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Un año al volante de un coche eléctrico, tres razones para estar contento y una a mejorar

Un año al volante de un coche eléctrico, tres razones para estar contento y una a mejorar

Nuestro compañero Enrique Trillo te cuenta con sinceridad su experiencia al volante de un Renault Twingo 100% eléctrico, para que veas lo que tiene de bueno y de malo.

Hoy en día todo el mundo habla de los coches eléctricos y, la verdad, no siempre para bien. El problema es que se suelen valorar este tipo de vehículos desde el desconocimiento más absoluto o, como mínimo, desde la inexperiencia.

Precisamente por eso he pensado en escribir mi propia experiencia tras un año conduciendo un coche eléctrico.

Lo primero que hay que tener claro es algo que ya debería estar más que asumido, le pese a quien le pese y sea lo más correcto o no: los coches eléctricos son ya una realidad. No son el futuro, son el presente, aunque de momento no sean mayoritarios (representan apenas el 5% de las ventas).

Y te digo más, serán lo único que exista de aquí a 20 años, aunque veremos qué pasa con el horizonte 2035, porque mi apuesta personal es que lo terminarán retrasando y los coches de combustión o, al menos los híbridos e híbridos enchufables, seguirán a la venta unos cuantos años más.

Pero ya es momento de remangarse y contarte las tres razones por las que estoy contento con mi coche eléctrico y una en la que creo que debería mejorar.

Contento porque el bolsillo lo agradece

Lo primero por lo que me siento feliz con un coche eléctrico, como puedes imaginar, es porque me está saliendo rentable. Y cuando nos tocan el bolsillo siempre es algo que notamos. En este caso, para bien. En mi casa anteriormente teníamos un coche gasolina, un Volvo V50, para más señas. 

Tenía un motor 1.6 atmosférico de 100 CV, así que no gastaba demasiado. Según los datos oficiales, el consumo medio era de 5,8 l/100 km y con recorridos muchas veces urbanos el gasto real solía estar por encima de los 7 litros. Nada exagerado.

Solíamos aparcarlo en un céntrico barrio de Madrid en un garaje privado, lo que nos suponía un alquiler mensual de dicha plaza de garaje. Y nos planteamos comprar un eléctrico no por conciencia ecológica o por ser los más 'cool' del barrio, sino porque nos ahorrábamos dinero, así de claro.

El ahorro no sólo venía en lo relativo al consumo, sino en la propia plaza de parking.

Contento porque no hay restricciones de circulación y aparcas gratis en la calle

El elegido fue un Renault Twingo, un coche pequeño, del segmento A, el de los urbanos puros y duros. Mide 3,6 metros de largo y no veas lo bien que sienta poder aparcarlo en huecos realmente ridículos. Aparcarlo gratis, por supuesto. Más ahorro para nuestra economía familiar.

Esa es, para mí, una de sus grandes ventajas, además de poder moverte libremente si temor a ser multado por acceder a zonas restringidas al tráfico por la contaminación.

Monta un pequeño motor de 60 kW (80 CV), que es enérgico entre semáforos y llanea sin problemas a 120 km/h si tengo que circular de forma esporádica por autopista. La ventaja es que para ser eléctrico pesa bastante poco (1.186 kg).

Contento por ser más ecológico

Sinceramente, por muy políticamente incorrecto que suene, no soy de esos que tiene en mente dejar un mejor planeta a mis hijos. Me gustan los coches. Y más los de toda la vida, con muchos cilindros y muchos caballos y con un sonido de esos que te pone los pelos de punta.

Pero eso no quita para que, una vez subido en la ola de la electrificación, sepa ver su lado bueno. Y te llegas a convencer tanto de que es necesario realizar una conducción eficiente, que casi sin darte cuenta dejas de acelerar en las bajadas, miras muy lejos para ver si el semáforo se ha puesto y así llegar simplemente con la inercia que ya llevas.

Todo esto se traduce en que te conviertes en un experto en miniconsumos y el reto personal de cada día es gastar menos que el anterior. La consecuencia es que alargas la autonomía y te puedes permitir cargar el coche en menos ocasiones. Por tanto, la eficiencia global se multiplica y, además de tu bolsillo, el planeta es el gran favorecido.

El Twingo declara un gasto medio de 16 kWh, lo que le otorga una autonomía teórica de 190 km. Y la parte buena es que llega a gastar mucho menos. Yo lo suelo conducir en la posición B del cambio, para que retenga más y tener sensación de conducción 'One Pedal' (es ficticio, porque no tiene esta funcionalidad). Así, en los meses de clima más favorable, el consumo medio ronda los 11 kWh, que no es nada.

En invierno, eso sí, la batería de sólo 21,4 kWh de capacidad se gasta mucho más rápido de lo que me gustaría, porque el frío le afecta una barbaridad. Y, por tanto, el gasto también es mayor: en nuestro caso se queda en los 16 kWh oficiales. No obstante, con el recorrido que solemos hacer a diario en mi familia, ni siquiera tenemos que cargarlo a diario.

¿En qué debería mejorar el coche eléctrico?

Obviando las ayudas a la compra que nunca llegan (son un drama, por no decir que dan vergüenza) y que hacen que la experiencia global empeore, así como la ansiedad que genera el hecho de que te puedas quedar tirado cuando desciende el nivel de carga de la batería, voy a elegir como principal punto de mejora algo técnico: la eficiencia cuando la temperatura baja.

Sí, por que el frío afecta a las baterías de los coches eléctricos y reduce su autonomía. La explicación está en que las reacciones físicas y químicas que se producen dentro de los acumuladores de energía son más lentas que con temperaturas óptimas, lo que se traduce en una caída del rendimiento y, por tanto, un mayor consumo y un menor alcance.

Parte de la solución a este problema sería instalar una bomba de calor, en lugar de un calefactor eléctrico básico para la climatización, que es lo que suelen utilizar la mayoría de modelos, que es más económico.

Sí, ya sé que hay modelos como el Tesla Model X o el Kia EV9, pero son modelos poco accesibles para la inmensa mayoría de los conductores.

Así que, lo que le pido a los coches eléctricos es que sigan evolucionando y abaratando su tecnología para que sean eficientes y sostenibles en todo tipo de situaciones.

Etiquetas: electromovilidad

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