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Comparativa Citroën C5 Aircross contra Ford Kuga: ponte las pilas, vivirás más relajado

Comparativa Citroën C5 Aircross Ford Kuga

Viajeros incansables con enfoques diferentes.

Mucho espacio y con el apoyo de un motor eléctrico. Es comprensible que los SUV híbridos enchufables sean actualmente tan populares. La competencia en este segmento es salvaje, pero uno de los candidatos que siempre está en las quinielas es el Ford Kuga al que enfrentamos al Citroën C5 Aircross, que, como él, se acaba de renovar para de quitarle clientes. 

Citroën siempre ha jugado a diferenciarse del resto con diseños individualizados, pero en este caso los llamativos Airbumps laterales que tanto llamaron la atención en su estreno con el primer C4 Cactus en el año 2014 se han eliminado. 

Con este último lavado de cara, los franceses van a lo seguro y presentan el C5 Aircross con un estilo mucho más tradicional: más compatible con el gusto del gran público, ya que los Airbumps quizás no convencían a todos. 

 

Aunque no deja de ser cierto que ha perdido algo de personalidad. No obstante, los fans de la marca pueden respirar tranquilos, porque en el fondo sigue siendo un Citroën con todas las de la ley. Y el frontal, desde luego, ahora es mucho más llamativo.

Nada más entrar al C5 Aircross también notas que es un Citroën de los de siempre, especialmente por el velocímetro digital, que recuerda ligeramente al legendario velocímetro del CX de los años 70. Pero lo que más destaca del habitáculo es que sus asientos amplios y cómodos te hacen sentir como en un trono. 

Este es su enfoque: ofrecer el máximo confort. Y algo que nos gusta especialmente es que los materiales parecen ser de gran calidad y todas las piezas dan la sensación de estar cuidadosamente ensambladas. 

El hecho de que manejar el sistema de infoentretenimiento sea un poco engorroso y requiera de cierto proceso de aprendizaje es algo que se le perdona a una marca que solía apostar por botones de funciones demasiado rebuscados. 

El Ford, por su parte, es mucho más sobrio. Pero precisamente por eso es un modelo que encaja en cualquier mercado y con cualquier cliente. Al margen de algunos detalles mejorables, como los paneles huecos del pilar B, su calidad de fabricación también es sólida. Sin embargo, en comparación con el C5, en el Ford vas sentado demasiado alto. 

Parece que han querido aprovechar hasta el último milímetro de altura para lograr esa deseada posición de conducción elevada de la que presumen los SUV y que hace que el conductor siempre tenga impresión de mayor seguridad y control, y una mejor visión general, pero lo cierto es que no es cómodo. 

En lo que sí que destaca es en el espacio interior disponible, ya que utiliza hábilmente sus once centímetros más de longitud para lograr unos cruciales milímetros adicionales de hueco para los pasajeros. Especialmente en la parte trasera, donde ofrece a los pasajeros mucho más espacio para las piernas.

¿Cuál es más práctico? 

Ambos tienen respaldos regulables en inclinación en la parte trasera y regulación longitudinal de los mismos. Y si analizamos el maletero, el C5 vuelve a tomar la delantera, ya que cuenta con una capacidad de 460 a 1.630 litros, claramente por encima de los 395 a 1.517 litros que ofrece su rival. 

Aunque, para ser justos, hay que decir que el Kuga es capaz de tirar de remolques más pesados y tiene un borde de carga más bajo. Por no decir que el portón trasero del Citroën no se abre lo suficiente y eso resulta molesto. Si mides más de 1,80 metros de altura tendrás muchas posibilidades de darte un cabezazo. 

Comparativa Citroën C5 Aircross Ford Kuga

El compartimento debajo del piso del maletero del C5 debería ser más grande, porque el hueco bajo el suelo del Kuga permite guardar el cable de carga sin ningún problema, no como el francés. Quizás cabría pensar que, dada su corta autonomía eléctrica, de solo 43 kilómetros, no merece la pena guardar el cable... 

En esto el Ford, con sus 62 km es mejor. Sin embargo, ambos son más recomendables para un uso en un radio de acción pequeño y urbano, más que para viajar, porque en viajes el motor de combustión es el protagonista y el consumo se eleva.

Hay otras cosas en el C5 Aircross que evocan el pasado de la marca. En los Citroën de la época había que tener paciencia hasta que la suspensión hidroneumática se inflaba hasta llegar al nivel de conducción adecuado y hoy en día debes presionar el botón de inicio durante mucho tiempo antes de que el coche arranque. 

Comparativa Citroën C5 Aircross Ford Kuga

También resulta irritante que el cambio esté constantemente subiendo y bajando de marcha, pero te terminas acostumbrando. 

Nos ha gustado mucho más el conjunto mecánico formado por el propulsor turbo gasolina de 1,6 litros de 181 CV y el motor eléctrico de 81 kW (110 CV), con el que trabaja en una suave alianza. Entre ambos logran que el C5 emprenda la marcha de forma silenciosa y potente; y si realizas una conducción relajada, funcionan de forma discreta. 

Además, gracias al punch del eléctrico te regala aceleraciones fulgurantes siempre que lo requieras. Los cambios de marcha son en gran medida imperceptibles y solo en el caso de acelerones repentinos e interrumpidos, como en una maniobra de adelantamiento abortada, se atasca y mantiene el motor revolucionado durante demasiado tiempo.

¿Cómo se comporta el C5 Aircross? 

Si lo conduces de forma más decidida (por no decir deportiva) te responderá con evidentes movimientos de carrocería y notables balanceos en las curvas. Como es habitual, Citroën ha optado por dotar a este todocamino con una configuración de suspensión suave y cómoda

Y con la dirección ocurre algo similar: es muy blanda y parece antideportiva, pero funciona con suficiente precisión y encaja a la perfección con la respuesta general del SUV francés.

Comparativa Citroën C5 Aircross Ford Kuga

Al motor del Kuga también le gusta mostrar su lado más tierno. Pese a tener una cilindrada de 2,5 litros, que es casi una rareza para los estándares actuales de downsizing (motores cada vez más pequeños), actúa de forma suave y relajada desde bajas revoluciones. 

La transmisión CVT (variable continua) interviene hábilmente entre el motor gasolina y el eléctrico de 97 kW (132 CV) y logra que ambos trabajen de forma fluida. 

En este caso lo que no nos gusta es su dirección tan nerviosa. Y el hecho de que el Ford sea mejor en el apartado dinámico es solo un pequeño consuelo, porque el propósito principal de un SUV no es ese. 

Comparativa Citroën C5 Aircross Ford Kuga

Respecto al consumo, el Ford ha gastado menos en nuestro recorrido de pruebas: 4,0 litros, frente a los 4,6 de su rival. Y cuando la batería se agota también bebe menos. Pero debes saber que, si avivas el ritmo, en ambos el consumo subirá por encima de los 10 litros. 

¿Y el precio? Como SUV compacto híbrido enchufable ambos son ahorradores a primera vista, pero las versiones de acceso cuestan 41.010 y 42.225 euros, respectivamente. Y si optas por las versiones mejor dotadas, como en el caso de las que aquí hemos analizado, el precio sube a más de 47.000 euros para el C5 Aircross y casi a 50.000 para el Kuga.

Nuestra opinión

El 'restyling' del C5 ha merecido la pena. Ahora parece más maduro y, por supuesto, con su elevado nivel de confort sigue siendo un verdadero Citroën. Pero el Kuga es incluso un poquito mejor en casi todos los apartados valorados en esta comparativa y apenas tiene debilidades, por eso gana este duelo.

Etiquetas: SUV

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