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Helmut Marko, el temido asesor de Red Bull que desafió a la muerte

Helmut Marko celebra con Sebastian Vettel su título de 2010
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¿Quién es Helmut Marko? Esta es la historia (casi desconocida) de un talentoso piloto que ganó las 24 Horas de Le Mans, corrió en la F1 y trataba de hacerse un hueco en el campeonato cuando un triste accidente se interpuso en su camino. Odiado por muchos, ha sido clave en la carrera deportiva de numerosos pilotos y también en la historia de Red Bull F1.

Helmut Marko, el asesor deportivo del equipo Red Bull de F1, es famoso por los polémicos titulares que siempre da a los medios y por no cortarse ni un pelo a la hora de hablar. También por las curiosas decisiones que suele tomar a la hora de gestionar el exitoso Red Bull Junior Team e incluso por su mal carácter… pero detrás de todo eso hay una carrera deportiva en la que relucen éxitos como la victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1971 con Porsche o la participación en 10 Grandes Premios de F1.

VÍDEO: El estreno del Red Bull RB16 en pista

Si sigues la Fórmula 1 habitualmente, seguro que has oído más de una vez el nombre de Helmut Marko. Quizás te suene por haber sido etiquetado como el ‘ogro’ que dejó fuera de la F1 a Jaime Alguersuari y a Sébastien Buemi tras la temporada 2011 o por el ‘loco’ que quiso juntar en un campo de entrenamiento a todos los pilotos del entorno Red Bull con el objetivo de que se contagiaran de coronavirus y así se inmunizaran.

Pero Marko, más allá de ser polémico y de crear titulares con cada respuesta que da ante los medios, ha sido clave en la historia de Red Bull en la F1 y en la carrera de pilotos como Sebastian Vettel, Carlos Sainz, Alguersuari, Daniel Ricciardo y muchos otros, a quien les abrió la puerta de la F1. Y antes de todo eso, fue piloto de carreras.

Helmut Marko y pilotos de Red Bull

Las escapadas a Nürburgring con su compañero de clase, Jochen Rindt

Helmut Marko creció junto a otro ilustre piloto austriaco, el campeón de F1 de 1970 Jochen Rindt. Ambos fueron juntos a clase y sufrieron un curioso revés a sus 18 años: suspendieron el examen de acceso a la universidad. En vez de irse a casa y soportar las riñas de sus padres, Marko y Rindt decidieron escaparse a Nürburgring, a nada menos que 800 kilómetros de Viena. Condujeron durante toda la noche y durmieron en el bosque porque al día siguiente allí se celebraba el GP de Alemania de F1… en el que ganó el recientemente fallecido Stirling Moss.

En una entrevista a F1.com, Marko recordaba aquel momento que cambiaría la vida de ambos. El de Rindt porque despejó sus dudas de que quería ser como aquellos pilotos de carreras de carreras que se adentraban a Dios sabe qué velocidad en el “Infierno Verde”, y el de Marko porque “si él (Rindt) podía hacerlo, yo también”.

Jochen Rindt era buen amigo de Marko: fue campeón en el año 1970, mismo en el que murió en un accidente en Monza
Jochen Rindt era buen amigo de Marko: fue campeón en el año 1970, mismo en el que murió en un accidente en Monza

“Jochen me infectó con el virus de las carreras. Ambos estuvimos siempre interesados en la competición, pero no tenía confianza en mí mismo. Pero entonces cuando Jochen se fue a Inglaterra y triunfó, pensé: “Si él puede hacerlo, yo también. ¿Por qué no?” Tanto yo como el resto de pilotos austriacos que le seguimos le tenemos que estar muy agradecidos, porque sin él ninguno de nosotros habría entrado en el deporte tan fácilmente. Él abrió el camino”. 

Marko comenzó a competir en los años sesenta con todo tipo de vehículos: turismos en el campeonato europeo, Fórmula 2, prototipos… hasta la extinta y competitiva Fórmula Vee, que en 1967 hacía de categoría soporte de la F1 en algunos grandes premios. El austriaco ganó en Mónaco, se hizo cada vez más conocido en el automovilismo mundial y continuó subiendo peldaños. 

En 1970 compitió en las 24 Horas de Le Mans con un Porsche 908 que compartió con su compatriota Rudi Lins: acabó tercero de la general y primero en la clase 3.0. Al año siguiente regresó al mítico Circuito de La Sarthe, pero esta vez para ganar. Marko subió a lo más alto del podio con un Porsche 917K con los colores de Martini que condujo junto con Gijs Van Lennep. Fue el segundo triunfo consecutivo de Porsche en Le Mans y también de este mítico modelo, tras el logrado el año anterior por Hans Hermann y Richard Attwood.

Helmut Marko en Le Mans 1971
Helmut Marko en Le Mans 1971

“Aunque la F1 seguía siendo mi objetivo, casi todos los pilotos de Fórmula 1 competían también en otros campeonatos. El Porsche 917 era un desafío. He ido al museo de Porsche y he visto expuesto el coche con el que gané. Cuando uno ve su estructura no puede creer que lo condujera a 390 km/h en las rectas de Le Mans. ¡Ahora parece frágil! Tuve mucha suerte de sobrevivir a aquella era”, admite en declaraciones a F1.com.

Carrera prometedora... hasta el accidente de Francia 72

El ya nada desconocido Helmut Marko “debutó” en la Fórmula 1 en agosto de 1971, en Nürburgring. Solo once meses antes había perdido a su gran amigo, Rindt, en un fatídico accidente en el Circuito de Monza. Sin embargo, eso no le apartó de su deseo de llegar a la F1. Marko, en realidad, no llegó a correr en aquel GP de Alemania, solo llegó a participar en los entrenamientos con un McLaren del equipo Jo Bonnier Racing; no se clasificó para la carrera. “No era el mejor lugar para debutar en la F1 y además estaba en disputas legales con dos equipos con los que estaba negociando, Surtees y BRM”, recuerda Marko.

La primera carrera en la F1 para el austriaco llegó solo unas semanas más tarde, en Austria. Esta vez sí que compitió, con un BRM P153, y además dejó tan buena impresión (acabó 11º) que firmó un contrato con la escudería para seguir corriendo con ellos. Aquel mismo año BRM alineó varios coches, varios chasis diferentes, unos con mejores prestaciones que otros. Marko consiguió subir en la jerarquía del equipo hasta llegar a ponerse al volante del BRM de última generación.

Helmut Marko, piloto de BRM
Helmut Marko, piloto de BRM

Éste, en 1972, fue el principio del fin. El Gran Premio de Francia de aquel año, el décimo gran premio en el que participaba, se celebraba en el Circuito de Charade, en Clermont-Ferrand. Este precioso circuito de la vieja escuela y más de ocho kilómetros de longitud, se situaba en los alrededores de dos volcanes, se veía habitualmente plagado de piedras volcánicas que saltaban a la pista tras las salidas de los monoplazas por alguna de las escapatorias ‘naturales’ en los exteriores del asfalto.

Una de esas piedras supuso el fin de la carrera deportiva de Helmut Marko. El austriaco se sentaba en su nuevo chasis 15 centímetros más alto que en el anterior y eso fue fatal, ya que la piedra que saltó tras salir despedida al paso de otro monoplaza impactó en la visera de su casco, golpeando posteriormente su ojo izquierdo. Era la octava vuelta y rodaba en la quinta posición de la carrera: podría haber logrado su mejor resultado en la F1 hasta el momento.

Helmut Marko en el GP de Francia de 1972
Helmut Marko en el GP de Francia de 1972

“Una lesión en el ojo es muy dolorosa. Tuvieron que coserme el ojo, así que cada parpadeo era un horror. No pude dormir durante mucho tiempo, también porque todavía pensaba que el automovilismo era la única razón para vivir. En una de esas noches de insomnio tuve que confesarme a mí mismo: se acabó, tendré que hacer otra cosa con mi vida. Ahí es cuando caes en un profundo agujero negro. Pero entonces me di cuenta de que hay vida después de las carreras, y algo cambió en mi cabeza de un momento a otro: no volví a subirme a un coche de carreras durante los siguientes 30 años”, explica en la entrevista a la F1. 

“Ahora debo decir que soy muy feliz y me siento muy afortunado por haber sobrevivido a ese período habiendo perdido solo un ojo”. Lo dice un hombre que perdió a su gran amigo, Rindt, en las carreras y que un año más tarde vio también cómo perdía la vida su compañero de equipo Jo Siffert.

Helmut Marko junto a su compatriota Niki Lauda
Helmut Marko junto a su compatriota Niki Lauda

Mánager de Gerhard Berger y descubridor de jóvenes talentos

Helmut Marko pudo comenzar entonces una carrera como abogado, tras haberse doctorado en Derecho, en el año 1967 – por ello es conocido como el Dr. Marko, no porque sea médico ni mucho menos -, pero no. El austriaco continuó ligado al mundo del motor y comenzó a ayudar a jóvenes talentos a abrirse hueco en el automovilismo. Uno de ellos fue su compatriota Helmuth Koinigg, quien dio el salto a la F1 en 1974 con la Scuderia Finotto. No se clasificó en su primera carrera en Austria y fichó por el Team Surtees, con el que acabó décimo en Canadá. En el siguiente gran premio, aquel mismo año, sufrió un terrible accidente en el Circuito de Wakins Glen, en Estados Unidos, y perdió la vida.

Marko también trabajó junto con Hans Georg Bürger y Markus Hottinger, que corrieron con un BMW M1 alineado por el propio Marko en carreras como los 1000 Kilómetros de Kyalami en 1979. Ambos también perdieron la vida en 1980 en accidentes de Fórmula 2. Jo Gartner y Christian Danner también recibieron la asesoría de Marko para competir en Le Mans. Éste último participó en la legendaria carrera con un BMW M1 del equipo Helmut Marko RSM en 1981.

Juan Pablo Montoya lidera una carrera de Fórmula 3000 en 1997 con un coche del equipo RSM Marko
Juan Pablo Montoya lidera una carrera de Fórmula 3000 en 1997 con un coche del equipo RSM Marko

El austriaco decidió formar su propio equipo, RSM Marko, con el que ganó la Fórmula 3 alemana con Karl Wendlinger en 1989 y con Jörg Müller en 1994. Este último también ganó la Fórmula 3000 en 1996. Marko también tuvo su propia estructura en el DTM alemán. 

Fue en aquella década cuando Helmut se encontró en su camino con Gerhard Berger, un joven austriaco dispuesto a competir en la Fórmula 1. Gerhard fue tercero en la Fórmula 3 Europea en 1984 y un año más tarde estaba sentado al volante de un Arrows en la Fórmula 1. 

Cuando Helmut Marko ayudó a formar Red Bull Racing

La empresa Red Bull fue fundada por Dietrich Mateschitz en 1984, tras descubrir en un viaje a Tailandia “Krating Daeng”, la bebida que supuso la base de la famosa bebida energética. Mateschitz decidió dar a conocer el producto a través del deporte y la F1, donde tanta energía y agallas se necesitan para competir al límite, fue elegida para hacerla famosa. Gerhard Berger, austriaco como la empresa y asesorado por Marko, fue designado uno de sus primeros embajadores. Esto tenía mucha lógica porque la bebida solo se vendió en Austria hasta 1992. Posteriormente se expandió hasta Hungría, resto de Europa, Estados Unidos en 1997, Oriente Medio en el 2000…

Red Bull continuó apostando por la F1 y en 1995 se convirtió en patrocinador y accionista del equipo Sauber, al que estuvieron unidos hasta que en 2001 Peter Sauber fichara al joven Kimi Räikkönen y no a Enrique Bernoldi. Mateschitz, para aquel entonces había formado un equipo en la Fórmula 3000 junto con Marko, llamado Red Bull Junior, y siguiendo los consejos del ex piloto de F1, quería que compitiese con Sauber el brasileño Bernoldi. El enfado de Mateschitz, según publica el periodista Joe Saward en su web, acabó con la venta de las acciones de Sauber a Credit Suisse.

Pedro Diniz - Red Bull Sauber
 

El Junior Team de Formula 3000 no funcionó en su primera fase y no ganó ningún título (por él pasó el español Antonio García) en su breve existencia. La escudería fue vendida a Arden International, equipo de Garry Horner, padre de Christian Horner, que sí que lo hizo ganar dos campeonatos de pilotos y tres de equipos. El último en el 2004, con Vitantonio Liuzzi. Solo un año después, Red Bull compró el equipo Jaguar Grand Prix y fundó “Red Bull Racing”: sus primeros pilotos fueron el experimentado David Coulthard y dos de sus primeros jóvenes talentos, Liuzzi y el austriaco Christian Klien. En 2006 Red Bull compró también Minardi y fundó Toro Rosso, lo que este año se ha convertido Alpha Tauri, que ha ejercido como equipo B y equipo de jóvenes talentos de la escudería principal.

En 2009 Red Bull ganó su primera carrera en la Fórmula 1; en 2008 lo hizo Toro Rosso en Italia. En 2010, con un joven Sebastian Vettel – al que por supuesto reclutó Marko - al volante del Red Bull RB10, Red Bull se alzó con su primer título Mundial de Pilotos y Constructores. Durante los tres años siguientes, siguieron ganando, convirtiéndose en el equipo a batir en la categoría reina. 

Marko y Verstappen en el GP de España 2016

La historia de Helmut Marko va más allá de la del ‘ogro’ al que todo el mundo teme en el paddock de la F1 y con los que los jóvenes pilotos sienten un amor y odio casi a partes iguales. Amor porque es él quien, al creer que tienen talento, les da un buen coche y todo lo necesario para ganar; odio, por que si no lo hacen cuando él cree que deben hacerlo, estarán en la calle al día siguiente. No valen las excusas, solo lo que marque el cronómetro, los resultados… y sí, por qué no decirlo, el criterio de Helmut también influye.

Quizás solo a alguien como a él se le habría ocurrido sentar a un joven de 18 años llamado Max Verstappen, en uno de los mejores coches de la parrilla en 2016. ¿Quién le va a decir que se equivocó cuando el holandés ganó en su primera carrera? 

“¿Mis mejores momentos? Diría tres: la victoria en Le Mans, que fue un gran momento; el primer campeonato con Sebastian Vettel y Red Bull; y la victoria en Barcelona con Max. Me dijeron, incluso dentro del equipo, que estaba loco por ponerle en el coche… ¡y va y gana!”. 

Así es Helmut Marko.

 

Imágenes: Motorsport Images

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