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Test de los 100.000 kilómetros: Volvo XC60 D5

Los coches de Volvo se suelen considerar unos auténticos devorakilómetros. Le hemos hecho 100.000 kilómetros al Volvo XC60 D5, y este es el resultado

Los viajes prolongados y las largas distancias son el dominio del Volvo XC60. Puedes hacer fácilmente 1.000 kilómetros con un tanque. Y al conducir, el Volvo transmite una tranquilidad casi hogareña.

Exterior e interior

Las llantas de serie de 18 pulgadas proporcionan un confort de conducción adicional.

La suspensión neumática bombea el XC60 hasta 265 mm de distancia al suelo en modo todoterreno; eso es suficiente para salir por pistas con cierto éxito. 

Los asientos, con su inusual revestimiento de tela a cuadros, son extremadamente cómodos y se sienten todavía bien firmes después de 100.000 kilómetros.

 

En el puesto de conducción me encuentro con una instrumentación impecable y una pantalla TFT muy nítida y clara. La conexión del smartphone funciona sin percances.

Motor y comportamiento

El motor diésel nunca causó ningún problema. Ni siquiera dos ataques nocturnos de martas (esos roedores de afilados colmillos a los que encanta roer los manguitos de los coches) pudieron paralizar al Volvo. Aunque sí que se comieron parte del aislamiento interior del capó.

Motor XC60

La transmisión automática de Volvo, cuyo convertidor de par permite tirar y tirar sin desgaste, es sensible y potente, y demuestra su valor cuando se arrastra un remolque. 

Cuando hace mucho frío durante las siguientes noches, el XC60 realmente muestra su espíritu escandinavo: el motor siempre arranca de manera confiable, incluso a temperaturas por debajo de los 20 grados bajo cero. En general, no hubo ni una sola negativa a la salida durante todo el tiempo que duró la prueba de resistencia, ni una sola avería que hubiera hecho necesario un servicio de remolque.

Por lo demás, la prueba de resistencia del XC60 solo provocó una vez que el conductor se pusiera nervioso: cuando se encendió la luz amarilla de verificación del motor a los 42.910 kilómetros mientras conducía. 

¿Qué hacer? "Check Engine" puede significar cualquier cosa relacionada con el motor; pero al menos brilla en amarillo, no en rojo. Así que fuimos al taller Volvo más cercano. El dispositivo de diagnóstico sospecha algo en el sistema de escape.

Cockpit XC60

El mecánico de Volvo pronostica que podría ser la válvula dosificadora de la mezcla de AdBlue. Pero la válvula no está defectuosa, sino atascada. Una limpieza a fondo es suficiente en lugar de un reemplazo costoso. Se borra la memoria de errores y, después de apenas media hora, el ingenioso taller de Volvo nos envía de nuevo a nuestro viaje. 

Y ningún percance más, solo minucias, como que el borde del espoiler delantero que sobresale está hecho de plástico duro; un pequeño impacto con una roca dejó cierta mella. 

Debajo del piso del compartimiento de carga tengo una rueda de emergencia, dos recipientes a presión para la suspensión neumática y una correa de rescate obligatorias.

Espoiler del XC60

Estuvimos más que agradecidos por la rueda de repuesto temporal cuando un tornillo perforó una goma trasera. Gracias a la rueda de emergencia pudimos continuar el viaje después de 20 minutos.

Conclusión

Los más de 100.000 kilómetros con el sueco serán recordados como una experiencia automovilística de lo más agradable: sin averías y pura relajación durante la conducción. Además, los 235 caballos del diésel eran frugales: solo 7,6 litros de media. Para los tiempos que corren, sin duda es un punto a valorar muy positivamente. 

Valoración

Nota9

Los coches de Volvo se suelen considerar unos auténticos devorakilómetros. Le hemos hecho 100.000 kilómetros al Volvo XC60 D5, y este es el resultado

Lo mejor

Fiabilidad, durabilidad, confort de marcha, seguridad, consumo

Lo peor

Solo se le puede achacar que le falte un poco de dinamismo

Etiquetas: SUV, SUV de lujo

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