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Mini E: silencio...¡se rueda!

Jorge Arenas

Tiene más de 200 CV bajo el capó y no deja rastro alguno de ruido o de emisiones contaminantes. Pero este Mini aún no tiene fecha de comercialización.

Hasta el momento había tenido ocasión de conducir varios coches eléctricos, incluido el Mini E, pero siempre con cortapisas: rara vez había podido rodar más de diez minutos a sus mandos y en todo caso me acompañaba un ingeniero encargado de pararme los pies cada vez que pisaba el acelerador más de la cuenta o trataba de explorar sus posibilidades. Pero esta vez va a ser diferente.



Nada más llegar al centro de prensa que BMW tiene en las afueras de Munich, uno de los responsables de la marca me entrega las llaves y, tras una breve explicación acerca de cómo enchufarlo en caso necesario, me desea que tenga una bonita jornada. ¡Perfecto! El Mini E es absolutamente mío durante al menos siete horas.



Casi sin pararnos a pensar, Víctor (nuestro fotógrafo y compañero de batallas) y yo ponemos rumbo al centro de la ciudad, que está a una media hora de distancia. Según dice la información oficial, este Mini puede recorrer 240 km sin parar, pero antes de salir del garaje veo que, con el indicador al 100 % de carga, marca una autonomía de 141 km. ¿Lograré acabar la prueba sin quedarme tirado? ¿Tendré un enchufe a mano si se agota la batería? Lo cierto es que este tema me tenía algo preocupado, así que  decidí circular por la carretera más o menos despacio para no agotar las reservas a la primera de cambio.




Lejos de ser perfecto
Una vez en la ciudad me dedico a callejear en el más absoluto silencio, sin emitir ruidos ni gases de ningún tipo. Genial: este coche es verdaderamente limpio. Además, sale de los semáforos con mucha alegría (ya puede, tiene 204 CV). Otra cosa que me sorprende es su capacidad de retención al levantar el pie del acelerador, que es tal que me permite frenar simplemente modulando el pedal derecho.

CONCLUSIÓN:

A un lado, el Mini E; al otro, Beethoven. El compositor, por sus problemas auditivos, habría sido incapaz de apreciar el silencio de marcha de este coche que, aunque da el do de pecho en muchos aspectos, desafina en otros. Aún le queda  camino por recorrer antes de llegar a la producción.


 


Pero como no es oro todo lo que reluce, llega el momento de contar los defectos de este urbano. Para empezar, su autonomía se reduce exageradamente cuando le pisas con ganas... y, si haces esto y te quedas sin carga, te tocará esperar ocho horas hasta que vuelva a tener la batería al máximo (o tres si lo haces en un punto de mayor tensión que la red doméstica). Por otra parte, no tiene plazas traseras y su maletero es meramente testimonial. Además, sus prestaciones son algo pobres y el comportamiento dinámico no se acerca al de cualquier Mini normal. En fin, un buen acercamiento al mundo eléctrico pero aún le falta pulir estos detalles si pretende llegar alto.
 

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Tiene más de 200 CV bajo el capó y no deja rastro alguno de ruido o de emisiones contaminantes. Pero este Mini aún no tiene fecha de comercialización.

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