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Esta fue la primera vez que Alfa Romeo cambió el nombre al Milano

Alfa Romeo Milano

Ya es el segundo intento.

Esta semana hemos asistido a una situación peculiar en el mundo del motor: el gobierno italiano ha “obligado” a Alfa Romeo a cambiar el nombre a uno de sus coches. El Alfa Romeo Milano ha tenido una trayectoria muy corta, dando paso al Alfa Romeo Junior. Sin embargo, esta no es la primera vez que la firma italiana ha tenido que cambiar ese nombre, precisamente.

Empecemos primero por lo que acaba de ocurrir. Tras el anuncio del Milano, el Ministro de Industria italiano, Adolfo Urso, señaló que “un coche llamado Milano no puede estar producido en Polonia”. 

 

Esto, que puede parecer raro, buscaría que se cumpliera con una ley promulgada en 2003 cuyo objetivo era luchar contra las imitaciones, evitando que no se creen productos que recuerden a Italia si no están fabricados en el país. Es sencillo: si no se fabrica allí, no debe denominarse como algo claramente italiano.

La referencia a la ciudad de Milán era obvia, así que, para evitar problemas, Alfa ha decidido cambiar la denominación de su SUV pequeño.

Si fuera un caso aislado no habría más historia, pero resulta que la compañía ya tuvo un problema hace unos años a la hora de usar la misma denominación.

Corría 2009 cuando el fabricante estaba terminando de dar forma al sucesor del Alfa Romeo 147, un compacto que debería hacerse hueco en un segmento reamente competido. La presentación oficial del modelo estaba prevista para el día 30 de noviembre, pero ya se sabía que iba a denominarse Milano, en referencia a la sede de la compañía.

De hecho, la firma ya había compartido el material de prensa, con todos los textos haciendo referencia al nombre y el material gráfico con el compacto luciendo la denominación en su zaga.

Sin embargo, de manera inesperada a última hora, Alfa mandó un comunicado en el que señalaba que, por “motivos de organización”, la presentación del nuevo modelo se posponía hasta una fecha sin especificar.

Aunque ese era el motivo al que se aludió de manera oficial, poco después se supo que el retraso se debió al descontento de los trabajadores, que no consideraron apropiado poner el nombre de la ciudad en el coche, cuando Fiat había anunciado casi en paralelo que cerraría sus operaciones en ella para llevarse a sus diseñadores a Turín, situada a unos 160 km.

Ante la situación de tensión, Alfa Romeo optó por un movimiento muy parecido al que ha vuelto a retomar 15 años después: cambiar el nombre de su vehículo, que pasó a ser conocido como Alfa Romeo Giulietta de manera oficial. La decisión sirvió para evitar problemas, pero trajo consigo un considerable desembolso de dinero para el rebranding del modelo.

Así, ya van dos ocasiones en las que la marca italiana intenta aplicar el nombre de Milano a sus modelos, ambas resueltas con un cambio de denominación para evitar problemas, ya fuera con los locales o con el gobierno. Parece que es algo maldito para Alfa, ¿se atreverá en el futuro a ponérselo a algún otro automóvil?

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