Comprar coche nuevo o de segunda mano, ¿qué interesa más en 2023?

La situación económica mundial no es precisamente boyante y las predicciones no son muy halagüeñas, por lo que acometer gastos importantes como es comprar un coche se convierten en algo en lo que hay que acertar sí o sí. De cara a este 2023, ¿qué interesa más, comprar coche nuevo o de segunda mano?

Vamos a repasar cómo está el mundo del automóvil tras los resultados de 2022, cuáles son las expectativas para el nuevo curso e intentaremos arrojar algo de luz sobre el asunto.

2022 fue un año aciago para los coches nuevos…

El curso pasado fue un año muy malo para ala automoción en general, con múltiples países registrando sus peores cifras de ventas en décadas. 

La situación de España no fue tal que no se veían datos así desde 2011, continuando con la tendencia de los últimos años, una reducción progresiva de las matriculaciones de coches nuevos: se matricularon 813.396 unidades, lo que supuso un descenso del 5,4% respecto a 2021.

¿Los motivos para ello? Una concatenación de circunstancias negativas, como apuntaba Félix García, director de comunicación y marketing de ANFAC: “La crisis de los semiconductores se vio profundamente agravada por factores exógenos como la guerra de Ucrania o los confinamientos por la política de Covid Cero de China”.

“Además de la crisis económica con alza de precios energéticos, inflación y tipos de interés, la tormenta perfecta se ha completado con estos cuellos de botella en los transportes marítimo y por carretera”, concluía.

La guinda la puso el hecho de que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC de vehículos nuevos hizo que su precio subiera un 10,4 %.

… y también para los usados

La cuestión es que la situación del mercado de ocasión fue todavía peor: se vendieron 1.885.553 coches, lo que supuso un descenso de ventas del 5,6% respecto a 2021.

Sin embargo, el dato preocupante de cara a comprar un coche de segunda mano en 2023 es el siguiente: los precios de los automóviles usados aumentaron un 20,2%, alcanzando un precio medio de 17.990 euros. Los más nuevos fueron los que más se encarecieron en términos absolutos, pero los antiguos son los que más lo hicieron en proporción.

La situación, obviamente, no es la más propicia, como apunta Gerardo Cabañas, director general de coches.com: “Sigue habiendo un gran desajuste en el mercado, que hace que los coches antiguos valgan cada vez más. Algo ilógico, pues son productos que se deprecian con el paso del tiempo”.

Sin embargo, parece que en el nuevo año la cosa mejorará: “Ya se ha frenado el encarecimiento. De cara a 2023, todo indica que habrá mayor disponibilidad de coches nuevos, por lo que debería renacer el mercado de vehículos seminuevos, muy importante en España”.

¿Comprar coche nuevo o de segunda mano?

2023 va a ser un año complicado para tomar la decisión de comprar un coche, porque los precios distan de ser bajos, pero es posible que muchos conductores tengan que hacerlo, ya sea por renovar su vehículo o para adelantar el reemplazo de los sin etiqueta que, por ejemplo, estarán vetados en todo Madrid a partir del 1 de enero de 2025.

Este es un factor muy a tener en cuenta en la adquisición de un automóvil a partir de ahora: las ZBE. Se van a extender por los principales núcleos urbanos de toda España, lo que establece el primer parámetro a tener en cuenta: en 2023 no adquieras un coche sin etiqueta a no ser que vivas en zonas rurales o con concentraciones de población pequeñas.

En todos los lugares con más de 50.000 habitantes tendrán limitaciones de movimiento, así que un “etiqueta A” no es muy buen negocio en esos casos.

Tanto si optas por el mercado de coches nuevos (si dispones de fondos para ello) como si te decantas por coches de segunda mano, el mejor consejo que podemos darte es que, si puedes, optes por un modelo que tenga como mínimo el distintivo ‘ECO’ entre las etiquetas de la DGT.

Ya sea mediante una mecánica bifuel (como los Dacia) o con al menos microhibridación, un vehículo con esta pegatina se asegura más años de circulación sin limitaciones que el resto y, con las tecnologías mencionadas, no son modelos mucho más caros que un gasolina o un diésel estándar.

Si no te queda más remedio que optar por estos últimos, entre los nuevos no tendrás problema, pero en el mercado de ocasión intenta que sean lo más nuevos posible, además de por las razones obvias (menos kilómetros, mejor tecnología, mejor conservación, etc.), para que tengan etiqueta C y se salven de “la quema durante unos años más.