Logo Autobild.es

Comparativa: Golf GTI Clubsport vs Golf GTI TCR. ¡Al circuito!

Modelo de serie contra modelo de competición. ¿Cuál llega antes a la meta?

Dos hermanos, dos preguntas: cómo de deportivo es el Volkswagen Golf GTI Clubsport de 290 CV? ¿Cuánto lo separa realmente del Golf TCR de competición de 330 CV? Lo comprobamos al volante. Comparativa: VW Golf GTI Clubsport/VW Golf GTI TCR.

Ya habíamos comprobado las bondades del Volkswagen Golf GTI, y que sin duda era una base inmejorable para el modelo de competición, TCR (Touring Car Racing). Con la carrocería ensanchada al extremo, como corresponde a un coche de la DTM, y un sonido que pone los pelos de punta. 

VIDEO: ¡Golf GTI Clubsport en acción!

A su lado, el Volkswagen Golf GTI Clubsport de calle parece hasta discreto. Tienen alguna cosa en común, como la amplia entrada de aire en el faldón delantero. Abramos las puertas: aquí, las diferencias son aún más evidentes. En el de competición, solo la silueta del salpicadero recuerda al modelo de serie en el que se basa. El resto es chapa desnuda, los baquets de competición y la jaula de seguridad marcan definitivamente las distancias entre los dos modelos. 

En el Golf rojo de serie, se respira mucho confort. Apenas respira uno dentro atmósfera deportiva. Eso sí: los asientos específicos tienen un excelente agarre lateral, la típica bola de golf del pomo de la palanca queda perfectamente bien en la mano... Y no faltan el navegador táctil o los asientos calefactables.Lo único que nos da cierto resabor a competición es el volante forrado en alcántara con el punto medio marcado en rojo. Pero el motor turbo, al ralentí, prácticamente ni se oye. Por supuesto, el Clubsport se diferencia del GTI normal: escapes más grandes, aunque es algo meramente decorativo, porque al lado del TCR, el sonido del motor queda completamente eclipsado.
Los dos parten del mismo motor, aunque al primer vistazo parecen distintos, pero eso tiene mucho que ver con el plástico que los recubre. En el GTI Clubsport rinde hasta 290 CV con overboost, y el del TCR, despejado de ornatos, alcanza los 330.

El de competición monta slicks Hancook sobre llantas de 18 pulgadas, el de calle las lleva de 19, con Michelin Cup 2. Con el cambio secuencial, el TCR pasa de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, el Clubsport con caja manual requiere siete décimas más.
Lo cierto es que cuando uno se monta en el TCR, la baja postura de conducción, la profusión de indicadores y el sonido, impresionan. Pero al conducirlo, sorprendentemente, es tan fácil de llevar como el coche de serie. Solo los frenos requieren un periodo para pillarles el tacto, ya que aquí no cuentan con la ayuda de un ABS. La entrega de potencia es similar a la del GTI Clubsport, aunque el tono del sonido es mucho más agresivo. 

El cambio secuencial inserta en milisegundos, saludado siempre por las deleitosas explosiones de los escapes. El tarado del chasis es muy duro, y eso provoca que al desacelerar y frenar la zaga se sienta muy viva. Al igual que el Sport, por cierto, lleva eje trasero direccional. Y lo cierto es que el grip y la velocidad de paso por curva son claramente mayores que en el modelo de serie. ¿Resultado final? El Clubsport llega a la meta diez segundos más tarde que el TCR. 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.