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Prueba del Opel Grandland X Hybrid

El Opel Grandland X Hybrid lo tiene (casi) todo: 224 CV, mucha tecnología y una diversión muy ECO

Sé lo que estás pensando: un SUV híbrido más. Pero este coche de pruebas, el Opel Grandland X Hybrid es bastante más interesante de que lo que puedas llegar a imaginar a priori. Y eso que no es la potente versión 4x4 de 300 CV con dos motores eléctricos en su interior. Este Hybrid a secas se conforma con un solo bloque eléctrico de 110 CV que va colocado en la parte delantera y que ayuda a un bloque de combustión 1.6 turbo de 180 CV. El motor eléctrico se alimenta de una batería de iones de litio que va situada debajo de los asientos traseros y que ofrece una capacidad de 13,2 kWh, suficiente para dotar de una autonomía eléctrica de 57 kilómetros según el protocolo WLTP. Eso significa que para la mayoría de tus trayectos diarios no vas a tener que gastar ni una sola gota de combustible.

Prueba del Opel Grandland X Hybrid

¿Convence al 100%? No, todo tiene su contrapartida: el maletero del Grandland X híbrido se ve sometido a una reducción considerable de su volumen (de 514 a 390 litros) por culpa de las baterías y el sistema que gestiona la carga. Así que no es oro todo lo que reluce. Lo bueno es que, aunque sí que afecta a la zona de carga, no lo hace en cuanto a la habitabilidad. No hay cambios (metro en mano) en ninguna de las dos filas y solo el espesor de la espuma de los asientos traseros se ha modificado para mantener la altura para la cabeza (es de 96 centímetros, suficientes para personas altas). 

Pero siguiendo con el tren motriz, me encuentro con que la caja de cambios encargada de trasladar la fuerza a las ruedas delanteras es un convertidor de par de ocho relaciones que hereda directamente del grupo PSA. No, no te hagas el sorprendido, porque en este Opel hay mucho del grupo francés (propietario, como sabes, de la marca alemana). Lo veo también en el interior, en detalles como la palanca de cambios. Ya que te hablo del interior, te diré que el diseño, los materiales y los ajustes son más que correctos. Nada desentona, aunque el conjunto puede que me parezca excesivamente sobrio. Por cierto, la única forma que vas a tener para diferenciar este interior del del resto de la gama es entrando en el menú de la pantalla principal que gestiona el sistema de carga. Por lo demás, ambos habitáculos son dos gotas de agua. 

Prueba del Opel Grandland X Hybrid

La tecnología y los asistentes brillan a un nivel correcto: ayuda al aparcamiento, cámara de visión perimétrica, alerta de fatiga del conductor, control de crucero adaptativo con detección de peatones y frenada automática... Y para los sibaritas del confort, este Opel sabe mucho: volante calefactable, portón trasero con apertura sin llave, asientos calefactables y ventilados... En cuanto a conectividad, tampoco se queda atrás: la combinación de la tecnología Intellilink 5.0 y los servicios OnStar te permiten viajar conectado todo el tiempo (los protocolos para Apple y Android son también de serie). Estos sistemas se gestionan a través de la pantalla táctil de 8'' en el centro del salpicadero. 

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Me pongo en marcha y continúo con la prueba del Opel Grandland X Hybrid. Hacerlo significa viajar siempre silencio y con máximo confort. Eso siempre y cuando no demandes la máxima aceleración. Este coche híbrido invita a tomarse las cosas con calma y a moverse en eléctrico durante un buen puñado de kilómetros (siempre acaban siendo menos de los que marca la cifra del ordenador). Claro que este PHEV ofrece también los típicos modos de conducción, incluyendo uno Sport que tensa ligeramente los músculos y hace que sus reacciones sean más impetuosas. Pero sinceramente, creo que tampoco es algo que vayas a utilizar muy a menudo. Cuando lo activas, el motor de combustión arranca casi de inmediato y rompe esa atmósfera zen que traías hasta ese momento. Ojo, eso no quiere decir que si le buscas las cosquillas este SUV no te responda como esperas. Tener 224 CV bajo el capó, con la instantaneidad que supone montar una ayuda eléctrica de 110 CV, garantiza un paso de la exquisita comodidad a la diversión en un suspiro. Eso sí, todo ello acabará antes con la reserva de la batería, con la autonomía eléctrica y cuando toda la responsabilidad del movimiento del coche recaiga sobre el bloque de gasolina, los consumos no van a ser tan bajos como los que aparecen en la ficha homologada. En mi ruta habitual de pruebas he podido medir cifras siempre por encima de siete litros y si me empeño en extraer toda la fuerza de forma repetida me voy a los 15. Así que lo mejor es volver a relajar la tensión y disfrutar de su suave conducción. 

Prueba del Opel Grandland X Hybrid

Mi opinión tras la prueba del Opel Grandland X Hybrid

Rivales directos como el Kuga PHEV o el 3008 Híbrido Enchufable se lo ponen muy difícil al Grandland X Hybrid y el precio tampoco es una baza que pueda jugar el alemán, pues no es precisamente barato. Lo mejor es su equipamiento de serie, la comodidad de sus asientos y un rodar tan suave como silencioso. 

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Prueba del Opel Grandland X Hybrid

Valoración

Nota8

El SUV de la prueba, el Opel Grandland X Hybrid lo tiene (casi) todo: 224 CV, mucha tecnología y una diversión muy ECO. ¿Tiene algún pero?

Lo mejor

Autonomía eléctrica de 57 kilómetros

Lo peor

Los costes son elevados si los comparamos a un Grandland X de combustión. Maletero más pequeño.

Etiquetas: SUV, SUV híbridos

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