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Catalizador: qué es, cómo funciona, elementos que lo componen...

Robos de catalizadores de coches

El catalizador lleva ya un buen tiempo entre nosotros y tenerlo o no ha supuesto hasta optar a ciertas pegatinas de la DGT o tener un coche oficialmente contaminante. ¿Conoces los secretos de este elemento antipolución?

Todo lo que tiene que ver con el interior del escape es un poco como lo relacionado con los neumáticos: son elementos del coche que están ahí, sí, pero cuyo funcionamiento sólo interesa si dan problemas o son caros de sustituir. Y aunque lleva ya años entre nosotros, un gran desconocido sigue siendo el catalizador : ¿qué es? ¿Cómo funciona? ¿Qué elementos que lo componen?

Si echas la vista atrás, puede que recuerdes de primera mano cuando en los años 90 empezaron a generalizarse los vehículos con catalizadores, y el hecho de tener que usar gasolina sin plomo en vez de súper (que se acabaría llamando luego 'súper 97') o en lugar de aquella 'normal' de menor octanaje que estaría condenada a desaparecer con el tiempo. ¿Y cómo ha evolucionado esto y para qué?  

¿Qué es un catalizador?

Antes de nada, hay que aclarar que un catalizador es un elemento que va instalado en el tubo de escape para reducir, mediante un desvío 'físico' pero una reacción química -que ahora explicaremos-  la emisión a la atmósfera de los gases nocivos que produce el último ciclo de un motor térmico de cuatro tiempos (admisión, compresión, ignición, escape), sea gasolina o diésel. 

En los coches homologados como nuevos que se venden en mercados como la Unión Europea, los catalizadores son obligatorios desde el año 1993 para cumplir la primera normativa antiemisiones que entró en vigor, la Euro 1. Así pues, los vehículos anteriores no están obligados a disponer de él, aunque sigan circulando. 

¿Qué componentes tiene un catalizador?

Tal y como puedes ver en el corte de la foto principal, nuestro protagonista es un elemento situado antes del último tramo del escape, llamado 'silencioso' o 'silenciador'. Es una especie de filtro, una malla cerámica que está recubierta por elementos de otros materiales nobles como el platino, el paladio y el rodio

Catalizador del coche: cómo funciona

Como te contábamos unas líneas más arriba, en un motor térmico de cuatro tiempos, las válvulas de admisión dejan pasar el combustible y el aire necesario a la cámara del cilindro, la cabeza del pistón comprime la mezcla, la bujía o el calentador hacen que explote o arda (según el tipo de mecánica), la cabeza se desplaza y, al subir de nuevo, las válvulas de escape llevan 'liberan' el gas resultante. 

¿Adónde? Al principio, bastaba un conducto para que salieran a la atmósfera. Pero enseguida se dieron cuenta de que el sonido era atronador, y si pusieron elementos intermedios entre motor y medio ambiente era por una cuestión de ruido e incomodidad para conductor, ocupantes y, al final de las prioridades, demás ocupantes de la vía. 

Catalizador, Qué es, cómo funciona

Sin embargo, en cuanto la sociedad se empezó a dar cuenta de los efectos perjudiciales del exceso de partículas contaminantes en el entorno, administraciones y fabricantes empezaron a trabajar en normativas y diseños para reducir estos daños a su mínima expresión, porque no bastaba con las mejoras en los carburantes ni en sus aditivos.

Así, cuando los gases del escape llegan al catalizador, se someten a un proceso que se denomina catálisis (de ahí el nombre de este elemento) en el que las reacciones químicas se aceleran, se descomponen y hacen que esos gases nocivos pierden buena parte de su capacidad contaminante antes de salir al exterior.  

Alta temperatura para poder funcionar

La clave es, al margen del del diseño y los componentes del catalizador, el lugar del vehículo en el que está situado (en el tubo de escape, pero lo más cerca que se pueda del motor), ya que para poder funcionar correctamente, se requiere una alta temperatura, estimada entre los 400 y 700 grados centígrados.

¿Cuánto cuesta cambiarlo?

Este elemento no es eterno y, como en el caso de otros componentes mecánicos, su vida útil puede verse acortada de forma precoz si el motor no ha tenido un mantenimiento óptimo y los gases resultantes lo han saturado antes de tiempo. Pero también puede que te veas obligado a tener que sustituirlo por otras causas. Por ejemplo, un golpe, un accidente ¡o incluso porque te lo roben!

De hecho, hace algunos años ya alertábamos de que se estaban produciendo algunos hurtos de catalizadores incluso dentro de  garajes, debido a la salida que tenían en el mercado negro algunos de sus componentes. En cualquier caso, cambiar un catalizador es fácil salga por un precio (según modelos, incluyendo la pieza y la mano de obra) entre 300 y 600 euros, aproximadamente. 

¿Puede afectarme la ausencia de catalizador?

Ante los problemas que podría ocasionar la rotura o desaparición del catalizador, podría ser tentador pensar que este elemento es algo prescindible tanto en un coche actual como en uno de segunda mano que, por diseño y homologación ya debiera llevarlo. Y sin embargo, nada más lejos de la realidad

De la misma manera que a un vehículo muy antiguo, sea un coche clásico o no, no se le puede poner 'porque sí' este componente, sin más, todo automóvil que haya sido proyectado con él debe llevarlo. Primero, porque es ilegal no hacerlo, dado que sin este elemento, se modificarían todos los parámetros originales de rendimiento, ruido, emisiones... 

En segundo lugar, el efecto contaminante de los humos se dispararía hasta valores muy superiores a los permitidos. En tercer lugar, ademas de todo ello, el coche en cuestión no superaría la prueba de gases de cualquier inspección técnica de vehículos (ITV) a la que se sometiera. Y podrías ser sancionado por circular en un automóvil que no está en condiciones óptimas para ello. 

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Asimismo, al margen de la polución generada y las multas a las que te podrías enfrentar, lo normal es que un coche privado de catalizador que lo tuviera de origen presente valores de emisiones y rendimiento tan alterados que las lecturas de las diferentes sondas y centralitas electrónicas fueran erróneas y el motor empezara a dar fallos de gestión. 

Por último, no olvides que, sin entrar en modificaciones o 'trampas' a margen de la legalidad, conducir un coche lo suficientemente antiguo para que esté homologado para no llevar catalizador (antes de 1993) te privará automáticamente de circular por las ZBE (zonas de bajas emisiones) puestas en marcha por cada municipio, porque no tendrás derecho a etiqueta de la DGT (tienes los detalles aquí). 

Además, cada vez que quieras repostar gasolina 95 o 98, lo más probable es que tengas que gastar algo más de dinero en añadir un aditivo sustitutivo del plomo en proporción a la cantidad que metas en el depósito, puesto que estos carburantes están diseñados para surtir a vehículos dotados de catalizador y, a la larga, de no hacerlo, podrías sufrir averías en tu viejo vehículo.    

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