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Prueba del McLaren 765LT Spider: un superdeportivo que toca la fibra... ¡de carbono!

Prueba del McLaren 765LT Spider

Justo después de que el delantero del Real Madrid Karim Benzema probase esta unidad, McLaren se la ofreció a AUTO BILD.ES. Y claro, no pudimos decir que no. Sólo hay 765, de otros tantos caballos, por casi medio millón de euros. 

Pilotamos el superdeportivo más potente y radical de serie (limitada) que ha hecho McLaren y en versión abierta, un coche que es un portento de la tecnología, diseño, aerodinámica, seguridad, prestaciones... que ronda el medio millón de euros. ¿Nos sigues? Aquí está la prueba del McLaren 765LT Spider: un coche que toca la fibra... ¡de carbono!

Quiero aprovechar este horrendo parking público lleno de columnas random y rampas puestas a mala idea para contarte rapidito aquello en lo que ni tú ni yo queremos perder tiempo: que este coche tiene un montón de sensores de aparcamiento, un cuadro que se convierte en monitor 360º (que ya puede ser bueno, porque cuesta 4.470 euros) y un pilar C con cristales disimulados para facilitar maniobras.

Que cuenta con todos los asistentes actuales de seguridad y conectividad que se esperan de cualquier utilitario low-cost; que tiene ABS, ESP, aire acondicionado y manos libres compatible con Apple y Android (aunque de poco te va a servir, porque el motor no tiene forma de silenciarse y apenas oirás dentro nada más)... 

Diseño e interiores

Este portento del diseño, la tecnología, la mecánica y la aerodinámica no es lo más apropiado ni discreto para ir a por el pan o llevar al cole al único niño que te cabría en él, a tu derecha. ¿Listo para una experiencia trepidante a bordo de una bestia de más de medio millón de euros, de la que sólo existen 765 unidades, con esos mismos caballos a los que debe su nombre y un par de 800 Nm?

Pues pulsa la manilla oculta en la toma de aire de la puerta, no golpees ninguna tubería al elevarla tirando un poco hacia arriba, no dejes nada que sobresalga tras el asiento al tirar hacia abajo y cerrarla, estira un poco la espalda y relaja el cuello y a disfrutar de una montaña rusa (digo, británica), recién llegada de Woking, en Inglaterra, que, advierto, nadie dijo que tenía que ser cómoda

Prueba McLaren 765LT Spider

Pero lo primero, localicemos a la derecha del volante el botón que elevará unos centímetros el chasis hasta los 63 km/h para salvar rampas y badenes urbanos sin destrozar los difusores del suelo. Es ahora cuando me recreo en el extraordinario tacto racing de esta exclusiva mezcla de piel, Alcántara, fibra de vidrio y la omnipresente fibra de carbono. 

Este material este último con el que McLaren ha construido su imagen de marca como homenaje al chasis monocasco de seguridad construido con ella que revolucionó desde principios de los 80 la F1 ... y que todas las escuderías siguen usando (perfeccionado) hoy. Asimismo, el cuadro se va anaranjando a medida que pides deportividad. 

Además, existe una tecla que lo pliega y sólo te deja ver en el borde la información básica, al estilo de un monoplaza, con un cuentavueltas de LED para saber a qué régimen cambiar de marcha y el velocímetro, eso sí, al que obliga la ley, que al fin y al cabo, esto es un vehículo para la vía pública... pero que se puede disfrutar en cada metro de carretera virada de montaña.

En la pantalla central, el casco del monigote de la climatización y la botonería -heredada de la F1- recuerdan que este coche no se conduce, se pilota. Por eso, todo en el cockpit está reducido a la mínima expresión, con el fin de que el conjunto se aligere al máximo y quien está a los mandos tenga todo a mano. 

Así funciona su motor y estas son sus prestaciones

Su V8 biturbo longitudinal central de 765 CV y 800 Nm de par lo empuja brutalmente desde parado a los 100 km/h en 2,8 s y hasta una máxima de ¡330km/h! Es, simplemente, una obra de arte de la ingeniería... aunque esté siempre oculto. Reconocible y espectacular, todo en aquí está supeditado a las prestaciones y el disfrute del conductor-piloto.  

Hay que salir a carretera y llueve mucho. Máxima atención. Al pulsar el botón rojo nuclear, con su bramido -amplificado como en el mejor auditorio por las profundidades del garaje-, la sensación de que ya nos miran a mil kilómetros a la redonda, ni la fumata blanca que sale en forma de vapor para anunciar el misterio, el nacimiento de semejante Mesías. 

¡Habemus un nuevo dios de la deportividad! Alabado sea el hacedor de la leyenda, Bruce McLaren, y sus discípulos de McLaren Automotive, por seguir su mensaje y la tradición (iniciada en 1994, con el F1 de calle) de que el común de los mortales podamos conducir unas máquinas con este apellido que sólo estaban reservadas a héroes de la velocidad, así en la tierra como en el cielo. 

¿Por poner sólo algunos ejemplos? Además del propio Bruce, te sonarán y mucho nombres y apellidos ilustres como Emerson Fittipaldi, James Hunt, Alain Prost, Ayrton Senna, Niki Lauda, Lewis Hamilton, Fernando Alonso o Carlos Sainz -quien me prestó su gorra naranja papaya y hoy va a ser el mejor complemento-.

Por fin, clarea la mañana y, tras oscurecer mediante otro botón el techo rígido de carbono y cristal (de 10.860 euros) para ir quitando sin deslumbrarme ayudas a la conducción con las teclas de la consola, puedo aminorar, pulsar el botón que lo retira y esconde en 8 segundos y escuchar la nueva melodía en el modo Sport (el más radical después del Track). 

Comportamiento dinámico

A 40 por hora, entre calles estrechas, no sé si sufre más el coche o yo, porque todo retumba, los parasoles chirrían y a cada toque de acelerador, aun con los controles puestos y en modo Confort y automático, el 765 LT (de long tail -cola larga-) se retuerce y pide dar guerra para que tú dejes de luchar contra sus sacudidas o su rígida suspensión y de bracear con su pequeño volante. 

Porque sí, a veces toca sortear cada chicane de baches o conos de obras, y que asciendas de una vez al paraíso de las sensaciones. Dejo espacio y, sin desatender nunca la seguridad ni el sentido común, exprimo su V8 biturbo hasta pegarme al asiento por su brutal empuje y es ahora cuando se lucen todos sus reglajes, sus neumáticos -ya a temperatura óptima- en un increíble clímax sensorial.

Me calo otra vez la gorra -aunque no se me ocurriría lugar más honroso para perderla- y con la configuración más radical dejo que el motor, dé el do de pecho en forma de estruendo en cada acelerón y petardeo en nada más levantar el pie derecho y al reducir con las levas (fijas y de carbono, como debe ser).

 En las frenadas más radicales, el enorme alerón trasero, al más puro estilo de los flaps de un avión, se despliega automáticamente para ayudar en la operación y no sobre, ofrecer mayor resistencia aerodinámica y preservar unos frenos muy eficaces pese a no ser los del pack de circuito (21.450 euros).  En curvas rápidas, merece la pena perder algo de rigidez con el techo abierto... 

...A cambio de escuchar directamente su poderoso V8 biturbo de 765 CV. Entre vuelo y vuelo rasante, pasa la mañana tan fugaz como este roadster, que te hace volar a ti mientras él se pega al suelo, girando muy plano y avisando de posibles excesos. Suena el móvil y me dan ganas de lanzarlo lejos, pero sólo la pintura cuesta 6.480 euros y no es plan. 

Así que toca aterrizar, esconder el 765 LT y buscar un sitio para ver a los 'míos' en el próximo GP de F1 (aunque el comienzo de temporada del equipo McLaren Racing no haya sido precisamente glorioso este inicio de temporada, con Norris y Ricciardo). Antes, un niño grita: "¡Mira, mamá, un Ferrari!".  

Precio y rivales

Lo tomaré como un piropo... Pero es que, en realidad, ni siquiera en los catálogos de la competencia hay Ferrari, Porsche o Lamborghini demasiado equivalentes. Que sí, que tienes el Ferrari 812 Superfast, o el Lamborghini Aventador, aunque en ambos casos, para empezar tienes coches con conceptos distintos, con algo más de mimo por el confort, motores de 12 cilindros en V...  

Sin embargo, entre precio base y extras (hay ciertos acabados de pintura ¡de más de 100.000 euros!)- esta unidad supera el medio millón. ¿Es, pues, apropiado decir que el 765 Long Tail (LT) es un 'coche' y que 'regala' sensaciones más propias de pilotos que de conductores? No lo sé, porque hasta en eso es diferente a todo este 'fenómeno' (¿mejor así?) de la ingeniería y las prestaciones.

Valoración

Nota9

Probamos el McLaren 765LT Spider, un superdeportivo que toca la fibra... ¡de carbono! por ser el modelo de calle fabricado por la marca más radical hasta la fecha.

Lo mejor

Diseño, tecnología, aerodinámica, prestaciones, comportamiento, exclusividad, sonido a altas vueltas.  

Lo peor

Precio elevadísimo, ruido interior y vibraciones a bajas velocidades, no se puede ver el motor. 

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