Prueba del Volkswagen Touran 2.0 TSI, ¿mejor que el diésel?

Prueba Volkswagen Touran 2.0 TSI 150 (por Hugo Valverde)

Las familias numerosas están de enhorabuena, y las no numerosas, también. La compañía de Wolfsburgo tiene en su gama un monovolúmen de considerables dimensiones sin el aspecto anodino al que nos tienen acostumbrados este tipo de vehículos. Y es que sus afilados faros con luces LED le dan un aspecto moderno, atractivo. Lo mismo ocurre con los grupos ópticos traseros, que ahora son más estrechos. Pero es que gracias a la plataforma modular MQB, el Touran 2015 que pongo a prueba es más largo y bajo, lo que incrementa su aspecto dinámico. Esa mayor longitud junto a su batalla, 2.791 mm, los mismos que la del Passat, ofrece un mayor espacio en su interior.

Pero antes de dirigirme a las plazas traseras, que en este tipo de vehículos es lo que realmente importa si no queremos escuchar la famosa frase de “¿Cuándo llegamos?”, me fijo en la consola. El salto que ha dado esta segunda generación del Touran es digna de mención. Todo está dirigido hacia el conductor y está ‘aderezado’ con molduras en negro piano, algo muy de moda y también demandado hoy en día. Acompaña una enorme pantalla táctil de ocho pulgadas del sistema de infoentretenimiento ‘Discovery Pro’, cuyo precio se sitúa ni más ni menos que en 2.670 euros. Lo que me chirrían son los botones del climatizador, pero no porque sean los del Golf actual, sino porque son muy parecidos a los de la cuarta generación del compacto nacida hace doce años…

Ahora sí. Me sitúo en las plazas traseras. El nuevo Touran está disponible con siete o con cinco banquetas, de serie sea cual sea la opción escogida. Los asientos de la segunda fila se puede desplazar de forma longitudinal hasta 20 cm de manera independiente. De esta manera existe mayor espacio para las piernas de los pasajeros de dicha fila. Presume de mucho hueco para viajar con comodidad. Más justo es el destinado a los hombros, y si hablamos del de la cabeza… Las personas que superen el 1,80 m tocarán con el techo -quizá este problema venga por el techo panorámico de la unidad de pruebas-. Peor lo pasarán los de la tercera fila: primero por su acceso a ella, y segundo por el espacio reservado, que puede ser una buena alternativa si se destina para los pequeños de la casa. A excepción del del conductor, todos los respaldos se pueden abatir, brindando al conductor un maletero con una superficie plana de 1.857 litros, de 633 litros con dos filas y de 137 litros con tres.

La posibilidad de disfrutar de un vehículo de siete plazas es uno de sus mayores fuertes. Pero, desde mi humilde opinión, la palabra disfrutar la asociaría a su motor 2.0 TSI de 150 CV, propulsor con el que he realizado la prueba del Volkwagen Touran 2015. Es suave y empuja desde bien abajo porque todo su par, 250 Nm, lo entrega desde las 1.500 rpm. Eso sí, en aceleraciones fuertes con el modo ‘Sport’ activado, el eje delantero algunas veces llega a perder tracción. En nuestra unidad de pruebas, el Volkswagen Touran 2015 equipaba el rapidísimo DSG, un cambio que destaca por las raudas transiciones entre marchas que realiza, pero que algunas ocasiones, sobre todo a velocidad baja y al iniciar la marcha, regala algún que otro tirón. Con esta alianza y el modo ‘Eco’ he logrado un consumo medio de 7,6 litros, cifra alejada de los 5,5 oficiales pero que no está nada mal para tratarse de un vehículo de semejantes dimensiones, con un peso cercano a los 1.500 kg y con un motor de 2,0 litros de 150 CV.

Con este bloque, el Touran tiene un precio de partida de 31.380 euros (32.330 euros), cantidad que no me parece excesiva para un monovolumen de siete plazas, con un excelente motor de 150 CV y un equipamiento de serie que incluye llantas de aleación de 16”, detector de fatiga, radio CD Composition Media 6,5”, regulación de temperatura en tres zonas, volante multifunción de cuero y asistente de aparcamiento con cámara trasera, entre otros elementos.