El Lambert Behavioral Neuroscience Laboratory de la Universidad de Richmond ha llevado a cabo un estudio en el que ha conseguido que las ratas aprendan a conducir, concretamente un “coche” denominado como ROV, por las siglas en ingles de “Vehículo Operado por Ratas” (Rat-Operated Vehicle). Y lo que es más, parece que la conducción ha mejorado sus niveles de estrés haciendo que se relajen.

El entrenamiento de los roedores se llevó a cabo en dos grupos distintos, uno ubicado en una simple caja y otro en un ambiente más estimulante que contenía escaleras, juguetes y pelotas, con la idea de estimularlos mentalmente.

Ambos tuvieron acceso al ROV, un automóvil de lo más peculiar, creado con una botella de un galón, a la que se acoplaron ruedas y que en su interior (llamarlo habitáculo quizá sería demasiado generoso) cuenta con una plataforma de aluminio sobre la que se sitúa la rata, así como con unas barras de cobre que, al contacto con sus patas, hacen moverse las ruedas, con las delanteras haciendo que avance y las de los laterales haciendo que el vehículo gire hacia uno u otro lado.

Las arenas de prueba primero eran más pequeñas y conforme los resultados fueron positivos fueron ampliando su tamaño, aunque siempre con el mismo objetivo: la rata conduciendo el coche hasta un punto específico para conseguir su recompensa, un cereal Froot Loops.

En las pruebas los roedores que estaban en un ambiente estándar fueron incapaces de llevar a cabo la tarea, pero los situados en el ambiente más estimulante lo consiguieron, algo que se debe a la capacidad adaptativa del cerebro.

Y no solo eso, estudiando las heces de los animales se encontraron niveles más altos de dehidroepiandrosterona (DHEA) y corticosterona, hormonas que controlan la respuesta al estrés, lo que implica que conducir y conseguir sus objetivos hizo que se relajasen.

Fuente: CNN

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