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Así es la espectacular restauración de un sidecar Ural abandonado

Así es la espectacular restauración de un sidecar Ural abandonado

La motocicleta soviética 

A lo largo de la historia, la industria automotriz rusa nos ha dejado algunos vehículos que hoy consideramos joyas de culto, como el Lada Niva. También en el mundo de las dos ruedas fue importante la marca Ural. Aquí nos llega esta espectacular restauración de un sidecar Ural abandonado.

El responsable de la restauración ha sido un conocido Youtuber de aquellas tierras que, a través de su canal Rescue Story, nos muestra todo el laborioso proceso que ha realizado para devolver a la vida este sidecar que llevaba décadas abandonado en un granero

Este Youtuber se dedica a localizar objetos abandonados de la antigua Unión Soviética y hacerlos funcionar de nuevo. Y, como se ve en el vídeo de mas de 40 minutos de duración, no le falta pericia. 

VÍDEO: restaura un BMW 850i después de ser abandonado durante 10 años

Una marca nacida durante la Segunda Guerra Mundial

Así es la espectacular restauración de un sidecar Ural abandonado

Rescue Story

La historia de la marca Ural se remonta a los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Mientras Hitler se hacía con el control buena parte de Centroeuropa y Francia, los rusos realizaron una copia de una motocicleta de BMW

Cuando Hitler decidió romper el pacto de no agresión sellado con la URSS en 1939 e invadir el país soviético, la empresa se trasladó de Moscú a los Urales, de ahí el nombre de la marca. Hoy sigue existiendo, aunque de forma privada, naturalmente. 

Como todos los vehículos rusos, las motos Ural tenían fama de ser muy robustas y resistentes. Y la que ves aquí da buena prueba de ello. La moto se encontraba en un viejo granero abandonado, un tesoro para Rescue Story

Así es la espectacular restauración de un sidecar Ural abandonado

Rápidamente, se puso manos a la obra para restaurar la clásica moto rusa. Lo primero fue eliminar todas las capas superficiales de óxido. Tras esto, se podía apreciar cómo el vehículo no estaba en tan malas condiciones, gracias a que permaneció resguardado del sol, el frío y la lluvia. 

A medida que desmontan las piezas, las va tratando y dejando totalmente limpias. De repente, en un momento del despiece, el protagonista se encuentra con lo que, en principio, parece un nido de ave, pero en realidad se trata de un filtro de aire artesanal, algo muy común para evitar que las partículas llegasen al carburador. 

Una vez desmontadas todas las piezas, el siguiente paso es pintar las que lo necesiten y reparar las otras que estén en peor estado para, después, volver a montar la moto y el sidecar. 

El resultado final no puede ser más sorprendente, un precioso sidecar que ha pasado de estar completamente abandonado a convertirse en una pieza digna de estar en cualquier museo. 

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