Prueba del Audi SQ2: diversión concentrada

Después de su debut a finales de 2018, el Audi SQ2 acaba de recibir un lavado de cara muy refrescante La parrilla del radiador octogonal de un solo marco, en particular, se ve más dinámica, mientras que los faros, equipados con LED, ofrecen una iluminación aún mejor con las luces LED Matrix opcionales. 

Por dentro

El interior de este Audi permanece con materiales nobles, mano de obra cuidada y equipamiento extenso. La conectividad se ha ampliado aún más, con un asistente adaptativo que realiza un seguimiento de la velocidad y la distancia, e incluye un paquete de asistentes adicionales como la navegación o el Virtual Cockpit.

Cuando se trata de espacio, el pequeño de Ingolstadt no se cubre necesariamente de gloria, pero ofrece el correcto nivel habitual. En términos concretos: el Golf, que es solo siete centímetros más largo, es más aireado. A favor del Audi hay que decir que detrás, adultos de hasta 1,85 metros irán bien. Y muy relajados gracias a la banqueta elevada  (38 cm por encima del suelo del coche, frente a los Audi SQ2 35,5 de un Golf).

El hecho de que el maletero no pase de un máximo de 1.000 litros, donde el bestseller del Wolfsburgo alcanza 230 más, se debe, en gran parte, a que emplea una plataforma más antigua, la modular MQB. El Golf ya se monta sobre la MQB Evo.

¡En marcha!

Hay pocas innovaciones en el motor, ya que todo permanece prácticamente igual. Un poco de ajuste aquí y allá, una pequeña liposucción en los lugares correctos, y eso es todo. Se mantienen los 300 CV y 400 Nm de par de un cuatro cilindros de dos litros.

Incluso en la tracción total con embrague multidisco para el eje trasero y las frenadas selectivas de las ruedas varían bastante poco. Pero esta mezcla sigue aportando mucha diversión al volante del SQ2: parece muy despierto y animado, la dirección, que se vuelve más directa desde el punto medio, encuentra la línea ideal casi por sí sola. Para ser un SUV tan pequeño, lo cierto es que tiene un comportamiento muy aplomado y deportivo. 

Pata una aceleración poderosa, dispone de un launch control muy afinado. Si le quieres sacar todo el partido desconecta el sistema Start-Stop, activa el modo S, pisa el freno, luego el acelerador, y levanta de nuevo el pie izquierdo. Resultado: este tracción total pasa de 0 a 100 en solo 4,9 segundos, y se pone en 200 en unos respetables 19,6.

Para altas velocidades recomendamos cambiar al modo Dynamic. Eso lo vuelve más eficiente y le da un rodar más relajado. 

El chasis deportivo rebajado en 20 milímetros le da más rigidez, pero no llega a ser incómodo. Y la tracción total aporta mucha sensación de control en asfalto húmedo y curvas cerradas. Quien lo fuerce mucho en estas situaciones, eso sí, llegará al temido subviraje. 

Conclusión

Un mini SUV realmente divertido, este SQ2. Solo el hecho de conducirlo te pone de buen humor. Hasta que vez lo que cuesta y lo que consume. En ambos casos, la factura se dispara más de la cuenta.