Hidrógeno verde, por qué será clave para que la descarbonización del planeta sea más rápida

La actual emergencia climática ha obligado a las regiones más desarrolladas del mundo a adoptar objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, con el objetivo de alcanzar la descarbonización del planeta. Y, en esta tarea, será clave el hidrógeno verde.

También llamado hidrógeno renovable, el hidrógeno verde se postula como uno de los candidatos más fuertes para colaborar en la deseada descarbonización del planeta, especialmente, de aquellos sectores en los que la electrificación es más difícil, como, por ejemplo, el transporte terrestre de vehículos pesados o marítimo. 

En lo que respecta a la industria del automóvil, ya sabemos que la apuesta está siendo fuerte hacia el coche eléctrico y algunas regiones del mundo han puesto fecha al final de los motores de combustión. Sin ir más lejos, Europa ya ha prohibido la venta de coches de combustión en 2035. 

Pero la realidad es que la electrificación total de la movilidad será difícil de conseguir en esa fecha y es aquí donde el hidrógeno verde puede jugar un rol importante para lograr los objetivos de reducir las emisiones en los próximos años. 

Hidrógeno verde, por qué será clave para que la descarbonización del planeta sea más rápida

El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta ya que está presente en el 75% de la materia. Sin embargo, no está solo, sino en compañía de otros elementos químicos, como el oxígeno, lo que da lugar al agua, o el carbono, formando compuestos orgánicos.

El problema del hidrógeno es que, pese a ser abundante, no se puede tomar directamente de la naturaleza en estado puro, sino que hay que fabricarlo. Y la forma de fabricarlo es lo que determina si es un combustible cero emisiones o no. 

Es lo mismo que ocurre con la electricidad: si se obtiene de fuentes renovables, entonces es “limpio” y sostenible, pero si se obtiene de centrales nucleares o de carbón, la producción de esa electricidad que luego alimentará un coche eléctrico habrá emitido gases contaminantes. 

El hidrógeno verde es aquel que se obtiene mediante el uso de energías renovables en su producción, lo que lo convierte en un combustible limpio, sostenible y con un índice de contaminación cero que puede ser clave no solo como vector energético, sino como materia prima.

El hidrógeno renovable se consigue a través de un proceso químico llamado electrolisis, impulsada con energías renovables como la eólica o la solar. Dicho proceso consiste en utilizar una corriente eléctrica para descomponer la molécula del agua en oxígeno e hidrógeno, mediante electrodos.

El gran valor del hidrógeno verde para que la descarbonización del planeta sea más rápida reside en su capacidad para sustituir a los combustibles fósiles en aquellos sectores y usos en los que la electrificación es más difícil de alcanzar, además de su potencial como sistema de almacenamiento de energía.

Hidrógeno verde para la transición energética

Cada vez tiene más peso la opinión de que el hidrógeno verde se puede utilizar en casi todos los sectores que hoy en día dependen de los combustibles fósiles y son difíciles de descarbonizar.

Por eso, su impulso es vital para realizar la transición energética acordada en el Acuerdo de París y, particularmente, el objetivo que selló la Unión Europea en 2014, en el Marco de Políticas de Energía y Cambio Climático 2021-2030, de reducir las emisiones en 2030 en un 55%, con respecto a los valores de 1990, y la neutralidad climática en 2050. 

Desde Europa ya se están promoviendo iniciativas en toda la cadena de valor del hidrógeno como la fabricación de electrolizadores más competitivos, la construcción de una red de transporte o la instalación de hidrogeneras para el transporte por carretera.

A esto hay que añadir iniciativas como la construcción de la planta destinada a la producción de hidrógeno verde en Guadalajara, de la mano de la empresa estadounidense Cummins, que estará lista para finales de 2023 y creará unos 300 empleos altamente cualificados. 

Esta planta de Guadalajara podrá producir 500 MW de electrolizadores por año, aunque el objetivo es alcanzar una capacidad de producción de un GW por año.

Según un informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el coste de las instalaciones de hidrógeno puede decrecer desde un 40% hasta un 80% a largo plazo. 

Esto, unido al abaratamiento de las energías renovables, hace pronosticar que el hidrógeno verde podría ser rentable a partir de 2030 y, en consecuencia, ser clave para lograr la descarbonización del planeta.