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La extraña seducción del Nissan Juke

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Juan Antonio Corrales

Tras un buen puñado de kilómetros con el Nissan Juke, el 'crossover' más atípico del momento, uno no puede ignorar las miradas y comentarios de la gente, y dejarse guiar solo por argumentos objetivos. Créeme. Lo he intentado por activa y por pasiva, apoyando mi razonamiento en datos técnicos, en situaciones del día a día... Pero, cuánto más he luchado por hacer ver a los potenciales conductores que este coche está en las antípodas de la practicidad, más interés y expectación ha despertado en ellos.

Mientras yo veo tan solo 251 litros de maletero en el Nissan Juke, una cifra cuando menos, contenida, mi novia ve un coche original. Incluso en los casos en los que sus defectos son más aparentes, el seductor nipón se ríe de mi rigor profesional. Un ejemplo: el otro día recogí a mi hermana en el aeropuerto. Venía con dos maletas, una grande  y otra mediana. Cuando quise meterlas en el anguloso maletero, sólo me cabía una. Por supuesto, me cabreé, maldije, le di más vueltas a las maletas que a una peonza. Finalmente, una de ellas tuvo que ir en la parte trasera. Bueno, pues, a pesar de este ‘bochornoso’ espectáculo, en el camino a mi casa, mi hermana, ¡sangre de mi sangre!, empezó a soltar piropos sobre el interior del Nissan. Incluso mi madre, sí, mi madre, una amable señora de 62 años, me dijo que el coche le parecía… ¡mono!

Yo miro y remiro su peculiar frontal, sus enormes faros delanteros inspirados en los coches de rallyes de los años 60 y esas luces diurnas que le sirven casi como cejas y que enmarcan la calandra, y le pregunto, ¿pero que le das a la gente macho? Tu habitabilidad y practicidad no son para tirar cohetes y tu precio tampoco es una ganga; aún así, ya has conquistado a parte de mi familia y, para más inri, a mi respectiva.

Pero no creas que este ejercicio de seducción continuo que representa el Nissan Juke solo funciona con las féminas. Te pongo en situación: Barrio del Pilar, justo al lado del Centro Comercial La Vaguada, Madrid. Mientras espero paciente en un semáforo miro de reojo y noto que un coche más tuneado de la cuenta se para a mi lado y su ventana se baja. De repente, un tipo con una gorra puesta de medio lado saca la mano y pone su dedo pulgar hacia arriba en señal de aprobación. ¡Esto es la leche! (con perdón) Resulta que el mundo del tuning, a través de este representante tan expresivo también aprueba la estética que, ni algunos de mis compañeros de trabajo, ni yo mismo vemos demasiado lógica.

Así que, finalmente, he llegado a una conclusión: la lógica no tiene nada que ver con el Nissan Juke. ¿Nunca te ha pasado que conoces a alguien y, sin saber muy bien por qué, te sientes atraído por él? Tú sabes que no te conviene, te repites que no es tu tipo, pero, debido a algún remoto instinto de tu cerebro, al final acabas con él. Pues creo que a la gente le pasa lo mismo con el Nissan Juke: hay algo en sus angulosas líneas que llama la atención poderosamente y no pueden evitar sentirse atraídos. Exactamente, 1.104 personas se hicieron con uno en lo que va de 2012, según los datos de ANFAC. No me queda más remedio que felicitar a los diseñadores de Nissan, aunque no me entren todas las maletas que quisiera en el compartimento de carga…

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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