7 coches con motor de avión

En el mundo de la automoción hemos visto locuras de todos los tipos pero, seguramente, utilizar el propulsor de un avión en un automóvil suene a una de las mayores. No diremos que no, pero, teniendo en cuenta que han existido estos 7 coches con motor de avión, podemos considerarlo hasta una práctica relativamente habitual.
Opel RAK II (1928)

Opel fue pionera en estas lides, desarrollando previamente el RAK I, que alcanzó 125 km/h, para evolucionarlo posteriormente al RAK II que, gracias a estar impulsado por 24 cohetes, llegó hasta los 238 km/h.
General Motors Firebird (1953)

Posiblemente el vehículo que más quiso mostrar la unión entre coche y avión, puesto que prácticamente es un caza sobre ruedas. En el 56 se presentó su evolución, algo más habitable en su interior y con un diseño diferente, más ancho y que apostaba por asientos individuales para piloto y copiloto, cada uno con su propia cúpula.
Fiat Turbina (1954)

Cuenta con el honor de ser el primer coche europeo que montó una turbina, y no una cualquiera: generaba 300 CV de potencia y podía girar hasta a 22.000 revoluciones por minutos, permitiéndole alcanzar los 250 km/h. Esto se consiguió, además, por su trabajada aerodinámica. Aunque fue un éxito, Fiat tuvo que abandonar el proyecto por el alto coste de desarrollo.
Renault Étoile Filante (1956)

Otro automóvil pensado para conseguir récords, así que podemos considerar que cumplió su objetivo: el 5 de septiembre del 56 consiguió hacerse con el récord de velocidad mundial al alcanzar los 308,85 km/h en el lago salado de Boneville en Estados Unidos. El logro fue resultado de muchos factores: su trabajada aerodinámica, su chasis tubular, el bajo peso conseguido gracias a su carrocería de poliéster y los 207 CV que generaba su turbina.
Rover-BRM (1963)

La Segunda Guerra Mundial tuvo una incidencia directa en Rover, que se dedicó a la fabricación de turbinas de avión. Con esa experiencia ganada, decidió aplicar su conocimiento a los coches, creando el primero con motor de avión que compitió en carreras oficiales: participó en las 24 Horas de LeMans del 63 y del 64, quedando en este último el segundo de su categoría, la de dos litros.
Chrysler Turbine (1964)

Chrysler decidió crear un modelo de producción con motor de avión, el Turbine, del que solo se fabricaron 55 unidades pero que era completamente funcional, tenía una carrocería diseñada por Ghia y empleaba una turbina de 190 kilos.
Toyota GTV (1987)

El ejemplo más moderno de estos 7 coches con motor de avión, con un diseño cercano al de un modelo de producción y equipado con dos turbinas, cada una de 150 CV de potencia, que subían hasta las 53.000 rpm.
Descubre más sobre Mario Herráez, autor/a de este artículo. Conoce cómo trabajamos en Autobild España.