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Prueba del Range Rover D350: lujo total, diésel y con etiqueta ECO

Mucho ha llovido desde aquel prototipo secreto de 1969 que Land Rover denominó Velar. Te suena el nombre, ¿verdad? De él nació un año más tarde el modelo que aunaba capacidad y elegancia: el Land Rover Range Rover. Aunque fue en 1981 cuando llegó la versión de cuatro puertas. Pero da igual si hablamos de una u otra carrocería, porque independiente de ello, este modelo fue el primer vehículo con tracción permanente a las cuatro ruedas. También se caracterizaba por el portón trasero dividido, capó de diseño clamshell (tipo concha) y línea continua de la cintura.

Y han pasado cinco décadas desde entonces y, aún así, la quinta generación del Range Rover se sigue reconociendo claramente. Eso sí, aunque de ese concepto de coche para el campo con ciertos lujos nacido hace cinco décadas, se ha pasado a un coche donde el boato impera en cada centímetro del mismo, sin olvidar su sorprendente capacidad off road, que sigue siendo altísima.

Exterior e interior

Por fuera sorprende por su tamaño. Nada nuevo. Nada nuevo en lo que a tamaño se refiere, porque su diseño ha sido renovado totalmente, sobre todo la zaga. Esta adopta unos pilotos en posición vertical en lugar de horizontal que se esconden tras las molduras negras del portón. De 10. 

Desde mi humilde punto de vista es el cambio que más personalidad le ha dado el vehículo. Porque los grupos ópticos delanteros también adoptan nuevos trazos, pero siguen la línea de los de la generación pasada.

Pero no todo es imagen, porque también se ha cuidado muy mucho la aerodinámica. La firma británica ha conseguido un coeficiente (Cx) de 0,30, un 0,04 mejor que el Range anterior. Líneas muy puras que se pueden observar en el lateral, donde se ha prescindido de los tiradores clásicos y se ha optado por unos enrasados como los del Land Rover Range Rover Velar.   

En el interior se respira ese lujo del que presume -y puede presumir- la marca. Lo primero a la hora de cerrar la puerta, que sin hacer la acción entera, el coche, de forma automática, la ejecuta. Y lo segundo, por el olor a cuero del habitáculo. Los materiales son de primera y no hay un plástico gomoso que tocar... Pero porque todo está tapizado en cuero. Suma las molduras en acero y las de madera. 

Pero es cierto que para un coche de 160.000 euros esperaba unos ajustes mejores. Por ejemplo, la guantera superior no casa perfectamente con la siguiente zona del salpicadero. O en el hueco que hay entre la luna y el techo puedo meter un dedo. Imagino que será un problema de la unidad de pruebas de este Range Rover D350.

Prueba del Range Rover D350

Tampoco me ha convencido que en la moldura de los botones de la climatización, al presionar alguno de ellos, se hunda. Da un aspecto más pobre de lo que debería. Igual que los botones del volante. Por ejemplo; los hápticos de Porsche están más conseguidos. Por cierto, se agradece que no tengas que andar navegando por la pantalla para subir o bajar la temperatura; lastima que para apagar el sistema de climatización sí...

Y ya está. No existen más pegas. El resto exhibe una calidad enorme. Cómo la percibida y al tacto. Y como era de esperar tratándose de un Land Rover

En cuanto al espacio, las plazas traseras ofrecen mucho, tanto para las piernas como para la cabeza. Además, el piso es plano, por lo que el pasajero de la plaza central viajará más o menos cómodo -puede elegirse con cuatro plazas con una gran consola entre los dos asientos posteriores-. Otra cosa es el respaldo: factura a pagar por equipar reposabrazos con reposabrazos. ¿Un refresco bien frío? ¡Hecho! La nevera que se sitúa entre las dos plazas delanteras tiene dos niveles -el más alto deja la bebida casi congelada- y un tamaño considerable. ¿Para qué quiero una Volkswagen California Ocean? Bueno, tampoco tengo que pasarme...

 

Sí es una pasada su maletero, que cubica 575 litros, tanto en la variante de batalla corta como en la de batalla larga, y al que se accede al abrir ese portón de doble hoja. Está situado en una posición alta, pero existe la posibilidad de bajar la zaga con tan solo pulsar un botón. Además, el piso esconde un hueco enorme capaz de dar cobijo a una rueda del mismo tamaño que las otras cuatro.

Motor y prestaciones

El Ranger Rove está disponible con diferentes motorizaciones: diésel, gasolina e híbrida enchufable. Los de gasóleo son dos seis cilindros y rinden 300 y 351 CV. Lo bueno es que llevan hibridación ligera, por lo que la luna del parabrisas luce la etiqueta eco de la DGT. El de gasolina tiene una potencia de 530 CV; eso sí, no es mild hybrid. Y por último los PHEV, con 441 y 510 CV.

Para la prueba del Range Rover hemos elegido el D350, el más potente de los diésel. Y como en el caso del D300 tiene una cilindrada de 3,0 litros y equipa dos turbocompresores.

Y para quien se lleve las manos a la cabeza al oír la palabra diésel, cabe señalar que es apoyado por una red eléctrica de 48 V, por si las medidas que toman los nuevos bloques de gasóleo para contaminar lo justo no le parecen suficientes.

Prueba del Range Rover D350

Además, es refinado y suave y está tan bien insonorizado que no te enteras del sonido. Y cuando pones empeño en ello, el que llega a tus oídos es bonito, sin el traqueteo característico de este tipo de propulsores.

Y claro está, como diésel, el consumo y el empuje es muy bueno. Acelera de 0 a 100 km/h en solo 6,1", un tiempo de auténtico deportivo. Y eso a pesar de sumar en la báscula 2.505 kilogramos. Me he movido con una media de 8,8 l/100, que es un litro más del oficial, pero, aún así, me parece más que correcto para su peso, medidas y potencia. En carretera, el cuadro de instrumentos digital de 13,7" con diferentes visualizaciones, todas ellas con una excelente resolución, me ha mostrado 7,7.

Comportamiento

Ofrece una conducción superagradable, y no lo digo por la función masaje de sus comodísimos asientos, que es la más conseguida que he probado hasta ahora, sino por la forma tan excelente que trabaja su suspensión neumática con dos durezas. Es una auténtica alfombra voladora que filtra todo para que los pasajeros no se enteren de nada

También se suma la magnífica insonorización que 'obliga' al conductor a estar pendiente del velocímetro para evitar sustos a final de mes o tener una noche gratis en la pensión rejas. Parte de culpa la tiene la plataforma modular MLA-Flex, gracias a la cual se ha reducido el nivel de ruido estructural en un 24%.

Sin olvidar la suavidad de la caja de cambios ZF de convertidor de par de ocho relaciones, que envía la fuerza del motor a las cuatro ruedas.

 

Asimismo, para el tamaño que tiene -5.052 mm de longitud, 2.047 mm de anchura y 1.870 mm de altura-, su comportamiento en curva parece el de uno más pequeño. Land Rover lo ha logrado con la suspensión neumática, el eje trasero direccional, las barras estabilizadoras activas y la mencionada plataforma, que es un 50% más rígida.

Y como Land Rover que es, la capacidad off-road la lleva en los genes. La suspensión tiene cuatro niveles de altura -hasta 75 mm-. Asimismo, equipa un diferencial central y trasero, reductora y diferentes modos de conducción perfectos para salir del asfalto: Arena, Arrastre en rocas, Hierba-Gravilla-Nieve, Barro-Roderas y Vadeo -la profundidad máxima es de 900 mm-. Se suman el Confort, Dynamic y ECO. 

Prueba del Range Rover D350

Y es en la pantalla del sistema de infoentretenimiento de 13,1" donde puedes ver diferente información como la apertura o cierre de los dos diferenciales, la altura y profundidad del agua, de las ruedas... Y el exterior para ver los obstáculos que rodean al coche -tiene cuatro cámaras-.

Precio

El precio, como te podrás imaginar, es alto, muy alto. El de la prueba, el Range Rover D350, está disponible desde 166.450 euros. Esa cifra incluye llantas de aleación de 22", techo panorámico, faros LED digitales con proyección de imágenes, cristales laterales delanteros laminados y laterales traseros reforzados, parabrisas calefactable, asientos de piel Semi-Aniline calefactables y ventilados, los delanteros con ajuste eléctrico de 20 movimientos y los traseros con reclinación eléctrica y sistema de sonido Meridian, entre otros elementos.

Valoración

Nota9

Ponemos a prueba el Range Rover D350, la versión diésel más potente de la gama. Al tener microhibridación su parabrisas luce la etiqueta ECO de la DGT.

Lo mejor

Insonorización. Suavidad de marcha. Consumo. Empuje de sus seis cilindros.

Lo peor

Algunos ajustes del interior. 

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