5 leyendas urbanas sobre el coche eléctrico que hay que desmontar YA

Cada vez es más habitual ver vehículos enchufables por las calles y carreteras españolas. De hecho, solo en los dos primeros meses del año se han vendido más de 150.000 unidades, es decir, casi un 9% más que en el mismo período de 2023. Aún así, son todavía muchas las dudas entorno a la que es para muchos la nueva movilidad; por eso nos hemos propuestos desmontar 7 leyendas urbanas sobre el coche eléctrico.

Si son o no mucho más caros que los de combustión, si se averían más o menos o si es cierto lo de que son un peligro potencial de incendio son algunas cuestiones que abordaremos en las próximas líneas, pero que nadie se confunda, esto no es un defensa férrea de los coches eléctricos sino un deseo claro y objetivo de explicar qué es verdad y qué no de lo que se cuenta sobre estos vehículos, aunque haya realidades que no le favorezcan...

1. Son mucho más caros que los vehículos de combustión

Que un coche eléctrico es, por norma general, más caro que un diésel o un gasolina era una verdad incontestable hasta hace unos meses. En la actualidad, las ayudas a la compra (léase, el Plan Moves III) y el compromiso de los fabricantes por poner a la venta modelos más asequibles (la cifra a alcanzar son los 25.000 euros) han conseguido que haya modelos que cuestan lo mismo en versión eléctrica que en combustión.

Aquí van dos ejemplos:

• El VW ID.3 cuesta al cierre de estas líneas 38.000 euros en su versión de acceso, mientras que la octava generación del VW Golf tiene un precio de partida de casi 34.000 euros. La diferencia es, por tanto, de 4.000 euros pero estos se pueden eliminar con las ayudas a la compra; es más, quienes tengan un vehículo antiguo que puedan entregar para achatarrar en el momento de la compra del eléctrico recibirán una subvención de 7.000 euros con o que el ID.3 será, a fin de cuentas, más barato
• El Citroën ë-C3, uno de los modelos más esperados en 2024 se puede comprar desde 23.800 euros (precio para la versión You) sin contar las ayudas del Moves III mientras que su homólogo de gasolina parte de 23.790 euros

2. Suponen un alto riesgo de incendio

Aunque son muchos quienes afirman lo contrario, lo cierto es que la probabilidad de incendio en un coche eléctrico es menor que en un modelo de combustión. Se tiende a pensar que el enchufe y las conexiones eléctricas de las baterías y otros elementos suponen un peligro pero, en realidad, es más el que se deriva de la gasolina, un líquido altamente inflamable. De hecho, un informe de las organización de consumidores OCU revela que los vehículos de combustión tienen hasta 10 veces más riesgo de incendio.

Ni siquiera en caso de accidente es probable que un enchufable se incendie ya que las baterías están altamente protegidas y en caso de impacto, los sistemas de seguridad desconectan de manera automática el paso de corriente eléctrica. 

Las noticias e imágenes que circulan por Internet sobre supuestos incendios inexplicables no lo son. Normalmente el fuego en un coche eléctrico se origina por un fallo en la batería. 

Lo que sí es cierto es que apagar un incendio en un coche eléctrico es más complicado por los materiales de las baterías. Es por es que los bomberos reciben formación y aplican un protocolo específico de actuación.

3. Tienen menos averías

En cualquier listado de ventajas de los coches eléctricos frente a los de combustión suele aparecer subrayado, en negrita y destacado como uno de los principales argumentos en favor de los cero emisiones que se averían menos con lo que suponen un importante alivio para el bolsillo del propietario a lo largo de su vida útil.

Sin embargo un informe publicado hace tan solo unos días por la consultora JD Power desmonta el discurso y afirma que los eléctricos puros, primero, y los híbridos enchufables, después, encabezan el ranking de coches que más averías sufren.

El informe Vehicle Dependability Study elabora sus resultados tras analizar la experiencia de más de 30.000 conductores que compraron su coche en 2021. Según las respuestas de los encuestados, la consultora prepara un índice que calcula el número de problemas por cada 100 unidades vendidas y así concluye qué modelos tienen más riesgo de sufrir una avería.

La sorpresa llega porque filtrando los resultados por tipo de propulsión, el informe afirma que los eléctricos tienen un índice de averías de 256 por cada 100 coches; los PHEV, 216 por cada 100; los híbridos de gasolina, 191 por cada 100; y los gasolina, 187 por cada 100. 

4. Su mantenimiento es más barato

Ahora bien, del informe de JD Power es importante añadir una matización: los fallos más habituales están relacionados con el sistema de entretenimiento por lo que la máxima que asegura que los eléctricos tienen menos problemas mecánicos y que su mantenimiento es más barato sigue siendo válida (hasta un 30% más económico)

Esto se explica porque los eléctricos son más sencillos y prescinden de muchos elementos que en los vehículos térmicos se desgastan por el paso del tiempo y el uso. Ahora bien, hay otros elementos que por sus particulares características sufren un mayor desgaste y, salvo que sean adecuados para soportarlas, pueden ver reducida su vida útil.

Un coche eléctrico pesa más y esto exige un sobreesfuerzo de los elementos de suspensión y frenado; también de los neumáticos. 

Ante esto hay dos opciones: 

• Llegado el momento del cambio se puede optar por amortiguadores, discos de freno o neumáticos de calidad media-baja, más baratos pero que habrá que cambiar en menos tiempo
• Optar por sustituirlos por recambios de calidad, mejor específicos para vehículos eléctricos, que serán más caros pero al tener una vida útil más larga resultarán más rentables

5. Las ventajas de las etiquetas Cero Emisiones

La etiqueta medioambiental de la DGT Cero Emisones identifica a los modelos menos contaminantes, est es, a los eléctricos e híbridos eléctricos con más de 40 km de autonomía. Estos son los más beneficiados por las medidas anticontaminación pero a nivel práctico las ventajas se aprecian solo en algunas ciudades.

Si hablamos de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) es en Madrid donde los vehículos con pegatina azul pueden entrar y salir libremente de la zona acotada de Madrid Centro; pero en el resto de ciudades, las restricciones solo afectan a ls vehículos sin etiqueta y las normas a cumplir por los coches eléctricos son las mismas que para los que tienen etiqueta ECO, C o B.