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Comparativa: Audi A5 vs BMW Serie 4

Dos coupés bonitos, cómodos, deportivos y espaciosos. En esta comparativa del Audi A5 vs BMW Serie 4 enfrentamos a dos líderes en su segmento.

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Qué buenos son la bávaros: elaboran la mejor cerveza del país, su equipo de fútbol gana un título tras otro... Y tienen dos marcas de coches excelsas: Audi y BMW. Hoy enfrentamos sus modelos coupé. Comparativa: Audi A5 vs BMW Serie 4.

BMW ha retocado un poco su coche, pero hay que fijarse mucho, tanto por dentro como por fuera, para percibir las novedades. Lo que más resalta son las nuevas luces de LED con nuevos gráficos, delante y detrás. ¿Serán suficientes estos leves cambios para que el nuevo BMW Serie 4 pueda batir al Audi A5? Debajo de la chapa del BMW también hay novedades. Estrena el mando iDrive de última generación y un cockpit digital, así como chasis y dirección con ajustes más deportivos, sin mermar el confort de las suspensiones.

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Pero la mayor deportividad reside en su motor: es increíble lo voluntariosos que son sus 252 CV, extraídos de un dos litros turbo con cuatro cilindros. En cualquier zona del cuentavueltas la respuesta es muy espontánea y lineal, y sube endiabladamente hasta más allá de las 6.000 revoluciones. El cambio automático Steptronic casa a la perfección con la mecánica, con reacciones muy rápidas y una selección de régimen siempre idónea, en cualquier situación. Y si lo quieres usar en modo secuencial, la respuesta de las levas es instantánea.

Nos ha decepcionado un poco el sonido: banal y sintético, para lo que se espera en esta categoría. No pasa lo mismo con el Audi A5, cuyo seis cilindros te pone la carne de gallina. Pero la respuesta es menos deportiva que en su rival. El cambio de doble embrague de siete velocidades es cómodo, pero se toma más tiempo, por ejemplo, al reducir dos o tres marchas.

Curiosamente, sin embargo, acelera antes de 0 a 100 km/h: tres décimas. Con su tracción integral, el Audi va literalmente pegado al asfalto, mientras que el BMW tiene que lidiar más con las pérdidas de tracción, como buen propulsión que es. Los dos frenan muy bien: el BMW pasa de 100 km/h a 0 en 34,6 metros, y el Audi incluso antes: en 33,8. 

El BMW tiene chasis adaptativo opcional y dirección deportiva variable, y lo cierto es que es pura diversión al volante. Con el ESP, te permite jugar mucho con la zaga, siempre de forma controlada. En modo Sport, la dirección se vuelve aún más espontánea, y trazar las curvas con la máxima precisión es un juego de niños.

En el Audi vas sentado más alto, pero también algo más desahogado. Lleva amortiguación regulable opcional, y lo cierto es que su comportamiento raya la perfección. Se agarra increíblemente al asfalto, y la dirección es algo menos directa que la del BMW. Lo cierto es que la combinación entre confort y deportividad no está tan lograda como en el BMW. Aunque en modo Dynamic filtra muy bien, se nota menos firme que en su rival. Su ajuste está más orientado al confort.

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