Harto de tanta multa: la encarnizada caza al despiste
Coger el coche se ha convertido en un deporte de riesgo… Riesgo para tu bolsillo, pero cada vez más para tus nervios y tu paciencia. Empiezo por lo primero. Y no, no me voy a referir a los altísimos precios que los coches tienen actualmente (y da igual que sean nuevos o de segunda mano).
Tampoco lo voy a hacer con los innumerables impuestos directos e indirectos que pagamos por tener un vehículo (lo último ha sido una nueva propuesta fiscal en el Reino Unido para gravar los coches eléctricos porque según un grupo de expertos dañan más el asfalto debido a su elevado peso). Y no, tampoco me voy a referir a los precios de los carburantes.
Lo voy a hacer, más bien, a lo que he bautizado como ‘la encarnizada caza del despiste’. Me explico. Cada vez que arrancas tu coche y sales a la calle, estás rodeado y controlado por un ejército de cámaras, radares de todo tipo y tamaño, helicópteros, drones y demás artilugios puestos al servicio de la caza del pobre despistado (que en algún momento lo hemos sido todos).
Esa cacería es tan eficaz que la DGT ha firmado una recaudación récord en multas en 2022 por más de 507 millones de euros, que han ido a parar directos a las arcas del Estado.
Eso significa que cada día se han ingresado 1,38 millones de euros en multas (calculo que unas 11.500 diarias). No está mal, ¿verdad? ¿Acaso somos los españoles tan malos conductores? ¿Nos merecemos tal persecución y castigo?
Juro que había una época en la que los despistes se perdonaban con alguna que otra reprimenda por parte de los agentes… Les dabas las gracias avergonzado y perjurabas que nunca más lo volverías a hacer. “Continúe”, decían… Ahora te miran, se encogen de hombros y te dicen que es su trabajo, mientras te preguntan si vas a abonar la multa en el acto.
Así que, con este panorama, conducir se está convirtiendo cada día más en un acto de supervivencia a las multas. “¿Te gusta conducir?” Pues depende… Si vas a llegar a casa más pobre de lo que saliste, el negocio no cuadra.
Vas más pendiente de saber si estás o no en un radar de tramo, de si has pisado sin querer una línea continua, de conocer si el semáforo al que te acercas tiene cámara o no, que de conducir y estar pendiente del tráfico.
Por cierto, si vives en Madrid, como es mi caso, la cosa ya es para tirarse de los pelos, porque según un informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en 2022, las denuncias de tráfico aumentaron en la capital hasta un 34%. Dicho de otra forma: se pusieron cinco multas por minuto. Pues eso…
Y como diría el bueno de Sabina, pongamos que hablo de Madrid (aunque podría hacerlo de cualquier otra gran ciudad que se precie). A riesgo de quedar como un conspiranoico, creo que hay fuerzas ocultas y ‘lobbys’ no muy conocidos que empujan con una fuerza desmedida para poner cada vez más y más semáforos en las calles y, lo que es peor, ¡en las rotondas!
Allí donde había una intersección donde siempre se había respetado la prioridad de paso genérica sin ningún problema, ahora, de la noche a la mañana, han ‘crecido’, con nocturnidad y alevosía, 8 semáforos (dos por cada esquina).
Y lo de las rotondas es de traca… ¿Puede haber un ejercicio más incoherente que ese? Una rotonda autorregula el tráfico de forma natural e implícita, y no hace falta ningún semáforo que lo haga en su lugar. Pues nada… semáforos al canto.
Lo único que provoca es que se ralentice el tráfico y te quedes sí o sí atrapado en uno de ellos. En fin, creo manifiestamente que hay un ‘lobby’ de semáforos, he dicho.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.
Etiquetas: Multas de tráfico, DGT, Opinión
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