El valor fiscal de un vehículo es el que determina Hacienda en función de su antigüedad. No es necesario hacer ningún cálculo para llegar al dato final, basta con consultar las tablas que, cada año actualiza y publica este organismo y aplicar al precio de compra el porcentaje indicado. A continuación reproducimos la tabla que se aplica en la actualidad:

Un ejemplo práctico. Supongamos que somos propietarios de un Seat Ibiza 1.6 TDI Style Copa por el que pagamos 14.200 euros en 2011. Según la tabla de Hacienda, su valor fiscal actual será un 17% de lo que pagamos en su momento, esto es, 2.414 euros.

Para qué sirve el valor fiscal del coche

Que no cunda el pánico. Conocer el valor fiscal es importante a la hora de vender el coche en el mercado de ocasión pero no influye en el precio que le quieras poner. Es decir, aunque nuestro Seat Ibiza tenga una valor fiscal de 2.414 euros podremos conseguir más dinero por él tanto si se lo vendemos a un particular como a un centro de compra-venta de vehículos de segunda mano.

De hecho, el valor fiscal casi siempre es inferior al que podrás obtener por tu coche usado. Esto es así porque el mercado de VO además de su antigüedad, que es lo único que tiene en cuenta Hacienda, valora otros muchos aspectos tales como el kilometraje, el estado del vehículo, el uso que se le haya dado previamente (por ejemplo, un coche que haya sido empleado como taxi se depreciará mucho más) o los extras que lleve montados.

Dicho de otro modo: salvo que el vehículo esté en muy mal estado, nunca debes venderlo por su valor fiscal ya que estarás perdiendo dinero. La pregunta entonces es: ¿para qué sirve el valor fiscal de un coche? Los expertos consultados explican que este dato solo se utiliza para el cobro del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.