PSA se carga su mayor emblema: la suspensión hidroneumática
El Grupo PSA va a abandonar la suspensión hidroneumática. Esto es algo que no nos sorprende, ya que su utilización a día de hoy era ya ínfima. Los altos costes de desarrollo han sido su sentencia de muerte. Al parecer y según apuntan varios informes internos del grupo, esta tecnología, que actualmente se produce en la planta de PSA en el norte de Francia, terminará con el Citroën C5 sedán.
La suspensión hidroneumática ha sido históricamente uno de los grandes puntos fuertes de Citroën, con un nivel de confort y comodidad superior al de la mayoría de rivales directos. Nació en 1954 y se instaló por primera vez en la suspensión trasera del Citroën Traction Avant, aunque fue con el gran Citroën DS cuando alcanzó la fama internacional.
Te interesa: Prueba DS 5, el premium alternativo
Esta drástica medida tiene como objetivo reducir los costes de desarrollo de la compañía, en una batalla para hacer rentable al Grupo PSA. Al parecer, los beneficios de la suspensión hidroneumática de Citroën no son tantos como para poder justificar la enorme diferencia de precio respecto a una suspensión avanzada convencional.
En su lugar, El grupo PSA utilizará, en los modelos más altos de la gama, una suspensión adaptativa obra del especialista alemán ZF Friedrichshafen. Un buen ejemplo del por qué de la retirada de la hidroneumática es la nueva suspensión adaptativa DCC de Volkswagen, con una efectividad igual o superior a la del Grupo PSA, pero con un coste de desarrollo muy inferior. Era cuestión de tiempo pues que la suspensión hidroneumática dijera adiós. El gran baluarte de Citroën deja paso a la tecnología: ¿evolución racional o principio del fin?
Descubre más sobre Raul Salinas, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.