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Whatsapp al volante, un peligro en aumento

Whatsapp al volante: un peligro en aumento
Casi cuatro millones de conductores reconocen usar un ‘smartphone’ al volante según un estudio del Race y BP. El 87% dice ver a los demás hacerlo a veces o constantemente.

 El 51,74% de los accidentes con víctimas son por conducir de manera distraída. Junto al uso de drogas, es el caballo de batalla de la DGT y de todas las asociaciones comprometidas con la seguridad vial. Pero faltan datos para atacar el problema. Para empezar, aproximar qué parte de ese 51% de muertos en carretera son imputables al uso del móvil.
Gracias al reciente estudio llevado a cabo conjuntamente por el Race, BP y Castrol, este fenómeno creciente ha empezado a tener algo parecido a una cara, porque los últimos realizados en España datan de la época previa a los programas de mensajería instantánea y la masificación de los teléfonos con acceso a internet. El informe mezcla una encuesta hecha a 1.096 conductores y un estudio por observación en un punto fijo durante ocho horas en 16 ciudades diferentes en el que se contabilizó el número de conductores que manipulaban su smartphone.
El 90% de los preguntados califican esta conducta de peligrosa o muy peligrosa, pero casi el 60% reconoce haberlo hecho alguna vez. El 22% admite que comete a veces esta infracción que conlleva la pérdida de tres puntos y multa de 200 euros, mientras que el 7% dice usar el móvil mientras conduce siempre o muchas veces.
 
Miedo a la soledad
WhatsApp es la aplicación que usa la mitad de los conductores que manipulan sus móviles, mientras que el 26% usa apps de ayuda a la conducción como el GPS, el 7,5% se dedica a mandar mensajes de texto, el 5,6% a navegar por Internet, el 35,5% a hacer fotos y el 2% a las redes sociales. El fenómeno es eminentemente urbano, al menos en tres de cada cuatro casos, ya que como decía Teresa Corral, directora de Seguridad Vial de BP: “usamos el teléfono cuando nos sentimos solos (el 87%), pero también seguros en un recorrido que conocemos de sobra”.
 De los conductores que usan sus smartphones, el 36% lo hacen al estar detenidos en un semáforo y el 30% en las retenciones: peligroso, pero es que el 18% admite usarlo en marcha. Proyectado al total de la población, ese 18% representa que 705.000 coches van sin control en algún momento de cada día. De hecho, unos 20.000 automovilistas (el 0,53% de los encuestados) han sufrido ya un percance por culpa de su teléfono; hasta 560.000 admiten haber estado a punto de tenerlo.
 Bajo el paraguas de la campaña “STOP distracciones”, el Race y BP han creado conjuntamente la acción #StopChatear. Puedes acceder a los datos completos de su informe, desglosado hasta por provincias, en un sitio web con ese mismo nombre. Incluyen varias e interesantes infografías, pero lo peor es el certero retrato de una realidad que puede terminar ensuciando la labor de asociaciones, administración, fabricantes y conductores de los últimos años para reducir las víctimas en carretera.
Es conveniente recordar que de las primeras ya hay varias reivindicaciones al respecto de este problema que deberían ser escuchadas, como crear un modo coche en los teléfonos al igual que lo hay de avión. Personalmente, yo soy pesimista con este fenómeno: es tan imparable que la única solución posible deberá venir de la propia tecnología con la mejora de los sistemas automáticos de seguridad de los vehículos y ¿de los teléfonos?
Quizá, los desarrolladores de aplicaciones deberían tener más en cuenta dónde se usan a veces los dispositivos para los que las diseñan, pero ellos argumentarían –y tendrían razón- que conducir es una gran responsabilidad y que quien lo hace debe tomársela en serio, o al menos más en serio que el último ‘tilín’ de su WhatsApp…

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