Logo Autobild.es

Prueba: Mercedes AMG S 63 2017. Lujo máximo a 300 km/h

Después del facelift llevado a cabo sobre el Mercedes Clase S, las variantes AMG también reciben retoques, fuera y debajo de chapa. Nosotros nos hemos puesto al volante de una de ellas, que combina como pocos coches en el mundo el máximo lujo y prestaciones de superdeportivo. Prueba: Mercedes AMG S 63.
La berlina rinde ahora 612 CV, lo que la acerca aún más a su hermano mayor, el Mercedes AMG S 65, que entrega 630. Por tanto, este coche estrena motor, y también transmisión y tracción total: monta la 4Matic+, para que vaya, literalmente, pegado al suelo.
Los faros también son nuevos, y también estrena parrilla. Esto le da al frontal un aspecto aún más imponente. En la marca, denominan al morro de esta variante Jet Wing, y no es para menos: con sus nuevas entradas de aire inferiores, parece que va a despegar en cualquier momento. Detrás, estrena pilotos en estética acristalada, y las variantes AMG, como la que tenemos hoy, lleva difusor y escapes específicos, en el caso del S63, cuadrados. ¿El precio? Prepárate a desembolsar más de 160.000 euros.

VIDEO: ¡Alucina con la variante cabrio!

Mejor que en tu salón

Dentro, las diferencias son leves tras el facelift, pero acertadas. Las dos enormes pantallas de 12,3 van ahora fusionadas, sin marcos, y eso le da al conjunto un aspecto aún más moderno y elegante. El sistema de control lo hereda del nuevo Clase E que, como vino más tarde, había adelantado a la Clase S en este aspecto. En el nuevo volante, encontramos ahora los pads táctiles para los dedos pulgares, que permiten manejar muchos elementos del infotainment sin desviar la vista de la carretera. 
También renueva su iluminación ambiental. Ahora, las tiras de LED repartidas por el habitáculo permiten elegir entre nada menos que 64 colores, lo que le da al interior un toque único, extremadamente acogedor y exclusivo. Existen seis programas de confort que regulan esta iluminación, la función de masaje de los asientos y hasta la música.

¡Arrancamos!

La Clase S está dirigida a usuarios que, habitualmente, se sientan en las plazas traseras y se dejan llevar por un chófer. Pero en esta variante, te morirás por ir al volante. Bajo el capó llevo el portentoso 4,0 litros V8 con doble turbo. Abandona así el 5,5 litros, pero aun con menor cubicaje, logra aumentar la potencia de 585 a 612 CV. El par motor máximo es de 900 Nm. Las prestaciones dadas por la marca dan fe de este incremento: de 0 a 100 en 3,5 segundos, y hasta 300 km/h sin limitador electrónico.

Su brutal empuje lo noto ya entre 2.750 y 4.500 vueltas. El sonido que sale por los escapes es brutal, mientras el cuentarrevoluciones digital sube como si no hubiera un mañana. El nuevo cabio automático de nueve velocidades es un prodigio que sube y reduce de forma instantánea y sin tirones, y a cada inserción, el escape me saluda con un rugido tan descomunal como cautivador. 
Si te parece demasiado escandaloso para una berlina así, siempre puedes cambiar el modo de conducción de Sport+ a Sport o Comfort, en el que se vuelve mucho más civilizado y silencioso. 

Este S 63 estrena un launch control nuevo. AMG lo llama Race Start, un nombre que no podría ser más adecuado. En modo Sport o Sport+ me basta con mantener a fondo el pie izquierdo en el pedal  del freno, y pisar a tabla el acelerador con el derecho. Luego suelto el freno, y el cuentavueltas se ilumina en mil colores, mientras yo salgo catapultado hacia delante, con tal furia, que me cuesta creer que voy al volante de un coche de más de dos toneladas. Lo mismo puedo decir a la hora de afrontar los tramos de curvas: no voy en un 911, pero desde luego esta berlina es capaz de enlazar los giros con una facilidad pasmosa, y sin apenas balanceos. 
Y si quieres viajar cómodamente, este Mr. Hide se convierte en Dr. Jekyll con solo levantar el pie del acelerador y ponerlo en modo Comfort. El chasis entonces se relaja, la dirección se vuelve más suave, y el cambio apura menos cada relación. Aún puedes ir más relajado: con la ayuda a la conducción automatizada Distronic, puedes incluso quitar las manos del volante.


 

Valoración

Nota9

El Mercedes AMG S 63, después del faclift llevado a cabo en la Clase S, sube la potencia de 585 a 612 CV. Las prestaciones hablan por sí solas: de 0 a 100 en 3,5 s.

Lo mejor

Prestaciones, confort, lujo interior, tecnología, comportamiento dinámico.

Lo peor

Prepárate a desembolsar 160.000 euros como poco. Consumo muy elevado.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.