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Prueba Ford Mustang Mach-E RWD 99 kWh: va sobrado de energía

prueba ford mustang mach-e rwd 99 kwh

Con la batería más capaz y solo un motor en el eje trasero, el Ford Mustang Mach-E RWD 99 kWh ofrece kilómetros de autonomía de sobra para no pasar apuros en tus viajes por carretera.

Por fin llega a mis manos  uno de los coches que más ganas tenía de probar. Y no es para menos: llevar el nombre del Ford Mustang a tus espaldas supone un gran orgullo, pero también exige hacer las cosas bien para no empañar toda la historia que hay detrás y eso es justamente lo que voy comprobar. Prueba del Ford Mustang Mach-E RWD 99 kWh.

En Ford ya sabían que no iban a ser los primeros en la carrera por el coche eléctrico, así que se han visto obligados a apostar a caballo ganador (y nunca mejor dicho). Antes de ponerme en marcha, tengo que echar un vistazo al exterior: son 4,71 metros de largo, 1.88 de ancho y 1,60 de alto, con una batalla de 2,98 metros que es bastante (y augura un interior amplio y holgado). 

Delante, cualquier parecido con un Mustang de gasolina es pura coincidencia. No hay parrilla, porque no la necesita (típico en los eléctricos), aunque el logo del caballo galopando sigue en la misma posición de todo Mustang.  

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Luego, para ser un eléctrico, sí que cuenta con un capó bastante voluminoso que esconde un pequeño maletero de 81 litros (perfecto para guardar los cables de carga). Los faros son Full LED y ofrecen una firma lumínica inédita en la marca del ovalo, con dos líneas diagonales y tres verticales. 

En las puertas te vas a encontrar con unos extraños tiradores que no son de mi agrado precisamente (minimalistas es decir poco). Detrás ni siquiera existen y tendrás que meter la mano entre la puerta y la propia carrocería para poder acceder al interior. Luego, en la zaga, sí que este Mach-E se parece más a un Mustang de los de siempre, con sus tres pilotos verticales.

Un interior sorprendente

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Pero es en el interior donde este Mach-E te deja boquiabierto con su enorme pantalla vertical desde donde puedes controlar cada parámetro del coche. La calidad percibida es buena, aunque como en otros Ford, hay detalles mejorables, como el tacto de los plásticos duros de la parte baja de la consola y las puertas. No obstante, todo está ensamblado de manera sólida. 

El diseño es limpio y prácticamente despejado de botones. De la gran pantalla hay que decir que la parte baja siempre está destinada al climatizador, así que no tienes que bucear en engorrosos submenús para variar la temperatura. Y otra cosa que me gusta: todo el universo de funciones y ajustes de configuración del coche son bastante intuitivos (no requiere una especial adaptación). 

El nuevo sistema multimedia, SYNC 4, es más rápido, responde mejor a las órdenes y ofrece un mejor control por voz. Android Auto y Apple CarPlay son sin cables (de serie) y al ser la pantalla principal tan grande es posible tener abiertas a la vez varias aplicaciones (radio, teléfono, navegador...). 

En la fila trasera, hay un mucho espacio, tanto para las piernas como para la cabeza tal y como me esperaba. Eso sí, el acceso es algo más justo por esa prominente caída del techo (pero una vez dentro al sensación de desahogo es muy elevada). 

Después de echar un vistazo por dentro, toca ponerse en marcha. Es un Mustang, sí, pero no cuento con un motor V8 bajo el capó y no hay nada de ruido cuando me empiezo a mover. Cosas de los nuevos tiempos. 

En lugar de ese V8, en el eje trasero llevo un motor eléctrico que es el encargado de desplazar los más de 2.000 kilos que pesa este Mach-E. No son pocos, pero los 294 CV de fuerza y los 430 Nm de par se muestran más que suficientes (tarda 6,2 segundos en pasar de 0 a 100 km/h). 

Hay tres modos de conducción y se llaman de una forma bastante peculiar: son Whisper, Active y Untamed que corresponden a los clásicos Eco, Comfort y Sport de siempre. Cada uno de ellos afecta a la respuesta del acelerador, la dirección, el control de estabilidad y los frenos. 

¿Cómo se siente? El Mustang Mach-E es, ante todo, un coche cómodo. Si le pisas a fondo responde con contundencia, pero no es un amante de las curvas. Las suspensiones tienen un tarado claramente orientado al confort (cosa que me parece un acierto). Pasa por los baches con bastante talento y tu espalda no se va a quejar en los viajes largos. 

Sí, he dicho viajes largos, porque este Mustang eléctrico cuenta con la batería de rango extendido que llega a los 99 kWh y solo un motor al que alimentar, así que sobre el papel podrás hacer trayectos de cierta distancia sin tener que preocuparte por la autonomía

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Oficialmente anuncia 610 kilómetros, aunque ya sabemos que esas cifras homologadas dependen de demasiados factores y casi nunca se cumplen (por no decir nunca). En mi recorrido de pruebas he logrado un consumo de 18,6 kWh, pero iba yo solo en el coche, sin la calefacción ni el aire acondicionado conectados y con una temperatura ambiente bastante agradable. 

Digo esto porque esa cifra es bastante susceptible de aumentar sustancialmente a poco que cambies esas variables o te decidas por una conducción algo más dinámica. Los tiempos de carga te obligan a tener un soporte en casa de bastante potencia, ya que cargar una batería de 99 kWh no es poca broma. 

Ford ha embarcado un cargador de 10,5 kW para que lo puedas enchufar en un poste de corriente alterna, mientras que si te decides por un punto de carga rápido en corriente continua vas a poder cargar a 150 kW (pasas del 0 al 80% de la batería en menos de una hora). 

No es lo más top que hay en el mercado ni entre sus rivales, pero también es más que suficiente. Lo que está claro es que con esas cifras, este Mustang eléctrico de rango extendido opta por derecho propio a ser el único coche familiar.

Mi opinión

Exige necesariamente un cargador de alta capacidad en casa y mejorar algunos aspectos como el tacto de los frenos o la dirección, pero, sin duda, es un modelo que, gracias a su gran autonomía, te lo puedes plantear como único coche familiar.

Valoración

Nota8

Con la batería más capaz y solo un motor en el eje trasero, el Ford Mustang Mach-E RWD 99 kWh ofrece kilómetros de autonomía de sobra para viajar.

Lo mejor

Su autonomía extendida, su interior espacioso y sus prestaciones.

Lo peor

Exigencias de recarga de la batería, accesibilidad en las plazas traseras y calidad de algunos acabados interiores.

Etiquetas: SUV

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