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Prueba: Lamborghini Aventador SVJ. Aún más bestia

Al volante: Lamborghini Aventador SVJ

¿Cómo lograr que el Lamborghini Aventador SV sea aún más veloz? Pues el corazón de esta revisión está en los retoques y ajustes del chasis y la aerodinámica. Comprobamos el resultado al volante. Prueba: Lamborghini Aventador SVJ.

Para empezar, gracias a la recirculación del aire por el morro, los bajos y el alerón trasero, el tracción integral de más de 1.600 kilos es más activo que nunca en curvas. Pero lo mejor es que el cambio de algunos componentes logra que baje hasta los 1.525 kilos, con lo que alcanza una potencia específica de 1 CV/1,98 kilos.

Novedades

Las diferencias del SVJ con el Aventador, y especialmente con las versiones más radicales SV y S, apenas las notará un piloto aficionado. Girar, frenar y acelerar ya eran acciones en los que esta bestia parecía no llegar nunca a sus límites. Pero en el caso de este SVJ limitado a 900 unidades, si logras acercarte a ellos, te quitará la respiración. Desde los 100 km/h, este Lamborghini frena en unos 30 metros. Y al revés es casi más espectacular: pasa de 0 a 100 km/h en solo 2,8 segundos. Y si no levantas el pie del acelerador, llegarás a los 350 km/h.

¡Aquí lo tienes en acción!

Motor

El V12 atmosférico alcanza su par máximo de 720 Nm en las 6.750 vueltas, y llegar a este régimen es una experiencia religiosa no solo por el sonido, sino por la velocidad a la que se insertan las marchas. Y sí, estoy aquí para llevarlo al límite, por muy lejano que esté. Y es en ese punto donde el trabajo realizado en el chasis y la aerodinámica sale a relucir, porque pilotado al extremo, este Aventador se revela todavía más ágil y manejable que los anteriores.

Al volante: Lamborghini Aventador SVJ

Y eso que este súper Lambo no monta el sistema Torque Vectoring con la frenada selectiva de cada rueda. El ingeniero responsable del chasis, Lorenzo Rinaldi, me lo justifica con el siguiente argumento: correría el riesgo de sobrecalentar los frenos, algo que en un superdeportivo capaz de rodar a una velocidad tan estratosférica no es en absoluto recomendable.

Torear las curvas

En el circuito de Estoril, en modo Sport, avanza con vehemencia y se ventila las curvas sin problemas. Pero en modo Corsa se vuelve aún más bestia, los empellones son más violentos y este toro pelea en cada giro (especialmente los más cerrados) con peso, clava los neumático P-Zero con decisión y embiste hacia el siguiente tramo de curvas.

Al volante: Lamborghini Aventador SVJ

El cambio automatizado es veloz, aunque a plena carga responde algo inarmónico cada vez que una marcha engarza con brutalidad la siguiente. Por desgracia, en este circuito no pueden alcanzarse los 350 km/h ni siquiera en su recta más larga. Pero sí que llego a los 270 para comprobar la fuerza con la que vuelven a detenerlo sus enormes discos de carbono, incluso cuando están calientes.

Lo dicho: una máquina de pilotaje pura que solo disfrutarán al máximo los pilotos más duchos.... Y valientes.

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