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Citroën DS5 contra Volkswagen CC: dos berlinas diferentes

En esta comparativa entre el Citroën DS5 y el Volkswagen CC, dos modelos que ofrecen una visión muy diferente del segmento de las berlinas medias, vamos a desvelar cuál de los dos es el más compensado. La duda es saber si se impondrá la innovación que propone el francés o el saber hacer del modelo alemán.

Motorizaciones comparadas:

En esta comparativa se enfrentan dos modelos totalmente nuevos, el Citroën DS5 y el Volkswagen CC. El nuevo Citroën DS5 es el tercer miembro de la gama de vehículos de lujo de la marca francesa. La verdad es que, además de ser diferente a todo (no se sabe muy bien si es un 'crossover', un monovolumen o una berlina), no se puede negar que es bonito. 

El Volkswagen parece más tradicional (de hecho lo es), aunque su concepto es relativamente novedoso. Surgió como alternativa al exitoso Mercedes CLS, el primer modelo de cuatro puertas con carrocería de aspecto coupé. Ahora acaba de renovarse y ha cambiado hasta su nombre. Antes se llamaba Passat CC y ahora CC (a secas). Según la propia marca, así logran diferenciarlo del modelo del que deriva, ya que se trata de un vehículo de aspiraciones más 'premium' y con un mejor equipamiento.

El Citroën, que se basa en la misma plataforma de los Citroën C4 o Citroën DS4, mide 4,5 metros (27 cm menos que el VW), pero ofrece un interior casi tan amplio como su rival gracias a su mayor distancia entre ejes. Lógicamente tiene más espacio para la cabeza, aunque no lo supera en el hueco para las piernas porque prefiere reservar algunos centímetros para el maletero, que es más grande y practicable. Eso sí, no puedo olvidar que para ampliar la zona de carga el DS5 te obliga a levantar la butaca y luego plegar los respaldos, mientras que el Volkswagen te lo pone más fácil: con tirar de una palanca situada en el mismo maletero ya está todo hecho.

Además, no hay que pasar por alto un detalle: el modelo francés tiene kit reparapinchazos, mientras que el alemán cuenta con una rueda de repuesto igual que el resto.

El puesto de conducción en el Citroën DS5 es más elevado. Y desde el asiento del conductor puedes disfrutar de un interior de inspiración aeronáutica (con palancas en el techo, como si fuera un avión) y aspecto más juvenil. Tiene costuras y materiales de calidad, aunque no es lo más premium y lujoso que puedas imaginar. La verdad es que el Vollkswagen CC no tiene nada que envidiarle en este sentido. Solo me queda hablar de un detalle siempre importante: la visibilidad, que es peor en el Citroën DS5 debido a su construcción tipo monovolumen con el pilar A dividido y la luneta partida.

Para esta comparativa he optado por probar las versiones turbodiésel más potentes de cada modelo, es decir, un 2.0 HDi de 163 CV en el caso del francés y un 2.0 TDI de 170 CV en el alemán.

Con niveles de potencia tan parecidos, apenas hay diferencias de respuesta entre uno y otro. Ambos empujan con ganas desde bastante abajo, por encima de las 2.000 rpm se muestran muy enérgicos y te permiten estirar hasta las 5.000 vueltas, que no está nada mal para tratarse de modelos turbodiésel. Quizás, la diferencia la marcan las distintas transmisiones que cada uno monta.

El Citroën apuesta por un cambio manual de seis velocidades con recorridos cortos, pero resulta un tanto impreciso en los saltos entre marchas. Además, monta un desarrollo en sexta tan largo que en ciertas situaciones te obliga a jugar más de la cuenta con la palanca.

La verdad es que lo tiene difícil para igualar la eficacia del DSG del Volkswagen, que es rápido y efectivo como pocos. Hay una versión manual del CC TDI de 170 CV, pero me he decantado por esta de doble embrague porque es la que mejor exprime las cualidades del motor. Y por ese mismo motivo he preferido optar por un cambio manual en el DS5, porque el CMP (manual pilotado) solo está disponible con el HDi de 110 CV y el automático normal no lucharía en igualdad de condiciones con el DSG de su rival.

En cuanto a las prestaciones, no hay demasiadas diferencias en los primeros metros: el Volkswagen CC es solo dos décimas mejor en el 0-50 km/h (3,3 frente a 3,5 segundos) y 0,3 segundos más rápido en el 0-100 km/h (9,3 frente a 9,6). Pero en las recuperaciones el margen se amplía, porque el CC se aprovecha de la rapidez del DSG y pasa de 80 a 120 km/h en menos de la mitad de tiempo que su rival (6,6 por 13,7 segundos), que ni siquiera en plena recuperación en cuarta velocidad logra igualar el tiempo (7,6 segundos).

Cabría pensar que hay diferencias en cuanto al consumo, sobre todo, porque el Citroën DS5 no te da opción de montar el sistema 'Start-Stop' ni de manera opcional (se lo reserva para el DS5 Hybrid4), mientras que el Volkswagen CC lo equipa de serie. Pero la realidad demuestra que la diferencia no es significativa. La verdad es que un gasto de menos de 6,5 l/100 km es un dato magnífico para modelos entorno a 170 CV de potencia.

En el apartado dinámico el modelo alemán destaca especialmente. Sin duda, la suspensión adaptativa DCC que el Volkswagen monta de serie le ayuda a situarse un escalón por encima de su oponente. Además, se apoya en una dirección de tacto preciso, que te ayuda a guiar el coche justo por donde tú quieres.

El Citroën DS5, aunque tiene una suspensión desarrollada específicamente, es blando y balancea algo más en las curvas. Sin duda, la diferencia de altura con el Volkswagen CC (91 mm) se hace notar. No obstante, el comportamiento general del francés no es malo. Eso sí, la dirección está demasiado asistida y no ayuda su volante tan grande, que se caracteriza por tener la siempre injustificable (en un coche de calle) zona baja achatada.

La diferencia de precio entre ambos modelos es importante. El Volkswagen CC está mejor equipado, pero esta versión 2.0 TDI de 170 CV con cambio DSG cuesta 39.180 euros. Su rival no tiene nada que envidiarle en calidad de materiales o acabados y sale por 28.500 euros.

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