Sete Gibernau podría ir a la cárcel por fraude fiscal
Diego de Arístegui
Sete Gibernau podría ir a la cárcel por fraude fiscal. Así lo afirman desde El Mundo después de saber que la Abogacía del Estado, en representación de la Agencia Tributaria, solicita dos años y medio de prisión para el ex piloto catalán que fuera subcampeón del mundo de MotoGP en los años 2003 y 2004 por detrás de Valentino Rossi.
El delito de Gibernau supuestamente habría sido defraudar un total de 774.000 euros a las arcas públicas en declaraciones de IRPF y Patrimonio durante el año 2006. Curiosamente ese año fue la última temporada que Gibernau estuvo en activo como profesional en el Mundial y su lugar de residencia estaba en Suiza, pero ese año según apuntan desde de la Abogacía ya estaba viviendo con en la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat junto a su pareja en aquel entonces, Esther Cañadas. De este modo, Gibernau habría ocultado ese cambio de domicilio supuestamente para evadir impuestos.
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Por otro lado, la Fiscalía solicita la absolución de Sete Gibernau que hoy ha declarado en el Juzgado número 19 de Barcelona. Sete ha señalado que solía venir a la capital de Cataluña para recoger a su pareja y volar juntos a los Grandes Premios, también porque Dorna, la empresa que gestiona el Mundial, fletaba varios vuelos charters para los pilotos.
Sobre por qué se fue a vivir a Suiza en su momento, Gibernau ha asegurado que fue por estar rodeado de su círculo de confianza en temas económicos: "Mi primo (Miquel Umbert), que era quien gestionaba mi patrimonio, y mi 'manager' de entonces (Léo de Graffenried), que era el que negociaba todos mis contratos, vivían en Ginebra. Eran las dos personas en las que tenía más confianza cuando se trataba de manejar mi dinero, y me fui a vivir allí porque tenerlos cerca me daba tranquilidad".
Sete Gibernau ya se enfrentó a esta causa anteriomente, aunque esta fue archivada en su fase de instrucción hasta la revocación por parte de la Audiencia de Barcelona, motivo por el que el ex piloto ha tenido que volver a declarar en la Ciudad de la Justicia. El propio Gibernau aseguraba que este tema ya no le preocupaba: "Entendí que estaba todo bien y que ya no tenía nada de que preocuparme".
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