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Rolls-Royce 'retocados': tuning extremo

Javier Gomara de la Torre

Se supone que los Rolls-Royce son para la clientela más elegante y elitista. Pues bien, te enseñamos lo que pasa cuando uno de estos coches cae en manos de preparadores y aficionados al tuning. Algunos no tienen desperdicio.

¿Puede retocarse todo un Rolls-Royce? Después de echar un vistazo a lo que hacen preparadores como Mansory o Hamann, la respuesta es un rotundo sí. Así, algunos de estos orgullosos compradores llevan sus máquinas de precios estratosféricos con un punto de personalización.

Algunos intrépidos aficionados al destornillador van incluso más allá y hacen auténticas locuras con un Rolls-Royce: un Silver Shadow de 1978 con un V8 Hemi y 1.000 CV es, desde luego, algo muy… exclusivo.

En Japón y China los modelos Rolls-Royce Phantom y Rolls-Royce Ghost son los modelos preferidos del preparador Office-K. Pero lo de tunear Rolls parece una plaga mundial; lo hacen los millonarios del petroleo de Emiratos, los nuevo ricos del este, los raperos americanos y su dudoso gusto...

Muchos de nosotros nos preguntamos el porqué de tunear un Rolls, un coche que se fabrica con los mejores materiales que puedes encontrar. Ten en cuenta que un Rolls-Royce Ghost cuesta como poco 300.000 euros, y si hablamos del Phantom el precio sube hasta los 400.000 euros, ambos con unas posibilidades de personalización casi infinitas, ¿por qué cometen un crimen de esta magnitud?

No deberías perderte el reportaje que hicimos sobre los coches tuning más feos y locos del mundo. No tiene desperdicio.

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