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Prueba Mercedes EQE: ¿tan bueno como siempre?

Prueba Mercedes EQE

Si hablamos de confort de marcha, Mercedes siempre ha marcado la pauta con el Clase E. ¿Ocurre lo mismo si apostamos por su gama eléctrica? Probamos por primera vez el EQE para comprobarlo

La apuesta de Mercedes por los coches eléctricos es clara. Y va por el buen camino. Es cierto que el Mercedes EQE se conduce exactamente de la misma manera que cualquier otro eléctrico, es decir, rápido, silencioso, pero no de forma particularmente ágil cuando se pasas por zonas de curvas a paso ligero. Pero eso tampoco es un problema, porque nadie puede hacerlo mucho mejor en este momento. 

En cambio, cuando hablamos del sistema multimedia, de ayudas a las conducción o de interconectar datos de tráfico con funciones de seguridad, por ejemplo, la marca de la estrella saca pecho y se pone por delante del resto. 

Un ejemplo: el conductor puede usar las levas del volante para determinar cuánta energía recupera la batería del EQE; o el propio coche también lo puede hacer por sí mismo de forma inteligente, sabiendo que debe reducir la velocidad antes de una rotonda o un semáforo, y así convierte esos momentos en fases de recuperación de electricidad para la batería. 

Prueba Mercedes EQE

Y lo que es impresionante es lo suave que el coche se acerca a la velocidad correcta a esos puntos, acelerando con precisión y sin desperdiciar un solo electrón durante el proceso. En resumen, por decirlo de alguna manera: donde haya energía disponible, el EQE la intentará aprovechar a la décima de vatio. 

Al final, la autonomía se desvía de la declarada de forma oficial por el  fabricante, pero sigue siendo bastante buena. Calculamos 400 kilómetros para el EQE 350, una distancia absolutamente adecuada para viajar. En general, ese es exactamente su cometido: viajar de forma noble, con una conducción suave. 

Máximo confort

La suspensión Airmatic neumática opcional con amortiguación adaptativa (2.329 euros) esquiva pequeños baches y filtra ondulaciones más grandes con gran solvencia. 

No obstante, creemos que las llantas de 20 pulgadas (desde 968 euros) que monta esta unidad de pruebas, aunque le sientan de maravillas, no contribuyen a mejorar la sensación de alfombra mágica rodante que pretenden brindarle los ingenieros. Debido al bajo perfil de los neumáticos, hacen que se transmita con fuerza al interior cada pequeño bache por el que pasas.

Prueba Mercedes EQE

Y si hablamos de confort, no podemos dejar de valorar sus asientos suavemente acolchados y el espacio diáfano que ofrece, que combinan de manera ideal con el elevado nivel general de comodidad de conducción del que te venimos hablando. Además, hay mucho espacio para las rodillas de los pasajeros, especialmente en la parte trasera, y la tapicería también es ejemplar. 

Una desventaja del diseño exuberante (y aerodinámico) de la carrocería es que en ocasiones cuesta calcular bien las distancias cuando te manejas en zonas estrechas. Especialmente al girar, claro. Es una pena, porque el Mercedes EQE debería ser especialmente bueno en este apartado, ya que cuenta con dirección en el eje trasero para lograr radios de giro enormemente cerrados, pero como el morro es tan grande no es tan fácil maniobrar como cabría pensar. 

Gran sistema multimedia, pero...

El sistema operativo de ese Mercedes también pondrá nerviosos a los conductores menos acostumbrados a lidiar con la tecnología, porque casi todo tiene que configurarse a través de la pantalla principal .

Para más inri, al estar inclinada, las huellas dactilares que dejamos cada vez que la tocamos se reflejan con el sol y emborronan la visibilidad. Además, las pequeñas zonas táctiles del volante son un factor de distracción típico, debido a que sus controles hápticos no siempre funcionan a la perfección. 

Prueba Mercedes EQE

Un coche 'raya' la perfección

Sin embargo, en general, el EQE raya la perfección. El sistema de control por voz funciona de manera rápida y precisa, incluso cierra las ventanillas cuando se le ordena. 

Los procesos de carga se pueden iniciar, controlar y monitorear a tu gusto. Por ejemplo, al detenerse en una estación de recarga, el EQE calcula la cantidad de energía necesaria para llegar a tu destino y solo aporta la cantidad de kilovatios necesaria. Por lo tanto, acorta el tiempo de espera. 

Además, aunque no estuviera previsto, el automóvil puede sugerir una parada adicional más corta si pasas por una electrolinera con más potencia de alimentación, porque así se podría acortar el viaje. La potencia de carga máxima que admite el EQE es de 170 kW, en cuyo caso pasaría del 10 a 80% de su capacidad en solo 32 minutos, lo que sería suficiente para recorrer 350 kilómetros. 

Prueba Mercedes EQE

Precio

No hay duda, Mercedes cumple con creces en esta liga premium también con su modelo 100% eléctrico. Sin embargo, esto tiene su coste. Al precio básico se le suman los caros elementos opcionales. Asientos multicontorno, paquete Premium Plus (suma mil cosas, pero cuesta 15.077 euros), eje trasero direccional, neumáticos deportivos... 

El coche de pruebas al final cuesta casi 100.000 euros. Caro, como siempre. Brillante, como siempre. Si quieres un Mercedes eléctrico, ya sabes lo que toca...  

La opinión del redactor

Eléctrico majestuoso, extremadamente cómodo, completamente inteligente, muy tecnológico y suave de conducir. Muchas cosas buenas que no quitan para reconocer que tiene debilidades en lo relativo a la facilidad de manejo y un precio que estropea el buen sabor de boca inicial.

Valoración

Nota9

Eléctrico majestuoso, extremadamente cómodo, inteligente, muy tecnológico y suave de conducir son los calificativos que surgen tras probar el Mercedes EQE

Lo mejor

Tecnología y confort de marcha

Lo peor

Precio

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