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Prueba: Aston Martin Vantage AMR, no solo una versión con cambio manual

Prueba Aston Martin Vantage AMR
Es manual, va sobrado de fibra de carbono... y de estilo. Lo hemos probado.

Si te dicen que vas a tener ocasión de poner a prueba el Aston Martin Vantage AMR te sientes afortunado. Si, además, eres consciente de que este modelo es una edición limitada por Aston Martin a tan solo 200 unidades y tú vas a poder disfrutarlo sin límites en carreteras de montaña, la alegría ya es desbordante. Y si, además, eres el único periodista de España invitado al evento, es imposible no sentirse un verdadero privilegiado.

Espero que esta pequeña intro no haya servido para que me odies a muerte, sino para que entiendas lo afortunado que me siento y, al mismo tiempo, la responsabilidad que noto sobre mis hombros por tratar de trasmitirte todo lo que se experimenta a los mandos de un deportivo de raza como es este Aston Martin Vantage AMR.

Vídeo: nuestras primeras impresiones tras la prueba del Aston Martin Vantage AMR

Este Aston Martin Vantage AMR se caracteriza no solo por ser una edición limitada, sino por montar una caja de cambios manual de siete velocidades, en lugar de la automática por convertidor de par de ocho marchas desarrollada por ZF que lleva el Aston Martin Vantage 'normal'. Ya solo con esto es como para quitarse el sombrero con la firma de las alas, por el hecho de apostar por un elemento cuyo objetivo es buscar sensaciones puras. Es una combinación de motor y cambio prácticamente única a día de hoy. Parece de otra época, pues todos los fabricantes (obligados por la vigente normativa) están más preocupados por la ecología que por ofrecer coches que enamoren y transmitan sensaciones cuando los conduces. Pero antes de hablarte qué me ha parecido al volante, voy a contarte más detalles de este modelo.

Lo primero que quiero destacar es que con solo quitar la caja de cambios automática y con la inclusión de los discos de freno carbocerámicos (410 mm delante y 360 mm detrás), que vienen de serie en este modelo, se logra una reducción del peso respecto al Vantage 'normal' de 95 kilos. Con las mejoras que eso implica en su comportamiento, claro.

Contará con cuatro colores diferentes de carrocería a elegir: Sabiro Blue, Onyx Black, China Grey y White Stone. Todos ellos se pueden combinar con cuatro acabados interiores, lo que supone un total de 16 opciones diferentes para que prácticamente ningún Vantage AMR sea igual al resto.

Y por si esto no te parece suficientemente exclusivo, por si todavía no lo sabías, te cuento que tras las primeras 141 unidades disponibles llegarán 59 incluso más especiales, que conformarán la denominada versión ‘Vantage 59’. Esta variante conmemora la victoria del DBR1 en las 24 Horas de Le Mans del año 1959 (ahora entiendes por qué son exactamente 59) y que, como no podía ser de otra manera, va decorada con el mismo color verde Stirling del DBR1, aunque aquí va  decorado con una franja amarillo lima que recorre el coche desde el frontal hasta la zaga y con el logo 59 en el capó; mientras que en el interior los asientos van tapizados con cuero y Alcantara de color negro.

Aston Martin Vantage AMR

Si te fijas con atención en la galería de fotos, verás que el exterior del Vanatge AMR que yo he conducido en esta prueba está decorado con variados elementos en fibra de carbono: la toma de aire frontal, el difusor trasero, las branquias laterales, las carcasas de los retrovisores, las taloneras... Así, el efecto estético es realmente exclusivo, como debe ser en una edición limitada. Además, cuenta con el kit aerodinámico y las llantas y parrilla de color negro, que son elementos opcionales para el AMR, pero que vienen de serie en el 'Vantage 59 Edition'.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

Vantage AMR: motor V8 biturbo

La mecánica encargada de animar esta versión manual del Vantage es la misma que equipa el resto de la gama, es decir un V8 biturbo de 4,0 litros con 510 CV, que es el mismo que monta el Mercedes-AMG GT. Pero con una pequeña diferencia en su cifra de par máximo, que en este caso es de 625 Nm, es decir, 60 Nm menos que el modelo automático.

La caja de cambios es de tipo Transaxle, lo que quiere decir que va montada en el eje posterior y no junto al motor, por tanto, se logra un mejor reparto de pesos. De hecho alcanza la perfección y presume de un equilibrio 50:50 en cada eje.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

La palanca de cambios va situada bastante alta. Esto igual no es muy bueno para la ergonomía, pero facilita los cambios rápidos y poder volver a poner enseguida la mano en el volante. El esquema de cambio es diferente al habitual, ya que la primera va situada a la izquierda y hacia atrás y la segunda en la posición habitual de la primera, así que cuesta encontrarla y engranarla correctamente, ya que dudas si estás metiendo marcha atrás, que es la posición que está justo al lado. Es un poco extraño al principio y, sinceramente, me gustaba más la configuración que Porsche eligió hace unos cuatro o cinco años cuando puso a la venta un 911 con cambio manual de siete marchas (actualmente no lo ofrece en su gama), ya que simplemente añadía una séptima velocidad a la derecha de la quinta.

El tacto de la palanca es duro, duro de verdad. Y los recorridos bastante cortos. No creo que haya nadie sobre la faz de la tierra al que no le guste esta configuración.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

Prueba Aston Martin Vantage AMR

Una vez contados los detalles de diseño y equipamiento, es hora de ponerse en marcha. Arranco el coche por medio del botón y el rugido de V8 me pone la piel de gallina. Los V8 es que me pierden...

El motor es un portento. Muestra un gran empuje en todo momento y no echo en falta en ningún momento esos 60 Nm que le faltan. Entre 2.000 y 5.000 rpm, que es la franja en que ofrece su par máximo, independientemente de la marcha en la que vayas, si pisas a fondo, sale disparado como si estuviera en una carrera de dragsters. De hecho, en las condiciones de mojado en las que lo he probado perdía tracción incluso en cuarta velocidad.

¿Tienes curiosidad por saber sus prestaciones? Atento.

La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 200 km/h y, aunque el día era lluvioso y el terreno resbaladizo, no pude evitar comprobarlo. Eso sí, a 200 llega con una rapidez que ni te lo crees. Y pasa de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

Más detalles: tiene un botón detrás del cambio que activa y desactiva el sistema automático de punta-tacón. Aunque yo te recomiendo usarlo siempre, porque mejora la respuesta y el comportamiento en las reducciones. Además, tiene tres modos de conducción: Sport, Sport + y Track, que varían la respuesta del motor de más suave a más deportiva.

El día de la prueba es muy lluvioso y en modo Sport+ la entrega de potencia casi instantánea, así que hay que tener mucho tacto en las curvas. No obstante, cuenta con un control de estabilidad bastante restrictivo y un diferencial de deslizamiento limitado que evitan que tenga un disgusto. 

La dirección tiene 2,4 vueltas entre topes, es firme y pesada. Y eso me gusta, especialmente cuando elevo la velocidad, porque transmite confianza y aplomo y no hay que hacer ni una sola corrección. Se apoya en un volante grande, que está un poco achatado por arriba y por abajo y parece casi cuadrado. Generalmente no me gustan los volantes achatados, pero este sí me convence, porque no es exagerado.

Por su parte, la suspensión cuenta con el sistema Adaptive Damping System (ADS), que ofrece distintas posiciones: Sport, Sport + y Track. En posición Sport es aplicable incluso en el día a día y en Track solo apto para circuitos.
 

¿Cambia el habitáculo en el Vantage AMR?

El interior, al margen de los evidentes cambios que supone montar la palanca del cambio manual en lugar de los botones que accionan las distintas posiciones de la transmisión automática del resto de Vantage de la gama, es idéntico. Me ha gustado el pequeño acolchado situado en el túnel de transmisión, que permite apoyar la rodilla en las curvas.

El cuadro de mandos resulta moderno y los acabados son de una calidad superior. Por no hablar de la imagen de lujo que transmite cuando ves las alas del logotipo de Aston Martin en el volante. Eso sí, me resulta un poco soso, demasiado discreto. No digo que deba tener el colorido de un Ferrari, pero echo en falta algunos detalles más deportivos en el habitáculo.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

Precio del Aston Martin Vantage AMR

¿Tienes curiosidad por saber lo que cuesta? Apunta.

  • Vantage AMR: 188,104 euros
  • Vantage AMR 59 Edition: 213,524 euros

Cuando se agoten las 200 unidades del Aston Martin Vantage AMR, los británicos pondrán a la venta un Vantage manual 'normal (no AMR), es decir, sin los aditamentos de fibra de carbono ni los frenos carbocerámicos. Eso será ya en 2020 y su precio será algo más 'accesible', si es que esa palabra se puede aplicar en este caso. Desde luego, no será el Vantage más demandado, pero sí el más indicado para los puristas.

Prueba Aston Martin Vantage AMR

¿Me ha gustado?

Sí, me ha enamorado. No obstante, seguramente me compraría el automático. Eso sí, para su precio, por buscarle un poco las cosquillas, diría que tiene detalles muy mejorables, como un sistema multimedia claramente superado por otros modelos del mercado.

Valoración

Nota9

Asistimos al lanzamiento internacional del Aston Martin Vantage AMR para poner a prueba la pureza de esta versión limitada a 200 unidades, con cambio manual

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