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Prueba Mazda MX-5 2019. ¡La conquista de Transilvania!

Prueba Mazda MX-5 2019
¿Para qué tocar algo que es fantástico? Pues eso: más potencia y más chispa, ¡éxito asegurado!

Jarabe de Palo ya lo dijo en su día: “hay momentos en la vida para los que no nací.” Tras la prueba del Mazda MX-5 2019 en una de las mejores carreteras del mundo, lo tengo claro: ¡hay días para los que sí nací! Y hoy es uno de estos. La cuarta generación del mítico roadster nipón se renueva, pero tranquilo, deja de hiperventilar, hablar de un restyling rozaría lo valiente. Más bien, Mazda ha seguido el plan de ruta con el que lanzó la ‘Generación ND’ de su modelo franquicia. ¿Les ha gustado lo que han visto? Pues ahora les daremos lo mismo, pero más potente y con más chispa. 

Y es que, ante el cóctel que prometen los chicos de Mazda, poco más se puede hacer que asentir, al estilo nipón, con las dos manos unidas, y preparar nuestro cuerpo y mente para pasar un buen rato. Si eres un fan del coche autónomo y crees que un vehículo con cuatro ruedas no es más que un artefacto para transportar tu trasero de una manera más confortable de cómo lo haría un caballo, debes dejar de leer aquí. Para el resto, tengo buenas noticias.

El Mazda MX-5 siempre ha utilizado su sencillez y honestidad para conquistar. Ligero, ágil, no demasiado potente, no demasiado caro de mantener y con un precio base para sonreír a la vida. El original, el NA, fue siempre el más deseado, por llevar esa ecuación al extremo. Las posteriores generaciones apostaron por un mayor refinamiento y ciertas dosis de lujo, algo que fue empañando ligeramente esa condición original tan apetecible. La llegada del ND fue la reafirmación del MX-5 como un mito sobre ruedas, la vuelta a los orígenes.

Mazda MX-5 y Carretera Transfagarasan. ¡Diversión asegurada!

La prueba del nuevo Mazda MX-5 empieza con cautela. Aunque también con confianza: con lo poco que han modificado el conjunto, seguro que una decepción no nos vamos a llevar. Pero esta no es la única buena noticia de la jornada: ¡vamos a conducirlo en la mítica carretera Transfagarasan, en pleno corazón de Transilvania, en Rumania! Un escenario idílico y espectacular, donde un coche como el MX-5 debería poner en apuros a más de un superdeportivo. Revirado, exigente y lleno de historia, este puerto de montaña es el hábitat natural de un coche como este.

Prueba Mazda MX-5 2019

Arranco y el motor de dos litros cobra vida con un sonido que anticipa el festín que nos vamos a pegar. Suena más contundente, como si se tratase de algo más serio de lo que realmente es (el sistema de escape se ha modificado casi por completo). Al fin y al cabo, 184 CV tampoco es una cifra que asuste, pero sí suponen un pasito hacia adelante respecto a los 160 CV que ofrecía este motor hasta la fecha. No es un incremento brutal de potencia, pero en Mazda afirman que mejora la experiencia de conducción.

Ay, amigos, esa palabra clave: ¡experiencia de conducción! Al fin y al cabo, los que nos tomamos esto de conducir como algo jovial, entendemos que conducir un coche u otro no es más que diferencias experiencias y sensaciones que nos provocan. Tomar un coche como el nuevo Mazda MX-5 y modificarlo en exceso, podría terminar con su gracia. Es mejor mantener su esencia y mejorar en aquellos puntos donde hay margen de mejora. Lo mismo que hicieron en Seat Sport con el fantástico Seat León Cupra R

Prueba nuevo Mazda MX-5: ¡con 184 CV y hasta las 7.500 vueltas!

En este caso, los ingenieros de Mazda se han centrado en el motor. Y no es algo improvisado: esta actuación estaba marcada en el plan de vida del MX-5 ND desde el momento de su concepción. El motor luce una admisión mejorada y numerosos pequeños ajustes para conseguir un punto más racing, 24 CV extra, 5 Nm más de par y, ojocuidao, 1.000 revoluciones más en lo alto del tacómetro, para fijar la línea roja en las 7.500 vueltas. ¿Para qué más? 

Prueba Mazda MX-5 2019

Para mi aventura rumana opto por una versión con techo de lona. Lo siento, llamadme tradicional, pero un roadster así tiene que tener un techo de lona, ligero y de accionamiento manual, evitando pesos extra innecesarios. Por supuesto, con la versión más potente (el motor de 1.5 litros se mantiene sin cambios importantes) y, más por supuesto todavía, con cambio manual de seis velocidades. Elegir un MX-5 con cambio automático por convertidor de par debería conllevar pena de cárcel.

Desarmo la capota, tirón hacia atrás y la engancho en la parte trasera. En entre tres y cinco segundos ya tienes el cielo como techo. Primera y arranco. Lo que más llama la atención en un primer momento es lo bien ajustado que está el cambio manual. Su funcionamiento es súper agradable, con un tacto de embrague y cambio perfecto. No es nada exigente y permite cambios fulgurantes sin esfuerzo. Hundo el pedal derecho y el Mazda MX-5 2019 de esta prueba sale con brío. Bien, con brío a su manera. Completa el cero a cien en 6,5 segundos, no es un coche lento, pero si estás acostumbrado a las mecánicas sobrealimentadas, tan comunes en nuestros días, echaras en falta ‘la patada’. Oh, vaya.

Prueba Mazda MX-5 2019: un motor muy elástico

¿Vaya? Para nada: el motor es delicioso. Sube de vueltas con calma, como si quisiera disfrutar de todo el amplio rango de revoluciones, sin prisa, sin pausa. Debo confesar que en la revirada ‘Transfagarasan’ me cuesta alcanzar las 7.500 vueltas del corte, pero finalmente debo hacerlo, en segunda. El motor sobrevive. ¡Vaya si lo hace! La verdad es que es el complemento ideal para un coche así, aunque es cierto que su sabor purista no lo hará ideal para todo el mundo. Para ir despacio, disfrutando el paisaje y sin preocuparse del cambio de marchas, quizás un Fiat 124 Spider (hermano del MX-5) con su motor sobrealimentado pueda ser más fácil de llevar.

Prueba Mazda MX-5 2019

Pero amigo, si te gusta la marcha y quieres pasar un buen rato al volante, este coche es fantástico. El motor obliga a jugar con la caja de cambios, en una especie de baile de instituto que motiva y enciende tu parte más pasional. La dirección guía al coche con precisión (no me importaría que tuviese un recorrido algo más corto) mientras que probablemente los frenos sea el elemento técnico más discreto del conjunto. No obstante, en armonía, todo funciona a la perfección, apoyado siempre por un peso muy ligero (1.030 kilos) y una puesta a punto de la suspensión muy acertada, firme en curvas, pero sin llegar a ser incómoda a la hora de tragar kilómetros.

Y todo esto, amigos, es lo que viene siendo un Mazda MX-5, evolucionado en casi 30 años de vida. Un coche sencillo pero apasionante. El interior luce una buena calidad de acabados, así como de equipamiento. La versión RF, con su particular techo tipo targa, busca algo más de refinamiento y coherencia en un coche que no debería pretender gustar a todos (incorporando por ejemplo un aluvión de sistemas electrónicos de seguridad y ayuda a la conducción que hará las delicias a los ‘millenials’ más exigentes). No obstante, Mazda ha dado en la clave con esta versión: el 70% de las ventas en España de este roadster pertenecen a esta versión con techo duro.

Los asientos son cómodos, aunque las personas de mayor volumen notarán como no son especialmente anchos. El sistema de entretenimiento (ahora de serie con conectividad Apple CarPlay y Android Auto) es referente entre los fabricantes japoneses en cuanto a calidad de los gráficos y lo intuitivo de su interfaz. No hay mucho más: los grandes diales del climatizador ponen el punto y final a un interior conciso, perfecto en un coche así. Pensado para disfrutar conduciendo, no toqueteando la pantalla central.

Mazda MX-5: todo lo que necesitas a buen precio

Mejorar el Mazda MX-5 era una tarea complicada y sinceramente, creo que Mazda ha conseguido mejorar (ligeramente) un producto que ya rozaba la perfección. Obviamente no es para todos los públicos, pero sí es la mejor opción del mercado para aquellos que busquen un coche que apueste por la diversión y el placer puro de conducir y se olvide de demás tonterías. ¿Hay que ser un quemado para tenerlo? Ni mucho menos: simplemente tienes que disfrutar conduciendo y saber que renuncias a dos plazas traseras y a un maletero digno (dos maletas de mano caben con dificultad). 

Prueba Mazda MX-5 2019

¿Su precio? Con los descuentos básicos y la promoción por financiar, puedes conseguir el Mazda MX-5 2019 de esta prueba por poco más de 20.000 euros. Sí, sí, ¡nuevo! Pero quizás el dato más interesante sea este: la versión más equipada, más lujosa y potente, está disponible desde 30.000 euros. Poco más. Es poco dinero en comparación de las sensaciones que te aporta el coche en un puerto de montaña o prácticamente en cualquier trayecto de tu día a día. Es un precio más que aceptable para dar una patada en la boca a los que piensan que conducir es un lujo renunciable.

¿Lo malo? ¿Es todo perfecto? En lo que se refiere a la conducción en sí, pocas pegas tiene. Es sencillo, honesto y sin pretensiones. Directo al grano y creado para disfrutar al volante. Además, uno de los grandes problemas de ergonomía se ha solventado en este restyling con la incorporación de una dirección regulable en altura y profundidad. Dos personas viajan sin problemas de espacio. Además, su consumo es realmente interesante: es fácil dejarlo por debajo de los seis litros a los cien en una conducción relajada, mientras que es casi imposible superar los diez de media en una conducción alegre. ¿Es para todos? Claro que no: dos plazas y sin apenas maletero. Pero qué mas da: ya es hora de darse un homenaje y si lo tuyo es disfrutar al volante, este es uno de los coches más honestos del mercado. ¡Creado únicamente para gozar conduciendo!

Valoración

Nota8

La prueba del Mazda MX-5 2019 es todo un alivio para los que utilizan el coche para divertirse: más potente y manteniendo un comportamiento dinámico impecable.

Lo mejor

Motor más potente, comportamiento dinámico, consumo, precio

Lo peor

Escasa renovación estética y tecnológica. Asistentes seguridad mejorados sólo en el RF

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