Un ex-piloto será el primero en conducir con la cabeza
Hasta el año 2000, Sam Schmidt daba rienda suelta a sus ansias de velocidad en la Indy Racing League, pero aquél año sufrió un terrible accidente que le dejó en una silla de ruedas. Ahora, este ex-piloto paralítico el primero en conducir un coche con la cabeza. Aunque en Europa hay algunas excepciones de conductores a los que por accidente o malformación congénita se les permite conducir sin manos bien sea ayudados de algún dispositivo o directamente con los pies actuando en la dirección, este será el primer caso de estas características en la historia de EEUU.
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Para ello, Sam Schmidt ha contado con la inestimable ayuda de la empresa Arrow Electronics, que ha conseguido adaptar un Corvette Stingray para que el ex-piloto pueda llevarlo con la cabeza, que es donde Sam conserva la mayor parte de su movilidad. De hecho, será la primera persona en su país habilitada por las autoridades para usar una licencia de conducir con su cabeza. Eso sí, por ahora, solo podrá hacerlo en el estado de Nevada, que es uno de los pocos donde ya ruedan en pruebas los coches autónomos dado que su vehículo tiene determinadas funciones automatizadas.
La adaptación que Sam Schmidt ha necesitado para conducir su Corvette Stingray solo con la cabeza es casi tan particular como crear un vehículo autónomo, ya que para acelerar, tiene que exhalar o soplar a través de un tubo que lleva montado en un casco especial. Para frenar, Sam tiene que hacer exactamente lo contrario, inhalar a través del mismo tubo. Para girar, el coche dispone de un grupo de cámaras, alguna de ellas infrarroja, que recogen todos los movimientos de la cabeza del conductor y que trasladará dichos movimientos a la dirección del vehículo.
Ni qué decir tiene que este ex-piloto que conducirá solo con la cabeza no solo ha probado ya su Corvette Stingray adaptado, sino que ha participado activamente en su desarrollo desde que, en 2014, Arrow Electronics inició el proyecto. De hecho, ya lo ha llevado en la Subida al Pikes Peak, el GP de Long Beach o las 500 Millas de Indianápolis.
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