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Tres problemas del coche autónomo de Nivel 5 que nadie afronta

toyota lq concept

El coche autónomo de Nivel 5 es el que no tendrá volante ni pedales, y no requerirá de la intervención humana para la conducción. Aún está lejos de ser una tecnología cotidiana, pero los fabricantes ya están trabajando para desarrollarla y ello implica hacer frente a tres grandes problemas.

La visión del coche autónomo la interpretamos como el desenlace único en el sector del automóvil. Coches que se autogobiernan, que nos llevarán del punto A al punto B sin volante, sin que un conductor físico deba interferir en ningún momento del proceso. Pensamos en esta tecnología tan avanzada y la visualizamos en un futuro bastante lejano, casi distópico.

Pero lo cierto es que esta tecnología ya está en desarrollo. Los fabricantes trabajan para poner en marcha sistemas que permitan automatizar diversas funciones en la conducción de un vehículo, lo que claramente tiene ventajas en términos de seguridad.

Cruise

Como sabrás, se han concebido cinco niveles de autonomía para un vehículo, que van desde un coche tradicional (analógico), que tendría un Nivel 0 de autonomía, hasta un coche que no equipa volante ni pedales y que no necesita de la intervención humana para funcionar. En este caso, hablaríamos de un coche autónomo de Nivel 5.

Aunque aún no existen, o no están a la venta, aunque ya hay taxis autónomos como los que circulan por las calles de San Francisco operados por la empresa propiedad de General Motors, Cruise, hemos identificado tres problemas del coche autónomo de Nivel 5 que nadie afronta y supondrán un verdadero quebradero de cabeza en el futuro.

Responsable de sus actos

Coche autónomo

En el hipotético caso de que un coche autónomo cometa una infracción de tráfico, como saltarse un semáforo o exceder los límites de velocidad, ¿quién es el responsable de pagar la correspondiente multa?

Por el momento, casi ningún país contempla en su reglamento de circulación la actuación de los coches autónomos de Nivel 5, por lo que imponen multas a este tipo de vehículos tampoco se ha incluido entre las sanciones que se pueden emitir.

En California, por ejemplo, si uno de los taxis autónomos que circulan en San Francisco comete una infracción de tráfico, no se puede sancionar a nadie, ya que el vehículo ha tomado todas las decisiones, incluida la de cometer una infracción. Sin embargo, en Texas se hace responsable al propietario del vehículo incluso si no viaja en el momento del incidente.

Una decisión de vida o muerte

Coche autonomo Stellantis

El supuesto caso en el que un coche autónomo de Nivel 5 se encuentra en una situación en la que tiene que decidir si atropella a un peatón (porque no puede frenar a tiempo) o se sale de la carretera para evitarlo, ¿qué decisión tomaría el sistema inteligente que gobierna el vehículo?

Este escenario se ha planteado en más de una ocasión y aún hoy día se está tratando de darle situación. De hecho, uno de los requisitos para que la tecnología del automóvil autónomo florezca es definir un protocolo que permita definir cómo actuaría un coche ante una situación como la anteriormente descrita.

Parece un supuesto un tanto descabellado, y la lógica nos dice que el coche autónomo debería evitar el atropello saliéndose de la carretera. Sin embargo, si esta maniobra implica poner en riesgo a los ocupantes del vehículo o a otros usuarios de la vía, ¿estamos ante una solución o ante un nuevo problema?

Un despliegue tecnológico de nueva generación

Coche autónomo seguridad

Para que un coche autónomo alcance el Nivel 5 requerirá de un despliegue tecnológico ultra avanzado. Sensores, radares, cámaras y un sistema de inteligencia artificial que permita interpretar los datos captados por estos receptores digitales y tomar decisiones en base a ellos, decisiones que, además, se deberán tomar en una fracción de segundo.

Los fabricantes de coches, junto a otras empresas dedicadas a la tecnología, ya están trabajando para desarrollar e implementar este tipo de sistemas y funciones en los coches. Sin embargo, es un proceso lento que llevará tiempo y requerirá de tecnologías que aún no se han creado, como la conectividad 6G que se espera, como mínimo, para el 2030.

Además, el coche autónomo de Nivel 5 deberá convivir en la carretera con otros vehículos que no tendrán el mismo nivel de autonomía, lo que implica que toda -o casi toda- la responsabilidad recaerá sobre un conductor humano.

Aún quedan años para que el coche autónomo sea un estándar en nuestras carreteras y ciudades, pero lo que es evidente es que ese futuro llegará en algún momento y que por el camino habrá que solucionar multitud de problemas y desafíos si queremos que esta tecnología tenga éxito.

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