Prueba Volvo V60 T6 Recharge, potencia más limpia y Etiqueta Cero
341 caballos que se enchufan
Hace tiempo que la ofensiva híbrida de los fabricantes es constante. Algunos son adelantados y otros van a remolque. Entre el primero grupo está Volvo, que desde 2011 ya cuenta con modelos híbridos enchufables. Aquellos V60 fueron pioneros y dieron el primer paso para que ahora, una década después, los suecos pongan a la venta el Volvo V60 T6 Recharge de esta prueba.
Sería como decir que van dos pasos por delante que marcas que han empezado hace dos o tres años con estas tecnologías, pues los nórdicos ya están en su segunda generación de PHEV, con las ventajas que ello implica. Ventajas en términos de potencia, eficacia, mayor autonomía y modos de conducción. Todo lo que voy a probar en este test dinámico.
Así es el conjunto híbrido del Volvo V60
Primero, los datos. Bajo el capó, este V60 T6 Recharge esconde un conjunto mecánico híbrido formado por un motor térmico 2.0 turboalimentado de 253 caballos y un bloque eléctrico de 88 caballos. Entre los dos, entregan una potencia máxima de 341 caballos, con un generoso par motor de 590 Nm. Eso se notará en la primera aceleración, sobre todo en el modo Power.
Disponible con hasta cinco modos de uso
Porque este V60 dispone de cinco programas de conducción, desde el modo Pure al modo Power, pasando por el ECO, para dosificar la potencia del conjunto. Elijo el ECO, porque la primera prueba que quiero hacer es saber si los 59 kilómetros que promete en modo Pure, donde solo entra el motor eléctrico en funcionamiento.
Mantengo la climatización y me muevo por ciudad en un uso normal del acelerador, hasta que se acaba la batería a los 42 kilómetros. Una cifra real muy destacable, porque en un día normal es difícil hacer más de 50 kilómetros en ciudad (o eso dicen los estudios) y luego por la noche puedes recargar y disponer de nuevo de toda la batería al día siguiente.
Me paso al modo Hybrid, el más usado
Primera prueba superada, ahora conecto el modo Hybrid, el que más usarás si te haces con un V60 como este. Con el conectado interactúan el motor eléctrico y el motor de combustión. La capacidad para utilizar solamente el bloque eléctrico depende del nivel energético de la batería y, por ejemplo, de la necesidad de calefacción o refrigeración del habitáculo.
Las sensaciones son las de conducir un híbrido normal, con muchas suavidad, silencio al iniciar la marcha y un refinamiento superior. El cambio automático de ocho velocidades gestiona bien la potencia y en todo momento tienes reserva bajo el pedal derecho. Más si hundes el pie en una adelantamiento, donde salen a relucir con fuerza los 341 caballos.
Y más todavía con el modo Power, que opera sobre la respuesta del pedal de aceleración, chasis, dirección y la respuesta de los frenos. Así logra pasar de 0 a 100 km/h en solo 5,4 segundos y adquiere un carácter verdaderamente deportivo. Más todavía en esta versión que cuenta con el acabado exterior R-Design.
Con etiqueta Cero, este es el precio del Volvo V60 T6 Recharge
Conectado de nuevo el modo Hybrid para bajar las pulsaciones, me fijo en la buena calidad de acabado (aquí es un modelo premium) y en una consola central ordenada y moderna. Detrás, espacio para tres adultos y un maletero que pierde algo de volumen por la batería eléctrica y se queda en 529 litros. Desventaja práctica de esta versión que compensa con la presencia en el parabrisas de la Etiqueta Cero que te abre por completo las puertas de cualquier ciudad y cuesta 57.144 euros.
Valoración
Prueba Volvo V60 T6 Recharge, análisis de rendimiento de su conjunto híbrido, autonomía real en modo solo eléctrico, comportamiento y precio
Lo mejor
Confort de marcha, autonomía eléctrica y calidad de acabados
Lo peor
Pierde algo de maletero frente a la versión de combustión
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