Con seguridad es el coche eléctrico cuya compra es la más sensata por precio y características

Comprarse un coche eléctrico en 2024 sigue siendo algo un tanto peliagudo. Los motivos son varios: precios altos, autonomías que todavía no equiparan a los modelos de combustión, una red de recarga que no está a la altura de lo esperado… Por eso dar el salto es algo que hay que sopesar bien, pero si estás por la labor, hay un eléctrico que es la opción más sensata.

Hablamos del Dacia Spring, un modelo que tiene ciertos puntos negativos, pero también otros tantos puntos fuertes. Además, acaba de presentar una importante puesta al día que ha terminado de equilibrar la balanza hacia el lado bueno.

Empecemos por su principal argumento de compra: es uno de los coches eléctricos más baratos del mercado. Todavía no se ha desvelado la tarifa ‘post-actualización’, pero la anterior era francamente asequible: está disponible desde 18.950 euros.

A esto hay que tener en cuenta que se pueden sumar las ayudas del Plan Moves III que, achatarrando un vehículo antiguo implica un descuento de 7.000 euros, por lo que el Spring se puede quedar en tan solo 11.950 euros.

Ahora bien, una tarifa así implica renunciar a cosas, claro está. Cualquiera podría pensar que tratándose de un Dacia, se echará en falta calidad de materiales o tecnología, pero lo cierto es que la marca rumana ha incidido en ambos aspectos en la puesta al día del modelo, dejando como único debe (aunque a medias, como veremos a continuación) su apartado mecánico.

Se mire por donde se mire, las opciones mecánicas del Dacia Spring se quedan cortas si se miran desde la óptica de un conductor promedio. Sin embargo, el problema es precisamente ese, puesto que el enfoque principal del modelo es ser un coche urbano y, desde ese prisma, cumple con lo que se puede esperar de él.

La variante de acceso con tan solo 45 CV y una aceleración de 0 a 100 km/h en 19,1 segundos solo se le puede recomendar a alguien que vaya a circular exclusivamente por ciudad. En cambio, la superior, con 65 CV y un sprint en 13,7 segundos, sí que permite, siempre midiendo bien a la hora de adelantar, aventurarse en carreteras interurbana.

Su autonomía de 220 km, otorgada por una batería de 26,8 kWh de capacidad, tampoco es “para tirar cohetes”, pero cumple con las necesidades de desplazamiento diarias de un conductor promedio, que es el enfoque tiene.

De esta manera, lo que se le ha pedido tradicionalmente a un Dacia, que sea cumplidor, es algo que, valga la redundancia, cumple. Sin embargo, con la reciente actualización el Spring va un paso más allá e otras áreas que antes podían considerarse un debe.

La primera es la estética. Sigue sin ser el coche más bonito del mercado, pero el nuevo lenguaje de diseño de la marca le sienta bien y sorprende lo profunda que es la actualización visual, que casi hace que parezca una generación nueva más que un facelift.

La segunda es la tecnología, puesto que de serie ya dispone de un cuadro de instrumentos digital de 7 pulgadas y en el acabado superior va acompañado de una pantalla central de 10 pulgadas.