¿Cuál es mejor, Jaguar E-PACE o Jaguar I-PACE?
Lo bueno de que las marcas lancen muchos modelos es que cubren prácticamente cualquier necesidad de un potencial cliente. Lo malo es que pueden estar tan cerca entre sí que lleguen a canibalizarse. Tras el éxito del F-PACE, la llegada del Jaguar E-PACE como hermano pequeño puso a la marca británica en esa tesitura, pero la situación se acrecentará todavía más para el SUV compacto cuando haga acto de aparición este año el Jaguar I-PACE. Resulta casi obligado ponerlos frente a frente, ¿cuál es mejor?
VÍDEO: Jaguar I-PACE Concept, al contraataque con un eléctrico
El principal motivo por el que van a ser competencia directa el uno del otro es por entrar en el popular segmento de los todocaminos compactos, aunque por su diferencia de concepto (uno más versátil, otro de estilo más cupé) sus proporciones difieren bastante. El E-PACE mide 4.411 mm de largo, 1.900 mm de ancho y 1.649 mm de alto; mientras que el eléctrico tiene una longitud mayor (4.680 mm), es algo más estrecho (1.890 mm) y bastante más bajo (1.560 mm).
Esto repercute en su estética. Así el primero tiene una imagen más convencional, con todos los rasgos reconocibles de la marca y un conjunto muy acertado que le hace parecer una suerte de mini F-PACE. El eléctrico todavía no se ha mostrado en su versión de producción, pero esta será prácticamente idéntica al prototipo, con una deportividad bastante acentuada y una silueta bastante atlética.
El elemento capital en la diferenciación entre uno y otro es su naturaleza mecánica, lo que a la postre también será uno de los principales factores que harán que el público se decante por uno y otro, reduciendo la posible canibalización.
El I-PACE empleará dos motores eléctricos, uno en cada eje, que generarán una potencia conjunta de 400 CV acompañados de 700 Nm de par máximo. Promete una aceleración de 0 a 100 km/h en cuatro segundos y una autonomía de unos 350 kilómetros, aunque habrá que esperar a la versión definitiva. El Jaguar E-PACE, por su parte, tiene una oferta de opciones mucho más amplia: bloques gasolina y diesel de entre 150 y 300 CV, cajas de cambios manuales o automáticas, y tanto tracción delantera como integral.
En cuanto a los precios, el Jaguar E-PACE arranca en los 37.450 euros de su acabado básico, mientras que el tope de la gama, la versión HSE cuesta desde 56.400 euros. En cualquier caso una cifra considerablemente más baja que el coste del I-PACE, que aún no ha sido confirmado, pero apunta a una tarifa base de alrededor de 75.000 euros. Hablamos de una tarifa que lo acerca más al modelo grande de la marca, el F-PACE.
A todo ello hay que sumar la espera, y es que el tiempo es importante. El SUV de combustión lleva ya mucho en el mercado y quien quiera una unidad basta con ir al concesionario, configurarlo y esperar del orden de unas semanas a un mes. El eléctrico estará disponible en la segunda mitad de este año, a lo que habrá que añadir tiempo de producción, etc.
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