Comparativa: Alpina D3 S vs BMW M340d xDrive. ¿Merece la pena la preparación?
Intrusismo en la Serie 3: el preparador Alpina siempre se ha dedicado a los modelos M de BMW. ¿Marca también la diferencia el Alpina D3 S respecto al BMW M340d? Los enfrentamos
Los dos parten del mismo motor: seis cilindros en línea de tres litros con aliño biturbo; pero rinde 340 CV en el BMW, y 355 CV en el Alpina. Además, el preparador alemán le rasca otros 30 Nm de par, y ha configurado todo el coche para poder asumir este extra de fuerza con holgura.
La aceleración es la misma, con 4,5 segundos para pasar de 0 a 100, pero el D3 S alcanza los 273 km/h, mientras que el BMW M340d está limitado a 250. Y para llegar a los 200 km/h, el D3 S cuenta con tres décimas de ventaja. Esto solo importará a quienes circulen habitualmente por autovías alemanas sin límite de velocidad. En España, ese plus de punta y aceleración es irrelevante.
En cuanto a elasticidad no vemos diferencias, pero los valores de frenado en caliente del Alpina son unos buenos dos metros más cortos que los de su rival de fábrica. El BMW se detiene desde los 100 km/h después de unos correctos 34,9 metros, el D3 lo hace en unos excelentes 32,8.
Al volante
El Alpina también gana en comodidad, si bien el BMW es más heterogéneo a través de los modos de conducción. Incluso en el modo deportivo, el D3 S nunca se pone nervioso, se traga los golpes con una calma estoica. En el M340d, por otro lado, sientes cada bache tan pronto como activas el modo "Sport".
Los sistemas de tracción total de BMW tienden a priorizar las ruedas traseras, y el ESP puede desconectarse por completo: en una pista húmeda, alrededor de 350 CV y un par de diésel son suficientes para un sobreviraje controlado.
Hablamos de ‘drifts’ leves y seguros, porque ambos coches se pueden volver embridar fácilmente incluso en curvas rápidas. El BMW, eso sí, da la impresión de ser un poco más nervioso cuando se trata de deslizar la zaga, que sobresale más repentinamente que en el estoico D3 S, donde una deriva controlada se siente casi como en cámara lenta.
Por dentro
En el interior, Alpina valora la comodidad absoluta. Los asientos deportivos están tapizados con un elegante acolchado de nido de abeja, el volante lleva un forro un poco más grueso, una delicia al tacto, aunque se siente menos ergonómico en las manos. Las costuras, las insignias y los instrumentos de color verde azulado con un fondo azul revelan que estamos en un Serie 3 “diferente”.
En el BMW M340d de fábrica, los asientos deportivos son cómodos, pero no recogen el cuerpo con el prurito de su rival.
En el volante del Alpina, para nuestro asombro, encontramos levas de cambio de aluminio reales en su parte posterior, no los complicados pulsadores Switchtronic. Esto cuesta cerca de 300 euros extra, pero mejora notablemente el manejo en modo manual.
Hablando de modo manual: en el Alpina hace honor a su nombre, porque su automática deportiva ZF reprogramada para la ocasión sí que permanece prolongadamente en la marcha seleccionada si así lo requieres, lo que no puede decirse del BMW estándar.
Conclusión
Por el Alpina hay que pagar unos 7.500 más que por el M340d. Pero si tenemos en cuenta la labor de ingeniería del preparador, creemos que el recargo es razonable. Eso sí: si añadimos todos los extras que llevaba nuestro Alpina de prueba, la diferencia asciende a unos 10.000 euros.
Y eso sí que nos parece excesivo, porque el BMW M340 xDrive ya es de por sí un coche excelente: refinado, deportivo y muy divertido al volante.
Etiquetas: coches tuneados, Coches deportivos, Berlinas
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