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Peugeot 308 SW 2.0 BlueHDI 150 CV manual, el más completo

¿Quieres un diésel ahorrador y potente a precio razonable? Pues sigue leyendo

El Peugeot 308 SW BlueHDI 150 con cambio manual el quizá la opción más interesante de la gama, al menos si el presupuesto te llega, claro. Al arrancar la prueba notas un sonido que quizá no es tan agudo como el del resto de la gama diésel; no en vano, se trata de una versión de dos litros, en lugar del 1.6 que tienen las versiones menos potentes.

Con las cifras en la mano, el 308 SW BlueHDI 150 es poco más rápido que la versión BlueHDI 120. Sin embargo, a la hora de conducirlo lo notas poderoso. Estira mucho y bien desde poco antes de las 2.000 rpm y, si vas en machas largas, te beneficias de una cifra de par de nada menos que 370 Nm a 2.000 rpm.

El modelo que he utilizado para la prueba es el Peugeot 308 SW BlueHDI GT Line, que comparte denominación con el motor 1.2 THP de gasolina con 130 CV. En este caso, además, ‘mi’ unidad montaba el Driver Sport pack. Cuando presionas el botón Sport asociado a esta opción, haces el acelerador más sensible y el sonido que se percibe en el habitáculo es el de un coche ‘gordo’.

Lo cierto es que a la hora de conducir este 308 HDI de 150 CV me gusta por las sensaciones que te da que el motor reaccione de manera más inmediata al pedal; el sonido está bien, pero te puede ‘cargar’ en un viaje largo. Otros detalles que ofrece cuando está activo el modo Sport en el 308 es que los relojes se iluminan en rojo y el ordenador de viaje muestra  parámetros como la potencia y par utilizados, además de la presión del turbo.

Cuando te pones al volante del 308 SW BlueHDI 150 percibes un tacto general deportivo, por lo que el botón ‘Sport’ no desentona del todo (su precio, 300 euros, ayuda a concederte el capricho): tanto el embrague como el accionamiento del cambio son firmes. Este último tiene además unos recorridos adecuados y te permite unas inserciones rápidas (sin pasarte, si crees que estás en el 308 GTI igual fallas la marcha)

En cuanto al acabado GT Line del 308 SW, es meramente estético: una imagen más deportiva para un modelo que, aunque no se puede decir que sea ‘racing’, se comporta con mucho más que solvencia en carreteras con curvas. Esto lo consigue gracias a un tarado de suspensiones que es firme (pero no incómodo) y a una puesta a punto del chasis bastante buena, algo común en los Peugeot de última hornada. Apenas balancea ni cabecea y el motor de dos litros, más pesado que el 1.6, no hace que el coche ‘tire’ de morro.

Además, la dirección rápida y bastante precisa, ayudan lo suyo, aunque el volante, demasiado pequeño para mi gusto, no permite un mayor grado de control. Cosas de i-Cockpit que, cuestión de gustos, no es lo mío.

 En resumen, si te planteas el 308 SW BlueHDI 150 con caja manual de Peugeot como opción para devorar kilómetros, seguro que no te vas a sentir defraudado: un cambio que no da pereza utilizar, una dinámica que está entre las mejores del segmento y un motor con mucho par, te ayudan a disfrutar del viaja ya sea cuesta abajo, cuesta arriba, en línea recta o con muchas curvas.

Eso sí: los la ficha técnica del 308 SW BlueHDI 150 promete un consumo medio de 3,7 litros por cada 100 km. La realidad es más dura, aunque en ningún caso insultante: con 5,8 l/100 km en conducción variada y a ritmos normales, se desvía dos litros de la homologación, pero tampoco está nada mal.

Valoración

Nota8

Completa prueba del Peugeot 308 SW 2.0 BlueHDI 150 CV manual, la variante más completa del familiar francés, con un motor potente y ahorrador

Lo mejor

Motor potente y ahorrador para las prestaciones que da, comportamiento dinámico y tacto de la dirección

Lo peor

Cuesta acostrumbrarse al peculiar i-cockpit de Peugeot, con un volante más pequeño de lo habitual

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