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Probamos la Scomadi TL 125: para coquetos del carné B

¿Has echado ya la carta a los Reyes? ¿No? Pues no te pierdas esta prueba de la Scomadi TL 125, un original scooter para coquetos del carné B que puede resolverte la papeleta de moverte por la ciudad, tengas o no el carné de moto, si quieres llegar a todas partes con estilo y distinción.

Si crees que la ciudad es un infierno para los coches y te da tanta pereza sacarte el carné de moto como comprarte un scooter aburrido, este año tienes una nueva opción entre las motos que han desembarcado recientemente en España, y que acabamos de probar: la Scomadi TL 125, un vehículo para los coquetos con más de tres años del carné B.

La dejo enfrente de la redacción un momento y, al llegar, tengo a un montón de curiosos alrededor de la que será mi compañera durante los próximos días. Y no, NO ES UNA LAMBRETTA, aunque sus formas beban de este concepto y el logo del modelo sea un guiño a su tipografía. De hecho, Scomadi es una marca con 60 años de historia, aunque aquí -de momoneto- muy pocos la conozcan. Está concebida para quienes quieran moverse con un toque retro y de distinción, a cambio de algunas cosillas que conviene conocer antes de arrancar su motor central ¡de carburador! y cuatro tiempos, blindado bajo una carrocería sintética de ABS que hay que desatornillar para acceder a él (primera curiosidad).

Arranco y sigo. El sonido es contundente, pero lejos del clásico petardeo de las Lambretta de época. En las primeras detenciones, en semáforos y situaciones similares, casi agradezco ese -normalmente incómodo- retardo que hay entre que giras el puño derecho y la moto acelera realmente -y bastante bien, por cierto-. Le cuesta un poco coger temperatura y tienes que intuirlo, puesto que no tienes indicador de temperatura en ningún lado. Esto no es tampoco muy habitual en este segmento, pero cuando haces los primeros quiebros para incorporarte a la circulación y se te para en marcha -eso sí que es más común-, debes tener este factor en cuenta por el bien de todos.

Scomadi TL 125 trasera

No pretende ser la 125 más barata, pero sí una de las más 'guapas' de la ciudad. Aunque dispone de encendido electrónico, el motor se puede arrancar 'a patada'.

Por otro lado, el motor está tan oculto, que tampoco sobraría saber cómo están las cosas ahí abajo si tienes que recorrer ciertos tramos en plena ola de calor veraniega... 

Ya con todo a punto, pronto ves que su pequeño tamaño y su ligereza son sus mejores bazas en ciudad, junto a dos poderosos discos de freno (delante y detrás) que, a pesar de no contar con ABS, son más que suficientes para moverse con tanto estilo como seguridad por 'la jungla' urbana. Salir a carretera ya es otra cosa, puesto que le cuesta horrores llegar a los 100 km/h, tal y como te recuerda una curiosa función del cuadro que es precisamente eso, la velocidad máxima alcanzada -además, hay kilómetros recorridos y un cronómetro-. En tiempo real, por la parte que te toca y los radares en ciudad y circunvalaciones, es mejor dejar el 'display' digital -completo y claro- en modo velocímetro. 

Todo por el diseño

En este tipo de motos neoclásicas, hay que tener claro que casi todo está supeditado al diseño. Por ejemplo, no te puedes enfadar si vas a hacer gestiones por el centro y no tienes muchos huecos portaobjetos: por sus reducidas dimensiones, puedes hacer tus compras en tiempo récord, colarte por los huecos más inverosímiles y no preocuparte por los cambior de marcha ni por aparcar en aceras estrechas y dejar el espacio suficiente para no molestar. En mi caso, agradezco agradezco la guanterita delantera y el trasportín posterior, aunque echo de menos el maletero que suele llevar cualquier scooter de la competencia: en su lugar, bajo el duro pero pintón sillín, hay un depósito gigante, propio de cuando estas motos de hace décadas que tragaban más de 6 litros en ciudad. Así que ahora, a pesar de la carburación, la autonomía urbana puede superar los 250 km sin pestañear. Eso sí, con el tanque lleno (15 litros, 15 kg), sí que ganarás aplomo, pero sus prestaciones serán menos brillantes siempre, y esto te penalizará mucho en los repechos prolongados. 

Salgo ahora a autopista porque esto es un test a fondo y hay que probarlo todo, aunque se confirman mis intuiciones: esto es una moto para ciudad y alrededores y si quieres ir más lejos, debes echarle tiempo, ceñirte al carril derecho y buscar vías de servicio. De hecho, tengo que abortar un adelantamiento a un autocar de línea -de esos que van a la incómoda -para este tipo de scooters de 125- velocidad e 80-90 km/h, justo cuando empieza una pequeña pendiente hacia arriba y me quedo vendido junto al eje delantero. Pero esto es una Scomadi, así que el conductor sonríe, me saluda y me echa una miradita condescendiente por ir montado sobre una motocicleta 'clásica' -aunque técnicamente, no lo sea- y bonita.

Llego a casa ya de noche y me siento más seguro al recordar que cuento con LED en el piloto trasero y en los intermitentes, que los cruces a oscuras por vías de servicio sin farolas no son lo mejor para a lomos de estas scooters. El faro halógeno delantero apenas ilumina, pero tranquilo: la marca me ha confirmado que este problema propio de la primera serie a la que pertenece esta unidad de pruebas ya está totalmente resuelto en los modelos de producción.  

¿Un motor mayor?

Ha sido una semana intensa la que ha coincidido con esta prueba, y, antes de devolver la Scomadi TL 125 (Turismo Leggera) que tanto gusta, es inevitable preguntarme qué pasaría si esta bonita moto equipara una mecánica un poco superior, como la que ha venido prometiendo la web oficial.

Prueba Scomadi Turismo Leggera 125

Fuentes oficiales nos ha contado que, en efecto, había un prototipo de Scomadi TL de 300 cc e inyección, pero que todo a punta a que sea más factible que lancen en breve un propulsor de 200 cc, cuatro tiempos y cuatro válvulas refrigerado por agua... un salto que, seguro, redondeará más esta interesante Scomadi.

En resumen  

Si tu estilo de vida y tus necesidades de movilidad urbana te empujaban hacia un scooter clásico, pero te echaban para atrás las emisiones, el cambio manual en la mano izquierda, los frenos de tambor y los problemas de 'vejez' propios de toda moto antigua, echa un vistazo a esta bonita y llamativa Scomadi de 125, por unos 2.000 euros. ¿Te la pides?

Lo mejor: diseño, exclusividad, frenos de disco, LED, autonomía. 

Lo peor: prestaciones, velocidad punta, sonido, retardo del acelerador, escasez de huecos portaobjetos. 

Fotos: Álex Aguilar.

Equipación: casco givi tweet 30.0. Chaqueta Axo Madison. Guantes: Hevik Stoccolma

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