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Renault 19 o Citroën ZX: ¿cuál era mejor?

Renault 19 o Citroën ZX

Una comparativa sobre dos de los compactos más importante de la década de los noventa

Hoy nos retrotraemos a la década de los noventa, una época de cambios, de bonanza económica, pero también de crisis, en la que el segmento C se nutrió de importantes novedades, como los dos modelos que te traemos hoy. En esta ocasión, se trata de dos compactos franceses que se repartieron un porcentaje importante de las ventas en la época. Renault 19 o Citroën ZX: ¿cuál era mejor?

El R-19 llegó al mercado antes, en 1988, mientras que habría que esperar tres años más, 1991, para ver el desembarco del ZX. Ambos suponían un modelo muy importante para sus respectivas marcas. El Renault 19 sustituía nada menos que al Renault 11, de notable éxito en los 80. Por su parte, la marca de los chevrones se estrenaba en el segmento C con el ZX, un coche a medio camino entre el AX y el BX que ya se comercializaban. 

Renault 19

Renault 19 o Citroën ZX

El Renault 19 fue presentado en 1988, aunque a España llegaría un año más tarde. Empezó a elaborarse en 1984, bajo el llamado Proyecto X53 y, como curiosidad, iba a llamarse Renault 13, pero al ser un número asociado con la mala suerte en muchos países europeos, la marca decidió llamarlo 19, el número que quedaba libre. Además, fue el último Renault llamado con un número. Después, aparecerían los Clio, Mégane, Laguna… 

El Renault 19 tenía la importante misión de reemplazar al R-11, cuyo éxito en España había sido arrollador. Presentaba un diseño bastante clásico, obra del prestigioso ingeniero Giorgetto Giugiaro, autor, años atrás, del primer Seat Ibiza o el Fiat Panda, entre otros. Precisamente, el diseño poco emocional y conservador fue una de las críticas que recibió el coche, del que también hubo una versión sedán, llamada Chamade y otra cabriolet.

Renault 19 o Citroën ZX

Diseño aparte, aspectos como la aerodinámica, la habitabilidad y la calidad de los acabados fueron muy bien valorados. La marca presumía de haber creado un coche que marcaba un hito en cuanto a calidad. Destacaba por ser un vehículo muy robusto, tanto en construcción como en la mecánica, con motores de nueva concepción y árboles de leva en culata, pero sin emplear soluciones novedosas. 

La marca del rombo ofrecía una oferta muy variada de motorizaciones, con versiones de gasolina y diésel que oscilaban entre los 60 y 107 CV. Aparte, había una versión más prestacional de 16 válvulas con 140 CV. Pero, con la nueva normativa anticontaminación, algunos de esos motores perdieron algo de fuerza, como el famoso 16 válvulas, que pasó de 140 a 137 CV con el catalizador, y un rendimiento algo peor. 

Citroën ZX

Renault 19 o Citroën ZX

El Citroën ZX llegó tres años más tarde que su rival y eso hacía que fuera un poco más moderno. Aunque el R-19 recibió una actualización en 1992 y se mantuvo a la venta hasta 1995, cuando fue sustituido por le Mégane. Con el ZX, la marca francesa debutaba en el segmento C, donde había estado ausente hasta entonces. 

Nacido del Proyecto N2, el Citroën ZX era un coche, por encima de todo, práctico y, desde el principio, cumplió esa finalidad a la perfección. Estaba disponible con tres carrocerías: tres puertas, cinco puertas y familiar. Y presentaba una amplia oferta de motores, desde un 1.1 de gasolina con 60 CV hasta el vigoroso 2.0 16 válvulas que llegó a alcanzar los 167 CV. También contó con algunas versiones diésel que destacaban por su robustez y refinamiento, comparado con otros motores diésel de la época. 

Renault 19 o Citroën ZX

El ZX destacaba por ser un coche muy ágil en su conducción, gracias a dos factores: por un lado, su peso contenido, poco más de una tonelada y, por otro, al efecto direccional que tenía el eje trasero, que hacía que las ruedas no estuvieran en paralelo con respecto a la carrocería, tomando cierto ángulo en sentido contrario a las ruedas delanteras. Esto hacía que la zaga hiciera mejor los giros y el coche se notase menos subvirador

Otros aspectos destacados del compacto de Citroën eran la amplitud del habitáculo y la calidad de los materiales que revestían el salpicadero y los paneles de las puertas. En ambos casos, el ZX estaba por encima de la media. Además, la postura de conducción era cómoda y ofrecía una visibilidad muy buena. En definitiva, era un coche muy bien trabajado desde el punto de vista de la practicidad.

Conclusión

Estamos antes dos de los compactos más importantes de los noventa, con algunas semejanzas, como el carácter práctico y funcional, la robustez del conjunto y una amplia oferta de motores. Aunque el Citroën ZX ofrecía un mejor comportamiento dinámico, gracias a su eje trasero con efecto direccional. Esto, unido al motor 2.0 16 válvulas de 167 CV, claramente más potente que el R-19 16 válvulas, hacía que fuera uno de los coches más divertidos de conducir en aquella época. 

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