Prueba de un Seat Ibiza de 2017: casi como el primer día

El Seat Ibiza de quinta generación (código de fábrica 6F) se convirtió en pionero en tecnología en 2017 y se le permitió usar la nueva plataforma MQB-A0 antes que sus hermanos tecnológicos el Volkswagen Polo, Skoda Fabia y Audi A1. Ahora que le toca un lavado de cara, en AUTOBILD volvemos a examinar la versión anterior.

Nuestro Seat Ibiza 1.0 EcoTSI Style, fabricado en 10/2017, ha recorrido 68.200 kilómetros hasta ahora. Según la base de datos de Schwacke, el candidato costó en su momento unos considerables 17.975 euros. Ahora nos lo venden por 10.999, de modo que el valor de este Seat es notablemente estable.

¡En marcha!

Nuestro vehículo de prueba no cruje ni se agrieta ni siquiera en carreteras secundarias remendadas. La carrocería se siente extremadamente rígida, el pequeño español rezuma confianza en sí mismo por cada articulación del cuerpo. Queda claro que su anterior dueño no le hizo ninguna perrería, ni lo llevó al límite ni desde luego tuvo ningún accidente de consideración. 

En la prueba de conducción , el Seat no solo muestra dinamismo, sino también su lado maduro. Pocos coches pequeños se conducían tan bien como este hace diez años. No es de extrañar: con una longitud de 4,06 metros, estaba casi en la clase compacta. ¡Y el ancho de 1,79 metros era suficiente incluso para la clase media!

El espacio interior en el cinco puertas es correspondientemente aireado. Las familias pequeñas van a gusto aquí, sobre todo por el maletero de 355 litros. Nuestro vehículo tiene una rueda de repuesto y un juego de herramientas debajo del maletero. Eso trae puntos de simpatía a este Ibiza, ya que una rueda de repuesto real es cada vez más rara y más segura en caso de avería.

La buena ergonomía del salpicadero es típica de los coches del grupo, solo empaña un poco la buena sensación general algunos plásticos algo simples. 

Buenas prestaciones, poco consumo

El animado motor de gasolina 1.0 TSI con estándar de emisiones Euro 6b y 70 kW (95 CV) impulsa al Ibiza de manera suficientemente briosa, y le bastan 6 litros cada 100 kilómetros. 

Cuando el turbo de inyección directa sube hasta la zona alta del  cuentavueltas, el Ibiza es realmente rápido y suena agradablemente gutural. Sin embargo, estos desmanes los castiga con un consumo más de diez litros.

Equipamiento

El primer propietario ahorró en extras,  de modo que esta unidad no es muy refinada por dentro. Pero sí es cómodo y en general agradable. 

Además del aire acondicionado y las llantas de aluminio, hay un volante multifunción, advertencia de estacionamiento trasero, luces antiniebla, asistente de frenado y un sencillo sistema de infoentretenimiento con sistema de manos libres.

Buen estado

Nos gusta mucho cómo el Ibiza ha digerido los primeros 68.200 kilómetros. No encontramos ni rastro de óxido.

Solo en la parte de atrás a la derecha hay un zumbido. El vendedor nos tranquiliza: la causa es un perfil de diente de sierra en el neumático para todas las estaciones. Un cambio de neumáticos debería ser suficiente para que este Ibiza se desplace por el país tan suavemente como ninguna generación de Ibiza antes.

En lo que respecta a la calidad, el Ibiza V es un tipo con pocos defectos de diseño. Eso no quiere decir que este modelo en concreto no haya tenido problemas puntuales. 

 A mayor kilometraje, las bielas de acoplamiento desgastadas pueden provocar ruidos de traqueteo en el eje delantero. Los sensores de presión de sobrealimentación ocasionalmente causan problemas y el motor entra en modo de emergencia. 

Y han existido llamadas a taller relacionadas con la columna de dirección y el aire acondicionado, así como problemas con el freno de mano y el cinturón de seguridad trasero.

Conclusión

Cuatro años después de su presentación, la quinta generación del Ibiza impresiona por su calidad, funcionalidad y placer de conducción. Sin embargo, el nivel de precios es elevado y un Polo de la misma edad apenas es más caro.