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Prueba: Oettinger Golf 500R. El Golf más bestia de 518 CV

El preparador alemán ha creado una auténtica máquina de pilotaje a partir de un Golf R. Lo comprobamos al volante en el circuito de Sachsenring.

Muchos otros han tenido la idea, antes, de convertir un Golf en un deportivo rasante. Una máquina para devorar circuitos, partiendo de sus acertadas dimensiones y su equilibrado chasis. Muchos preparadores lo han hecho, pero pocos con la maestría y la espectacularidad el que nos ocupa. Esta es la prueba del Oettinger Golf 500 R. El Golf más bestia con 518 CV.

El proyecto de transformación, basado en el Golf VII R, empezó el pasado febrero de 2015. La idea era que el Golf no solo debía tener un aspecto brutal, sino que la aerodinámica debía estar claramente enfocada a las prestaciones y la eficacia en circuito. Para ello, probaron concienzudamente un modelo a escala 1:4 en el túnel del viento.

El Golf más aerodinámico

Finalmente, el coche debía ser 10 centímetros más ancho que el original, y aun así, reducir su resistencia al aire incluso a 200 km/h. Para ello, un sistema de circulación permite que el aire entre por el morro, refrigere la mecánica y vuelva a ser expulsado por las salidas del capó inmediatamente. 

Y es que Ottinger no quería que la anchura tuviera un mero sentido estético para poder meter unas ruedas anchas sin sentido. Así, los nuevos pasos de rueda son de aluminio, pero mantiene las vías del 500 R de serie: 1,60 metros detrás y 1,55 delante. Las llantas, concebidas específicamente para este modelo junto con ATS, son de 10 x 20 pulgadas, y las gomas las proporciona Dunlop: unas 275/25 R 20 para garantizar el agarre de esta bestia, y poder contener los enormes discos de freno, de 380 y con seis pistones delante, y 360 detrás, con cuatro pistones.

Bajo el capó encontramos a un viejo conocido: el cinco cilindros turbo del Audi TT RS. Ahora incorpora un compresor más grande, nuevos pistones y colector y un catalizador deportivo, entre otras virguerías. Resultado: 518 CV. ¿De 0 a 100 km/h? En solo 3,4 segundos si lleva cambio automático de doble embrague, y cinco décimas más si monta el manual. ¿Velocidad máxima? Más de 300 km/h. 

Pero el incremento de potencia no es la única modificación mecánica. Lleva ahora un diferencial autoblocante específico en el eje delantero. La tracción integral permanece inalterada. Pero dejémonos de datos: llega la hora de probar este bólido.

Una bestia para circuito

La primera escapada la hacemos en el circuito de Sachsenring. Ya solo con encender el motor de cinco cilindros despiertan las emociones. El sonido es Audi, la visión 100% Volkswagen. Aparte de un par de revestimientos y los baquets de cuero, el cockpit es el original. Apoyo la mano en el pomo de la palanca. Esta versión no lleva el de doble embrague, aquí toca cambiar en modo manual. Por suerte el tacto es indudablemente deportivo: un pedal de embrague duro, unos recorridos cortos, un precisión asombrosa.

Salgo lanzado, noto el patadón en la espalda, este Golf acelera sin resuello. Los Dunlop necesitan un par de vueltas para coger la temperatura óptima. Al principio circulo con cautela: este modelo es totalmente nuevo, no quiero dañar ningún elemento de la carrocería. Pero a la tercera vuelta mi confianza es absoluta: todo funciona a la perfección, con la precisión de un reloj suizo.

Oettinger 500 R

Aunque lleva un motor modificado y nuevos aditamentos en la carrocería, este Golf no pesa más que el original. El empuje es realmente bestial. El chasis especial deportivo Club terminado por la propia Volkswagen tiene un comportamiento perfecto. Los neumáticos se agarran con uñas y dientes al asfalto, entro en las curvas y las dejo atrás como una exhalación. Ni un solo balanceo. Ningún Golf se ha sentido tan seguro y aplomado antes en Sachsenring.

La tracción integral y el motor armonizan hasta límites insospechados, mantienen la zaga a raya hasta en las situaciones más extremas. El nuevo diferencial con bloqueo del eje delantero me devuelve a mi trayectoria una y otra vez, incluso cuando entro a 210 km/h, con el piso húmedo, en la curva Sachsen. Y los frenos detienen el coche al instante, sin síntomas de fatiga.

En total se producirán 24 ejemplares del Oettinger Golf 500 R. ¿El precio de partida? Unos 165.000 euros. Y es que los sueños pueden ser también extremadamente caros.

¡No te pierdas este Golf GTI Clubsport en acción!

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El preparador alemán ha creado una auténtica máquina de pilotaje a partir de un Golf R. Lo comprobamos al volante en el circuito de Sachsenring.

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