Prueba Skoda Superb 2.0 TDI 150 CV: la opción más recomendable

Cuando pones a prueba el Skoda Superb 2.0 TDI 150 CV, lo ves por fuera y te dicen que en esta versión diésel del nuevo Superb está disponible desde 28.370 euros te resulta difícil de creer. Es un coche con una línea muy premium y con una presencia sobre la carretera espectacular. Además, cuando pasas al interior, ese sensación incluso se incrementa. Delante encuentras un puesto de mando que, la verdad, peca de clásico (casi antiguo) frente a la competencia. Con unos relojes analógicos que no son signo de modernidad ante las pantallas táctiles de hasta 12 pulgadas de algunos de sus rivales. Pero en cuento a calidad no tiene nada que envidiar: asientos calefactables de cuero y Alcantara, plásticos engomados, pintura brillante… y, sobre todo, unos ajustes francamente cuidados.

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¿Y atrás? Sigue tan bien como acostumbraba el Skoda Superb que se lanzó en 2008 y recibió un restyling en 2013, porque es un coche que parece pensado para directivos y gobernantes. El espacio para las piernas es digno de las versiones de batalla larga de la clase superior y la altura para la cabeza es de nada menos que 93 centímetros, así que hasta los mas altos irán tan cómodos. Además, el maletero sigue ese mismo camino, porque ofrece desde 625 hasta 1.760 litros de capacidad si pliegas los respaldos posteriores. Además, si a eso sumas que se puede plegar el asiento del copiloto, logras una superficie de carga de casi tres metros de largo. Una barbaridad, teniendo en cuenta que hay furgonetas con menos longitud de carga.

Este Superb 2.0 TDI de 150 CV me parece la alternativa más equilibrada y recomendable de la gama, por consumo (en este test el gasto medio ha sido de solo 5,4 litros), como por potencia. Si tuviera que ponerle alguna pega es que a bajas vueltas le cuesta mover los 1.485 kilos que pesa el coche. No es que sea un peso excesivo, sino que es una cuestión de los largos desarrollos del cambio manual de seis velocidades, que priman la eficiencia antes que el empuje.

Como consuelo, siempre queda seleccionar el modo Sport de entre los cuatro disponibles: Sport, Normal, Eco e Individual. Así, en la posición más deportiva, el Superb endurece su respuesta y responde de forma más rápida al acelerar. De hecho, como no podía ser de otra manera es la opción que he seleccionado para mi tramo de curvas favorito y debo decir que el nuevo Skoda Superb enlaza los giros con soltura, ayudado por una dirección eléctrica que lo coloca justo donde apuntas.

Evidentemente, falta hablar del equipamiento, algo destaca en esta berlina premium checa, porque lo puedes equipar como los mejores modelos premium. Bien de serie o de forma opcional puede tener elementos tan variados como, Start-Stop, sistema de ayuda al aparcamiento delantero y trasero, Park Assist (el coche aparca solo tanto en batería como en línea), control de velocidad, mantenimiento de carril, acceso y arranque sin llave, guantera refrigerada, SmartLink para ver el contenido de tu teléfono a través del sistema multimedia del coche y hasta sintonizador de televisión.

Sin duda, no hay ningún coche en el mercado por ese precio y con ese nivel de calidad. El Skoda Superb 2.0 TDI 150 es una buena opción.