. Ten en cuenta el valor residual del coche

El cálculo del valor residual de un coche eléctrico es complejo y depende mucho de los años que tenga, la autonomía de la batería y el estado del mercado. Es importante tener en cuenta que estos coches tienden a depreciarse muy rápidamente por dos motivos: por una parte, el mercado de los eléctricos es muy reducido en España, y por tanto el número de compradores interesados en uno de segunda mano es pequeño; además, el mercado de los eléctricos está en constante evolución, por lo que su valor puede caer en picado muy rápidamente.

A pesar de todo, un eléctrico de segunda mano con una autonomía limitada puede resultar económico siempre que se den las condiciones adecuadas. Si vas a usar el vehículo para desplazamiento cortos en ciudad, no vives en un clima muy frío y dispones de estación de carga propia, la alta depreciación del coche, su bajo coste de mantenimiento, y el ahorro en impuestos y aparcamiento pueden acabar beneficiándote independientemente de su bajo valor residual