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Probamos el nuevo Citroën ë-C3. Un buen coche eléctrico europeo de precio razonable. ¿Tiene truco?

El eléctrico diseñado y fabricado en Europa más barato está ya listo para lanzarse a conquistar la ciudad. Ya lo he podido conducir.

Cuando se presentó por primera vez el Citroën ë-C3 se hacía mucho énfasis en que llegaría una versión eléctrica asequible, aunque también tendría una versión de gasolina. Ahora, unos meses después, me pongo al volante del eléctrico.

El Citroën C3 de 2024 llegará asentado en la plataforma Smart Car, que está pensada para ser multienergía y con una imagen inspirada en el concept Citroën Oli que se anunció en 2022.

Este nuevo modelo será el modelo más barato diseñado y fabricado en Europa (en Eslovaquia, donde se ha hecho el C3 históricamente).

Durante la puesta de largo del nuevo C3 en París pude entrar en el coche, aunque no conducirlo. La sensación es que a pesar de su precio tan competitivo (el modelo de gasolina empieza en los 14.990 euros), no parecía el típico coche low cost, sino simplemente inteligentemente desarrollado.

Thierry Koskas, el CEO mundial de Citroën, me dio la clave: “no falta nada, pero tampoco sobra nada”, para añadir después que es un coche barato, pero no ‘low cost’.

Diseño e interior: sencillo, pero aparente

Esto queda patente en cuanto me acomodo en su espacioso habitáculo. Es un coche alto, con cierta imagen SUV, y eso se nota en el espacio que tienes para la cabeza. 

Aparte, los asientos Advanced Comfort (de serie en el acabado Max) son bastante cómodos: a la espuma que utilizan le añaden un cm adicional que te da sensación de que te acomodas en un sofá. 

Yo no soy muy fan de este tipo de mullido, pero tras una ruta de cuatro horas (participando en la pavorosa hora punta vienesa, reconozco que tampoco están nada mal.

Lo mismo pienso del salpicadero. Para el Citroën C3 han creado uno muy horizontal y sencillo, con la pantalla central de 10,25” (también del Max) como el elemento más destacable del interior. Hay otra pantalla para los datos básicos como la velocidad y el ordenador de viaje que queda justo delante de tus ojos, a una altura más alta de lo habitual.

Siguiendo con la idea de Koskas, no sobra nada: de hecho, no tendrás ni siquiera cuentavueltas en el modelo de gasolina, aunque sí un indicador de utilización de energía en el eléctrico.

En cuanto al tacto de los controles y materiales, es cierto que son aparentes. Creo que dan mejor sensación que en los modelos de Dacia, la marca “de precio” de Renault con la que Citroën no tiene reparos en que la comparemos, “pero solo en determinados segmentos”, según Koskas. Aquí el Citroën C3 es sin duda un torpedo a la línea de flotación del Dacia Sandero e incluso Spring.

Un detalle curioso es que en la versión de gasolina tienes un freno de mano manual, mientras que en la variante eléctrica, éste es eléctrico.

Más allá de eso (y de la ausencia de pedal y palanca del cambio), las diferencias entre estos dos modelos son mínimas.

En las plazas traseras la banqueta es la misma y el mullido igual de blando, pero en el caso de la versión de batería, al montar esta pieza entre las ruedas, el suelo sube y quita unos centímetros, lo que se traduce en que las piernas están un poco más dobladas.

Pero lo demás permanece: aunque tiene cinco plazas, solo dos son verdaderamente operativas, no hay reposabrazos, pero sí tomas de carga USB-C.

El acceso es bueno, con una apertura casi de 90 grados y un hueco tan generoso que parece de un segmento mucho mayor.

Motor y prestaciones: un eléctrico ideal para ciudad

Uno de los puntos fuertes del nuevo Citroën ë-C3 es que ofrece 113 CV, lo que es una cifra muy superior al Dacia Spring (desde unos 17.000 euros con 45 CV y 19.900 el de 65).

Tiene una batería de 44 kWh que le permite homologar 326 km en ciclo combinado y 459 en urbano gracias a un consumo oficial de 11,6 kWh/100 km (es la cifra que marcaba el ordenador al terminar mi ruta).

Pero aunque se trate de un motor eléctrico con 113 CV y 120 Nm, el empuje es suave porque está pensado para ir de A a B en trayectos urbanos o como mucho interurbanos aunque como tiene carga de 100 kW se podría hacer algún viaje en un momento dado (pasa del 20 al 80 por ciento en 26 minutos).

Si te mueves en ciudad puede utilizar el modo C del cambio. Durante la prueba entré de lleno en un atasco de hora punta y encontré que así el motor responde con mucha más suavidad porque la entrega de potencia es mucho más suave. Te quitas de brusquedades y de paso te ahorras unos kW.

En carreteras secundarias pude disfrutar de una configuración que tiende a la comodidad. Como no es un coche que prometa cosas que no son, no sientes la necesidad de subir el ritmo o de exigirle cosas que no van con él.

La suspensión Advanced Comfort, de serie, controla muy bien los movimientos de la carrocería y como lleva la batería abajo, el centro de gravedad se ubica cerca del suelo, por lo que es muy estable.

En cuanto a la dirección, no tendrás problema en ciudad, y si tienes que ir por zonas de curvas, mientras no quieras perseguir a ese Golf GTI Clubsport que llevas delante, no tendrás problema porque tiene el peso adecuado y la precisión razonable.

Uno de los puntos positivos que encuentro es que, a diferencia del modelo de gasolina, cuenta con frenos traseros de disco. Frena bien y además el tacto del pedal está bastante bien logrado, por lo que no tendrás esa sensación de que no te paras exactamente donde quieres.

Desde 23.800 euros: los eléctricos "baratos" aterrizan ya

Uno de los puntos fuertes del ë-C3 de esta prueba está en el precio, ya que se trata de los ansiados eléctricos europeos baratos, si por "barato", entiendes 23.800 euros por un segmento B de cuatro metros.

Pero son las reglas del juego que nos han impuesto. Y, si miras a su alrededor, hoy por hoy hay pocos modelos que puedan enfrentarse de tú a tú. Así las cosas, encuentro tres rivales, dos procedentes de una marca francesa y otro, cómo no, de una china.

El C3 eléctrico con acabado You cuesta 23.800 euros (el Max, sube a los 28.800 euros), lo que hace que se sitúe en un campo de juego en el que participan el Dacia Spring, el MG4 y, en breve el que veo como principal adversario: el nuevo Renault 5 eléctrico.

En esta punga creo que el ë-C3 bate por goleada al Spring, que con un precio de partida de 18.915 euros (4.800 euros de ventaja) ofrece un coche más pequeño (3,73 metros, cuatro plazas, contra 4,01 y cinco asientos), menos autonomía (200 frente a 326 km) y una potencia de carga rápida escasa: 30 kW del Dacia por 100 del Citroën.

En cuanto al MG4, por unos 25.000 euros tienes un modelo de 4,28 metros, con cinco plazas "casi" de verdad, un maletero muy grande y bastante más polivalente porque tiene 170 CV. Tiene una batería de 51 kWh (44 la del C3), pero que solo carga en alterna a 88 kW y una autonomía de 360 km.

Y luego, le que veo como principal contendiente es el nuevo Renault 5 eléctrico, que seguro que se lleva un buen puñado de las ventas debido a que ha sabido tocar el botón de la nostalgia y lo 'retrocool' que tan bien funciona.

El modelo de Renault tendrá una gama amplia, pero su escalón de acceso será un modelo de 95 CV con una batería de 40 kWh (que no tendrá posibilidad de carga continua, por lo que se conforma con 11 kW) con la que podrá hacer unos 300 km.

Un eléctrico espacioso, diferente y bien de precio

Tras la prueba del nuevo C3 eléctrico es un modelo me llevo a casa una sensación bastante más positiva de la que pensaba que iba a tener. Me ha convencido la calidad de sus materiales y la racionalidad del producto en su conjunto, con un habitáculo amplio y un motor muy apropiado para la tarea que tiene encomendada: ir de un sitio a otro en el día a día.

Como conclusión, estoy casi seguro que se va a convertir en uno de los coches eléctricos más vendidos de su segmento, y no solo por su precio: su imagen y una calidad de acabados más que decente.

Valoración

Nota8

Es una buena opción para trayectos incluso de media distancia gracias a una calidad de rodadura decente. Está envuelto en una carrocería de diseño personal y no se nota pobretón a pesar de su precio.

Lo mejor

Tiene un interior espacioso, acceso a las plazas traseras, buen precio, aspecto decente

Lo peor

Borde de carga y escalón interior en el maletero, posición de las piernas en las plazas traseras (suelo alto comparado con el de gasolina)

Etiquetas: Coches urbanos

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