La llamada "fumata blanca" es uno de los fenómenos más temidos en la Fórmula 1, sobre todo si hablamos de los coches de Toro Rosso o Red Bull. Mediante este característico humo blanco se señaliza que un motor ha dicho basta, algo que supone un gran contratiempo para los equipos anteriormente citados, que cada fin de semana sufren con el motor.

Hoy hemos visto esta odiada "fumata" en el Red Bull de Daniel Ricciardo. No ha sido nada grave, porque además de que ha sucedido en entrenamientos, el motor que usaban era uno antiguo cuyo kilometraje terminaban de agotar en entrenamientos. El australiano correrá con el motor que monta desde Austria, rezando para que dure todo lo posible, pues cuando precise de otra unidad, sabe que volverá a ser penalizado.

El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, ha comparecido ante la prensa esta tarde y ha desvelado que la situación con Renault no mejorará demasiado como mínimo, hasta el Gran Premio de Rusia en Sochi, que se celebra en octubre, donde Renault prevé introducir una nueva evolución. Son malas noticias para Red Bull y Toro Rosso, pues esto quiere decir que sufrirán en los próximos grandes premios en Spa-Francorchamps y Monza, donde la velocidad punta es primordial.

"Creo que no hay nada preparado como mínimo hasta Rusia, por lo que tendremos que convivir con los motores que tenemos ahora hasta entonces", ha declarado Horner en la rueda de prensa oficial de la FIA.

De cara al resto del fin de semana de Hungria, a pesar del buen comienzo de Red Bull, colocándose entre los Mercedes con Kvyat y Ricciardo en los Libres 2, Horner espera que sus coches estén en condiciones de pelear con los Williams o Ferrari.

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